La Argentina después de la pandemia

No existe un plan Marshall sino varios recibidos por Argentina, conformando nuestra eterna y enorme deuda externa, el último de u$s 55.000 millones del FMI, todos dilapidados en gastos corrientes, falso control del dólar y fuga de capitales.

Japón y Alemania

Dos países destruidos en la segunda guerra mundial 1939/1945.

Al final de la guerra Japón había perdido el 42% de su riqueza y el 44% de su capacidad industrial, con una altísima inflación.

Se rindió incondicionalmente ante el General Douglas Mac Arthur, Comandante Supremo de las Potencias Aliadas ante Japón, el 15/09/1945, luego de padecer dos bombas atómicas.

Recibió ayuda de EEUU y de bancos que prestaron dinero a empresas a tasa cero durante algún tiempo, contribuyendo así, junto con la rebaja de impuestos, a la recuperación de su economía.

En la década del ’70 ocupaba el tercer puesto mundial por su PBI y en 1990 su PBI per cápita era de u$s 23.800.

Alemania sufrió hiperinflación en 1945 y la destrucción de sus principales ciudades por las bombas británicas.

En 1947 recibió del plan Marshall u$s 1.500 millones, u$s 15.000 millones actualizados, de un total de u$s 13.000 millones, hoy u$s 130.000 millones.

El Primer Ministro Konrad Adenauer y el Ministro de Finanzas Ludwig Erhard adoptaron la Economía Social de Mercado lo que provocó que en los 70´ Alemania fuera la tercera economía mundial.

Su moneda, el marco, fue la base del actual euro, la segunda moneda más fuerte del mundo.

En síntesis estos países necesitaron entre 25 a 30 años para salir de la destrucción llegando al liderazgo mundial.

Sin populismo ni demagogia y con pueblos inteligentes y sacrificados.

Argentina

No ha sufrido guerras destructivas pero sí una economía devastadora desde 1946 hasta hoy.

Administrada por pésimos gobiernos de distintos signos políticos, civiles y militares, que han dejado como prueba irrefutable la Argentina de hoy, un país inviable, pobre, descapitalizado, injusto, sin valores, sin riquezas y altísima inflación.

Con un pueblo paradójico que sigue eligiendo a quienes durante 74 años lo han destruido con dádivas y ocio, cometiendo iguales errores en cada elección.

Cree que con la misma ideología populista y demagógica, le solucionarán definitivamente sus históricos problemas, agravados hoy por la pandemia y cuarentena atroces.

¿Podrá salir cuando sea dominado el virus asesino?

La respuesta será sin dudas ¿con qué ideología política y económica afrontará el futuro?

No existe un plan Marshall sino varios recibidos por Argentina, conformando nuestra eterna y enorme deuda externa, el último de u$s 55.000 millones del FMI, todos dilapidados en gastos corrientes, falso control del dólar y fuga de capitales.

Se baja el precio del dólar combatiendo a la inflación, único modo, esto ignorado por políticos y economistas populistas.

Con el gobierno actual, Cristina en el poder y Alberto su subordinado, con los equipos kirchneristas peronistas en el poder, no veo ninguna salida posible porque han demostrado servir sólo para profundizar la grieta, las crisis y la subordinación del pueblo a su demagogia.

Aumentarán los impuestos para agrandar al Estado, del que viven y al que saquean, y subsidiarán al pueblo con planes “descansar”, destruyendo aún más a los contribuyentes que ya no pueden resistir más y que quedarán fundidos después de esta pandemia.

Creen que “combatiendo al capital” y aplicando el “socialismo del siglo XXI” solucionarán todos los problemas y seremos la “Argentina potencia” que soñaba Perón.

Esto es fracaso seguro.

Se profundizará el desastre, el default y cada decenio tendremos nuevas crisis, tal como lo hemos vivido hasta ahora durante casi ocho décadas.

Lo digo siempre pero nadie se interesa. De esto se sale solo con reforma y achicamiento del Estado burocrático, reforma política y judicial, que debe ser de excelencia e independiente de los gobiernos de turno, respeto y obediencia a la Constitución y a las leyes, bancos al servicio de la producción y el trabajo, moneda fuerte y prohibición de emisión sin respaldo, fomento a las exportaciones para ingresar divisas genuinas, prohibición de tomar préstamos para gastos corrientes o fuga de capitales y destinarlos solamente al trabajo y crecimiento del país, honestidad e incorruptibilidad de los políticos, y otras para las que carezco de espacio.

Procediendo así nuestra recuperación paulatina nos llevará, con esfuerzo y trabajo, no menos de diez a quince años.

Pero Guillermo Moreno asegura en Canal 26, que este gobierno recuperará al país a fin de año.

¡Sigue el populismo y la demagogia peronista!

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