Impedir el diálogo es una decisión política que atrasa

A lo que le están diciendo que no, no es al proyecto de reforma constitucional del Poder Ejecutivo, sino al debate, y esto es lo grave; ellos lo saben muy bien.

"A lo que le están diciendo que no no es al proyecto del Ejecutivo, es al debate". / Gentileza: Legislatura de Mendoza
"A lo que le están diciendo que no no es al proyecto del Ejecutivo, es al debate". / Gentileza: Legislatura de Mendoza

Durante la última campaña electoral la mayoría de los partidos políticos, incluido el Frente de Todos, se manifestó de acuerdo con reformar la Constitución. Tiempo después el Gobernador que la gente eligió está cumpliendo su compromiso, pero el principal partido de la oposición cambió de opinión, privándonos de la oportunidad de adecuar nuestras  instituciones a la realidad y de debatir entre todos/as algunos temas que tienen un impacto directo en nuestra vida cotidiana.

A lo que le están diciendo que no, no es al proyecto del Ejecutivo. Es al debate, y esto es muy grave. Porque, y ellos lo saben muy bien, en la Legislatura (donde, recordemos, están representadas la mayoría de las fuerzas políticas) tratamos sólo la ley que declara la necesidad de la reforma. Luego viene el referéndum donde la ciudadanía dice sí o no y luego la elección de constituyentes. Además, y también lo saben muy bien, esta Ley únicamente podría ser aprobada por consenso, porque necesita una mayoría especial. No hay forma de que desde el oficialismo se pueda imponer absolutamente nada. Esa es la verdad, lo demás son excusas.

Veamos de qué nos están impidiendo hablar:

Reducción de los Costos de la Política

Entre Diputados y Senadores hay 76 legisladores. Elegidos de la misma forma y representamos  lo mismo, sólo cambia la proporción según la población. Hay Departamentos que no tienen ningún representante. Además los legisladores podemos ser reelectos indefinidamente. Tenemos fueros, lo cual se ha distorsionado hasta tal punto que se ha vuelto un privilegio. La propuesta del Poder Ejecutivo incluye la unicameralidad con 48 legisladores (con mecanismos que garanticen la excelencia en la formación de las leyes) con la territorialidad como principio de representación de modo tal que todos los Departamentos estén representados.

Cada dos años hay elecciones. Esto implica una distorsión en la vida institucional, porque un año se gobierna o se ejerce la oposición y al siguiente se está en campaña. La gente se cansa, muchas veces es un esfuerzo ir a votar, sin contar con el gran gasto que esto significa. La propuesta del Poder Ejecutivo incluye la eliminación de las elecciones de medio término y da estatus constitucional a instrumentos de control y de participación directa.

Reelecciones, calidad institucional y controles republicanos:

La realidad institucional y política ha cambiado enormemente en estos últimos 100 años. La propuesta del Poder Ejecutivo mantiene la prohibición de la reelección del gobernador y limita a un solo periodo la de los demás cargos electivos. Además adecúa el alcance de los fueros para evitar que puedan evitar que quienes cometan delitos o faltas puedan ser condenados, elimina las sesiones secretas e incrementa las atribuciones de contralor de órganos extra poder

Autonomía Municipal

Hoy  nuestro régimen municipal se rige por la Ley Orgánica de Municipalidades que legisla para todos los Departamentos por igual a pesar de las enormes diferencias geográficas, demográficas, culturales y económicas que existen entre ellos.

La propuesta del Poder Ejecutivo posibilita a cada  Municipio contar con un régimen municipal autónomo que represente la realidad de sus vecinos y vecinas.

Nuevos Derechos. El Equilibrio Fiscal como Deber del Estado y Derecho Ciudadano y Equidad de Oportunidades entre Mujeres y Varones:

Las sociedades van creciendo y transformándose y los Estados van reconociendo cada vez más derechos a sus ciudadanos/as. La propuesta del Poder Ejecutivo establece el equilibrio fiscal como derecho de los ciudadanos y la consagración de la equidad de género tanto en el ámbito público como privado como una obligación del Estado

Esta enumeración no es taxativa, son sólo algunos ejemplos. Podríamos preguntarnos si hay alguien de nosotros/as que no se sienta representado por alguna o algunas de las reformas propuestas. Muchas forman parte de nuestra vida cotidiana, de nuestros deseos. Si gastamos menos en la parte innecesaria de la política, tenemos más recursos para invertirlos en algo más útil como escuelas y hospitales; si los políticos/as tenemos la misma obligación de responder ante la ley que cualquier ciudadano, somos una sociedad mejor; si cada vecino de cualquier Departamento puede ir a la Legislatura y encontrarse con su representante, la política tiene más sentido; si un ciudadano puede presentarse a la Justicia y exigir que su gobierno deje de gastar más de lo que ingresa, nuestros gobernantes serán más cautos;  si las mujeres sentimos que nuestros derechos son vulnerados, nuestra demanda tendrá estatus constitucional y sería más escuchada, si nuestro Municipio tiene la posibilidad de dictar su propia carta orgánica, nuestra vida como vecinos será más plena; si no hay hombres ni mujeres que se eternicen en sus puestos, nuestra democracia será más real.  Y así podríamos seguir...

Hay mucho en juego. Nos merecemos la oportunidad de, al menos, conversarlo.

*La autora es Senadora Provincial por UCR.

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