Humedales y autonomía provincial

La nacionalización de bosques, glaciares y humedales son inconstitucionales por ser ámbitos geográficos con recursos de excluvisa propiedad de los Estados provinciales.

Nuestros Legisladores no deberían permitir que se “nacionalicen” ciertos espacios en los que el uso del agua y demás recursos son de exclusiva competencia provincial.
Nuestros Legisladores no deberían permitir que se “nacionalicen” ciertos espacios en los que el uso del agua y demás recursos son de exclusiva competencia provincial.

En relación al excelente editorial de Los Andes del día 9 de septiembre, titulado “No perder de vista los humedales” quiero agregar algunas reflexiones vinculadas con anteriores expresiones mías acerca de la inconstitucionalidad de la “nacionalización” de bosques, glaciares y humedales por medio de leyes nacionales por ser ámbitos geográficos con recursos de exclusiva propiedad de los Estados Provinciales (artículo 124 de la Constitución Nacional).

En mi opinión, todos los ámbitos del mundo están relacionados entre sí, no son compartimentos estancos, y entre todos conforman el ambiente en el que se desarrolla la vida.

Voy a citar un ejemplo de interacción entre dos ámbitos, conocido por todos y tal vez olvidado por muchos. Me refiero a los oasis productivos y a las lagunas de Guanacache.

Unos cuantos siglos atrás los ríos San Juan y Mendoza escurrían libremente sus caudales colmatando esas lagunas y aportando a un humedal mucho mas extenso como fue el sistema del Desaguadero.

Sin embargo, las poblaciones y los gobiernos de las Provincias de San Juan y Mendoza, decidieron cortar el paso de las aguas para desparramarla y regar artificialmente enormes extensiones destinadas a la producción. Así se crearon los oasis productivos que fueron la base de la riqueza y del desarrollo de ambas provincias.

El aumento de la evaporación y de la evapotranspiración, dado por la mayor superficie de exposición, y el consumo del agua que las plantas incorporan a la masa vegetal, mas el consumo propio de humanos y animales, produjeron una disminución importante de los caudales que llegaban a la zona de Guanacache. Además, en algún momento se decidió usar el agua subterránea, que también aporta a los humedales, para la misma finalidad y con el mismo resultado.

La consecuencia de las decisiones, exclusivamente provinciales, fue una importante disminución del agua aportada al humedal y su proporcional degradación. Todo parece indicar que no se priorizó la conservación del humedal sino que se decidió usar el agua atendiendo a un interés económico y social considerado superior como era el desarrollo productivo de ambas provincias.

Es probable que en el futuro haya que tomar otras decisiones respecto del uso del agua en los territorios provinciales y para que eso se pueda efectuar, nuestros Legisladores no deberían permitir que se “nacionalicen” ciertos espacios en los que el uso del agua y demás recursos son de exclusiva competencia provincial.

*El autor es Geólogo.

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