Sergio Massa enfrenta problemas casi insolubles

Massa debe recurrir al FMI porque en el país no tenemos ingreso genuino de dólares vía exportaciones ni radicación de capitales.

Sergio Massa, ministro de Economía. (Archivo / AP)
Sergio Massa, ministro de Economía. (Archivo / AP)

Es muy difícil abordar este tema ocultando el rencor que se siente contra los políticos y militares que han gobernado mi país, la Patria de San Martín, durante los últimos ochenta años. Porque lo han destruido. De entre los primeros cinco lugares que ocupaba a fines del siglo XIX lo han dejado en los últimos de este siglo XXI. Y hoy está gestionado económica, política, social, cultural y éticamente en forma pésima desde 1946 en adelante. La delincuencia y corrupción se extienden como sombra que cubre toda nuestra geografía. No hay actividad que no esté tomada por este salvajismo nacional. Somos Cambalache y el mundo nos mira con desprecio. Massa intenta hacer milagros laicos en la macro economía pero enfrenta problemas que entorpecen su gestión, personal y oficialmente.

Algunos conceptos básicos

Las reservas monetarias internacionales, dólares en especial, son fundamentales para solidificar la moneda de cada país como reserva de valor, unidad de cuenta e instrumento de pago. El Banco Central debe controlar la base monetaria o dinero circulante, las reservas en dólares y la emisión monetaria para que no exista exceso y de este modo no se produzca inflación. Para ello necesita independencia funcional del poder ejecutivo y legislativo. La división del circulante como dividendo y la reserva en dólares como divisor obtiene el cociente como precio del dólar. Si el circulante aumenta peligrosamente y las reservas se mantienen o bajan, el dólar sube de precio y también la inflación. Si el precio del dólar sube en demasía y el peso se deprecia por exceso de emisión, comienza el proceso inflacionario con peligro de una posible hiperinflación, que suele ser indominable, el país se destruye y entra en default interno y externo.

Nuestra situación actual

Por obra de nuestros gobernantes estamos en esta peligrosa situación, cerca del 100% de inflación y casi sin reservas en el BCRA. Massa procura lograr estabilidad económica utilizando dos herramientas: un préstamo del FMI de u$s 3.800 millones para aumentar las reservas del BC, hoy en u$s 7.000 millones, llevándolas a u$s 10.800 millones, bajando el gasto público y la emisión. Esta cifra es “nada” y para colmo, “prestada”. Veamos las reservas de otro países.

Chile u$s 72.502 miles de millones (mm); Perú u$s 75.316 mm; EEUU u$s 8.832.759 mm; Brasil u$s 353.169 mm; Uruguay u$s 162.900 mm. Nuestros u$s 7.000 mm son “insignificantes”. Si se aplicara la regla para fijar el precio del dólar hoy, sería de $ 387 por cada dólar. Debido a este atraso el dólar está en permanente alza. Durante todo el desgobierno de Fernández se lo ha contenido para evitar la hiperinflación tan temida. Igual han procedido los desgobiernos anteriores y ninguno ha tomado las medidas necesarias para terminar con este flagelo. El único que sí ha explicado cómo procedería en caso de ser gobierno es Javier Milei.

Nuestra base monetaria de $ 2.705 mm carece de respaldo y se sigue emitiendo para monetizar el déficit fiscal, permanentemente en crecimiento. A esto se agrega que Cristina Kirchner está en contra del ajuste y quiere continuar con la emisión. Porque así puede mantener su populismo distribucionista y dar empleo estatal a su gente que la vota. De esta manera cree que puede continuar en su cargo hasta 2023, con posibilidades de ser reelecta otro período.

Massa debe recurrir al FMI porque en el país no tenemos ingreso genuino de dólares vía exportaciones y radicación de empresas y capitales. Los países compran y venden a los que también les compran y venden. Además vía diplomática el mundo sabe exactamente que Cristina solo negocia con Cuba, Venezuela y Nicaragua. Las embajadas informan a sus Estados mandantes todo cuanto sucede en los países, antes por valija diplomática y ahora por internet. Conocen los procesamientos de Cristina, el pedido de condena de Luciani. Y también la debilidad y falta de autoridad de Alberto, con sus papelones internos e internacionales. Ante nuestra inestabilidad, fragilidad e inseguridad, aconsejan a sus empresas no invertir ni negociar con Argentina. Saben además que el Presidente Fernández carece de los mínimos atributos para dirigir el país, en especial de autoridad y que Cristina ejerce el poder autoritariamente. Para el mundo somos Venezuela. Estamos solos y desprotegidos. Y con el peligro de que los grandes errores y falencias de la oposición permitan al Frente de Todos continuar en el gobierno a partir de 2023.

Qué es esperable hasta fin de 2023?

No lo sé. Ningún argentino lo sabe. Solo podemos conjeturar sin seguridad de estar en lo cierto. El poder de Cristina sobre sus fanáticos es inmenso. Un canal de TV, C5N, está dedicado casi las 24 horas de emisión diaria a protegerla, aplaudir todo lo que hace y repetir que nadie está en condiciones de remplazarla. Algunos de sus periodistas estuvieron hace algún tiempo en su contra como Gustavo Silvestre (“A dos voces” con Bonelli), Víctor Hugo Morales, Pablo Duggan y otros. Pero ahora son cristinistas conversos. Y el 25% fijo de los argentinos que la apoyan no creo que cambien su voto. De hecho hoy las encuestas dan primero a JxC, segundo a FdeT y tercero a Javier Milei.

De lo que sí estoy seguro es que si Cristina es reelecta con un 70% del país fuertemente en contra, no nos espera años de estabilidad, tranquilidad, seguridad ni paz.

The Economist dice: “Massa es lo único que se interpone entre Argentina y el caos”. ¡Vergonzoso!

* El autor es Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales.

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