Palabras en inglés: con la globalización todo se desbordó

Usar palabras en inglés es cada vez más cotidiano. Primero fue dentro de esa tribu urbana ligada a la tecnología. Ahora, los jóvenes abrazan estas modalidades lingüisticas con naturalidad.

Imagen ilustrativa / Archivo.
Imagen ilustrativa / Archivo.

El tema de hoy es algo que aplicamos todos los días sin querer; no importa nuestro nivel académico ni condición social ni tampoco nuestro grupo etario (aunque sin dudas nuestros queridos y a veces incomprendidos millennials son los abanderados naturales de la causa). Estoy hablando del cada vez más cotidiano uso de palabras en inglés en nuestra jerga en castellano.

Primero fueron los tecnicismos. Al estar en contacto todos los días con la tecnología en mi ámbito laboral, fui aprendiendo que no todas las compañías se preocupaban por editar manuales de sus productos en la bella lengua de Cervantes.

“Hardware”, “Random”, “Dial Up”… eran palabras hasta casi tenebrosas en aquellos tiernos años de la World Wide Web.

Como todo nerd que se precie de serlo, usaba estos neologismos como coraza contra los males del mundo, sintiéndome parte de esa tribu urbana que creía que sólo una tecnocracia podría salvarnos (todavía lo sigo pensando).

Con la masificación de internet y de las redes sociales, en ésta mal entendida globalización todo se desbordó exponencialmente.

Ya no es el “qué dirán” lo que nos preocupa, sino los “me gusta”. Es el “like” del face que llegó para quedarse. Es el “click” que nos separa de esa lámpara de mesa que vamos a comprar “on line” y que vamos a fotografiar y “postear” con nuestro “Smart phone” esperando la redención de nuestras almas y que nuestra publicación se vuelva un “trend topic” y volvernos un “influencer” y la mar en coche.

Me viene a la cabeza una pintoresca frase de la película “Il Postino” de Michael Radford, cuando el humilde cartero reclama al maestro Neruda: “La poesía no es de quien la escribe sino del que la necesita”. Bueno, en este caso no es poesía, pero podríamos aplicarlo a las palabras, sean en correcto y prístino español o no (para escribir la letra ñ de español tengo que pulsar Alt+164 en mi Laptop con teclado Qwerty en inglés) al principio era tedioso, pero no problem…

Ahora bien, si esta nueva jerga es correcta morfológicamente hablando, creo que ya dejó de ser el tema principal. Los más jóvenes abrazan estas modalidades lingüísticas con naturalidad y los aplaudo. Como orgulloso baluarte de la generación X, los felicito y hasta los envidio. ¡Están cambiando el mundo!

Tengo una hija casi adolescente que me va marcando el rumbo de estas nuevas terminologías. Cuando yo tenía su edad, nosotros los chicos, éramos como un recipiente que se iba llenando de información que recibíamos de nuestros mayores sin chistar, y sin objetar nada…

¡OMG… (Oh, my Good, diría ella) cómo cambiaron los tiempos! Más que nunca tenemos acceso a los distintos saberes de nuestro mundo y la gente joven es protagonista y modificadora directa de todo lo que pasa, incluido el lenguaje. Con esto no estoy diciendo que haya que dejarles todo el control, pero sepamos aprender con humildad y aprovechar este impulso vital y pulsante que es ser padres en estos tiempos que corren.

Por otro lado, mi madre empezó a “guassapear” hace poco… tuvo su primer teléfono celular después de cumplir 70 abriles. Hace rato me llegó un mensajito que dice: “No me vas a spoilear la peli mientras esperamos al delivery del food truck del chino… please”. ¿Madres eran las de antes?.

* Producción y edición: Miguel Titiro

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