En plena guerra de especulaciones

Es tanta la tensión generada por el desencuentro local del Pro con el radicalismo, que ahora hay analistas de la política que dicen que si se parte aquí, la crisis puede llegar al plano nacional. El intendente lavallino Roberto Righi, que esta semana será anfitrión del presidente, pide no hablar aún de candidaturas, más allá de que son muchos los que ven en él una figura potable para encarar algo a nivel provincial.

Roberto Righi, intendente del departamento de Lavalle. Esta semana será anfitrión en Mendoza del presidente de la Nación. Y ya algunos hablan de la intencion de Righi de postularse como candidato a gobernador del peronismo más allá del kirchnerismo.
Roberto Righi, intendente del departamento de Lavalle. Esta semana será anfitrión en Mendoza del presidente de la Nación. Y ya algunos hablan de la intencion de Righi de postularse como candidato a gobernador del peronismo más allá del kirchnerismo.

La representación local de Juntos por el Cambio genera expectativas a nivel nacional en ese espacio. Más de una vez se ha sostenido que las posibilidades de fractura de la coalición en Mendoza dependían de lo que ocurriese en ese conglomerado en el orden nacional. Sin embargo, es tanta la tensión generada por el desencuentro local del Pro con el radicalismo, que ahora hay analistas de la política que dicen que si se parte aquí la crisis puede llegar al plano nacional.

También hay frentes de tormenta en las coaliciones de otras provincias, pero, a diferencia de Mendoza, se trata de escenarios en donde la alianza UCR-Pro es oposición.

Son temas para la agenda de trabajo de Rodolfo Suárez, que regresa de sus vacaciones, entre otras cosas, para ponerse al frente de un proceso electoral en el que el oficialismo mendocino puede aportar su granito de arena para un eventual triunfo nacional.

Después de CABA, Mendoza es la provincia más importante en manos de la coalición opositora. Y en ese contexto, el radicalismo mendocino considera ser una especie de nave insignia dentro del centenario partido.

Es indudable que Cornejo y De Marchi se constituyeron en los dos grandes animadores del proceso electoral provincial. Y ambos forman parte de una verdadera guerra de especulaciones políticas para ver hasta dónde tirar de la cuerda cada uno.

El partido que lidera De Marchi es el que tiene la última palabra sobre la continuidad de Cambia Mendoza y decidirá en algún momento si deja a la UCR en soledad, más allá de socios partidarios de menor porte que permanezcan en ese espacio.

Hay dos aspectos salientes que llevan a la dirigencia del Pro local a pensar en la posibilidad de competir por afuera de la coalición y, eventualmente, encabezando otro conglomerado de partidos cuyos dirigentes esperan lo que decida De Marchi: un punto de vista bastante crítico con respecto a lo que significó la actual gestión y ciertos reparos al armado político que caracteriza a Alfredo Cornejo. Es por ello que tanto se habla de una situación prácticamente insostenible.

De Marchi sabe que está en condiciones de encabezar una propuesta electoral alejada de la UCR. Sería la opción con la que obtendría mayores adhesiones, no sólo entre dirigentes partidarios, sino, fundamentalmente, entre empresarios y otros sectores que ven al actual diputado nacional como un recambio necesario.

Además, varios sondeos coinciden en que el PJ corre el riesgo de ubicarse tercero y no “pasar por el medio” para quedarse con la conducción de la provincia ante una eventual fractura UCR-Pro, como ocurrió cuando ganó Celso Jaque, en 2007, y también en gran medida Francisco Pérez cuatro años después. En el círculo cercano a De Marchi aclaran que es un tema que siempre han tenido en cuenta; un peronismo mejor posicionado podría generar replanteos.

En cuanto a Cornejo, su indefinición genera ansiedad puertas adentro del radicalismo. En una reciente entrevista con un medio nacional, señaló, para sorpresa de varios, que no descarta seguir siendo senador nacional, en clara alusión a la disputa nacional aun inconclusa en Juntos por el Cambio por las candidaturas nacionales y a su promocionado posible retorno a Mendoza para buscar nuevamente la Gobernación.

Hay que tener en cuenta que Cornejo tiene mandato en el Senado por cuatro años más. No lo desvela la tarea legislativa, ya se sabe, pero quién puede asegurar que lo entusiasme volver a competir por la gobernación mendocina sólo como salvador, o como garantía de triunfo.

