Suárez, entre el día a día de la gestión y la meta “cuarta banca”

La obsesión de Suárez y de sus allegados de obtener una cuarta banca para Mendoza en la Cámara de Diputados, para fortalecer el número de legisladores de la oposición al kirchnerismo, generó mucho ruido en la semana.

Suárez, entre el día a día de la gestión y la meta “cuarta banca”. / Foto: Ignacio Blanco
Suárez, entre el día a día de la gestión y la meta “cuarta banca”. / Foto: Ignacio Blanco

“Andamos bien”, sostienen con tranquilidad funcionarios de Suárez que, por un lado, buscan que los aspectos más importantes de la gestión no se demoren (por ejemplo, el Presupuesto para 2022 ya está presentado) y, además, están pendientes de los números que arrojan las encuestas, a pesar de que ha pasado poco tiempo desde las primarias. Es que en la mesa de trabajo del Gobernador los informes indican que los candidatos de Cambia Mendoza mantienen los porcentajes logrados el 12 de setiembre y que las llamadas terceras fuerzas se mantienen cercanas a lo recientemente obtenido.

Sin embargo, hay encuestas que señalan que habría un buen crecimiento en la intención de voto del Partido Verde y de la izquierda, mientras que el kirchnerismo se mantendría en la medianía lograda hace tres semanas.

La obsesión de Suárez y de sus allegados de obtener una cuarta banca por Mendoza en la Cámara de Diputados, para fortalecer el número de legisladores de la oposición al kirchnerismo, generó mucho ruido en la semana. En el espacio que lideran el PD y el Mendoexit tomaron como una intromisión y una ofensa el pedido público del diputado demócrata frentista Guillermo Mosso a Gustavo Gutiérrez para que resignara su candidatura a diputado nacional.

Sin éxito, Mosso se convirtió en vocero de la estratégica mesa chica de Suárez, deseosa de asegurar para su lista nacional a los potenciales votantes de Vamos Mendocinos, un electorado afín, sin ninguna duda. La fallida intentona oficialista no tuvo otro efecto que consolidar la decisión de la coalición pensada por los demócratas de mantenerse en carrera hacia las legislativas de noviembre. “No nos van a mover” fue de lo más reproducible que se escuchó.

A partir de ahora, para llegar a obtener cuatro de las cinco bancas de Diputados que se ponen en juego, el oficialismo provincial deberá sumar votos de las fuerzas minoritarias, esperar que ninguna de éstas repunte de modo de llegar a competir con el kirchnerismo y, a la vez, apostar a que éste no crezca con relación a setiembre o bien baje un poco su porcentaje de votos. De todos modos, habrá que ver si en las próximas legislativas muchos de los que votaron por las llamadas fuerzas chicas ahora mantienen su apoyo hacia éstas, o si se deciden por alguna de las mayoritarias.

En lo referido a la gestión, el Gobierno presentó en tiempo y forma en la Legislatura el proyecto de Presupuesto para el año próximo. La intención del Ejecutivo no sólo fue la de cumplir con los plazos que rigen en tal cometido, sino, fundamentalmente, no dejar abierto ningún motivo de conflicto con la oposición, en especial con el Frente de Todos.

Señalan en el elenco de colaboradores de Suárez que la intención de éste es la de “no suspender la gestión”. Es decir, no quiere el titular del Ejecutivo que en su equipo haya un relajamiento con el argumento de la campaña electoral ya en marcha.

“De algún modo, nuestro gobierno también es parte de la campaña, porque ya ha dicho Rodi muchas veces que lo que se pone a consideración de la ciudadanía es nuestra primera parte de la gestión”, comenta uno de los colaboradores más cercanos a Suárez. Es así, aunque sea casi una obviedad.

La concurrencia de los ministros a la Legislatura para dar cuenta del alcance del Presupuesto área por área está prevista a partir de mañana. El titular de Gobierno, Víctor Ibáñez, será el que dé el puntapié inicial. En el Gobierno consideran que esta vez no debería haber trabas al debate y aprobación presupuestaria por parte de la oposición porque, si bien hay pedido de rollover, no se prevé requerimiento de endeudamiento para obras, aspecto que generó la mayor tensión en las anteriores oportunidades. En ese sentido, debe recordarse la vergonzosa tirantez que se generó con motivo del pedido de aprobación de la norma vigente este año.

En el justicialismo opinan que el paquete presupuestario (que incluye las leyes de Avalúo e Impositiva) contiene aumentos de impuestos a tener en cuenta y alguna toma de duda “medio encubierta”, pero consideran que se trata de un proyecto bastante flexible para poder llegar a acuerdos políticos.

Sin embargo, estiman que la discusión rápida que pretende el Gobierno en un contexto electoral no es posible. Sí ven oportuno comenzar el análisis en comisiones, incluyendo el desfile de ministros y otros funcionarios, pero seguramente propondrán que la normativa sea abordada en el recinto recién después de las generales, para que en el debate “no se cuele lo electoral”.

Sobre la pandemia, destacaban ayer en el Ejecutivo que no hizo falta un decreto provincial tras el nuevo DNU presidencial porque la mayoría de las decisiones nacionales tomadas van en sintonía con lo que se venía aplicando en esta provincia.

“Esto demuestra que lo que hemos dicho y hecho desde hace mucho tiempo fue lo correcto, era factible”, señalaban ayer en el oficialismo local. Y coincidían con la opinión de varios analistas que opinan que con la llegada de Manzur a la Jefatura de Gabinete las necesidades electorales del kirchnerismo llevaron a tomar la decisión de, virtualmente, decretar el final de la pandemia en el país.

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