Interrogantes para Rodolfo Suárez, que ya se expidió a favor de la candidatura de su antecesor y lo bendijo indicando que es quien verdaderamente puede alinear a la mayor parte de la UCR local y ordenar su interna.

Si Cornejo finalmente no se anota en Mendoza, que sigue siendo el escenario con menos posibilidades, reaparecerán con fuerza las precandidaturas de intendentes, que fueron los que decidieron dejar de lado temporalmente sus respectivas aspiraciones si aquél decide competir.

Estos movimientos en el radicalismo son los que también llevan al Pro local a apelar a sus propias especulaciones. Una interna en primarias entre Cornejo y De Marchi, por adentro de Cambia Mendoza, sería una suerte de final soñada anticipada. Como un Argentina-Brasil en semifinales de cualquier Mundial de fútbol, con resultado a priori favorable al radical.

Todo esto también lleva a De Marchi a postergar al máximo sus decisiones. Es lógico que evalúe sus posibilidades por adentro o por afuera de la coalición y según sea el rival radical a enfrentar.

Otro de los sectores en estado deliberativo creciente es el que lidera el diputado Jorge Difonso, Unión Popular. De acuerdo a las últimas reuniones del partido, habría una mayoría de dirigentes a favor de una ruptura con Cambia Mendoza.

Reiteran que luego del golpe que significó para el Gobierno no poder avanzar con la modificación de la ley minera (7.722), en el radicalismo nunca dieron vuelta la página, es decir, no olvidaron la fuerte injerencia que tuvo el sancarlino en las importantes movilizaciones que hubo contra la reforma de esa legislación.

La tensión y la incomodidad, en realidad, fueron mutuas, ya que Difonso también se sintió vulnerado por el rápido intento de modificación de aquella legislación. Luego llegó la pandemia de coronavirus, que puso en suspenso por varios meses toda posibilidad de replanteo sobre la continuidad o no de ese espacio en la coalición. Aseguran en el entorno del sancarlino que la intención siempre fue ayudar al Gobierno ante la inesperada emergencia sanitaria.

Pero más allá de esa circunstancia, en Unión Popular sienten que nunca la UCR se interesó por las iniciativas promovidas por el partido en Diputados, como el apoyo a la vuelta del tren de pasajeros, los efectos de la sequía, la propia mirada sobre la reforma política, etc). Y en lo que se refiere al departamento que conduce el “difonsismo”, San Carlos, sostienen que al intendente Scanio no le cumplió el Gobierno local con obras importantes que, incluso, estaban presupuestadas.

Por otro lado, la aparición en escena de Silvia Cornejo, hermana del ex gobernador y líder de la UCR sancarlina, también agitó las aguas en la interna de la coalición oficialista en un departamento en el que Difonso y su espacio vienen dominando la escena política desde hace varios años. El planteo de no desdoblamiento de elecciones municipales molesta a Difonso, que siempre apeló a esa estrategia con éxito. Y si la dirigente Cornejo pretendiese anotarse para competir por la intendencia podría desatarse otra pelea de gran porte.

En lo que se refiere al justicialismo, el anuncio de la llegada a la provincia, el miércoles, del presidente de la Nación sorprende a quien será anfitrión, el intendente de Lavalle, Roberto Righi. ¿Por qué lo sorprende? Porque es indudable que el peronismo atraviesa en Mendoza uno de sus peores momentos históricos en cuanto a credibilidad e intención de voto. Y la figura presidencial menos le puede aportar, si se tiene en cuenta su tremenda caída de imagen a nivel nacional.

Sin embargo, la puesta en marcha de la ampliación de una planta de servicios sanitarios encuentra al popular intendente lavallino en un momento de replanteos no sólo con respecto a su futuro político (ya no puede ser reelecto luego de muchos años al frente de su comuna), sino con la intención de que de una buena vez el peronismo mendocino esboce un plan de gobierno, algo que, según el jefe municipal de Lavalle, prácticamente el PJ local no tiene desde la triple gestión del “equipo de los mendocinos”.

A quienes lo frecuentan, Righi les pide todavía no hablar de candidaturas, más allá de que son muchos los no kirchneristas que ven en el popular dirigente del norte provincial a una figura potable para encarar algo a nivel provincial en base a su experiencia.

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