El paisaje vitivinícola y el avance de los barrios

Los mendocinos prefieren los paisajes verdes sobre los áridos, asignándoles mayor valor estético a los primeros.

Los mendocinos prefieren los paisajes verdes sobre los áridos, asignándoles mayor valor estético a los primeros. / Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Los mendocinos prefieren los paisajes verdes sobre los áridos, asignándoles mayor valor estético a los primeros. / Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

¿Qué piensan y sienten las personas que residen en el Área Metropolitana? Las respuestas a esta pregunta son abordadas en el capítulo «Valoración de los servicios ecosistémicos culturales provistos por el agroecosistema Oasis Norte de Mendoza. Análisis de las respuestas de la población residente del Área Metropolitana de Mendoza», trabajo desarrollado por quien suscribe junto con las investigadoras de la Facultad de Ciencias Agrarias: Laura Alturria, Laura Abraham y Verónica Hidalgo y publicado en el libro de Ediciones INTA «El paisaje vitivinícola de Mendoza. Su evaluación económica y social» [1].

La intención principal fue conocer qué valor atribuye la sociedad local al ambiente que rodea el Área Metropolitana de Mendoza, en este caso específico el presente en Luján de Cuyo y Maipú, conformado principalmente por viñedos y enmarcados en la vista de nuestra precordillera y cordillera y cuál es el nivel de preocupación frente al avance desordenado de los barrios, proceso que comprometería el disfrute del mismo.

Estas zonas constituyen además de un espacio productivo, un bien ambiental. Se partió de la suposición que provee beneficios como el disfrute escénico y el desarrollo de actividades vinculadas a la recreación por parte de la población residente en la ciudad, sin entrar a considerar en este trabajo aquéllas de naturaleza económica como las derivadas del turismo en todas sus modalidades, que fueron reservadas a posteriores estudios.

Para ello se llevaron a cabo casi 700 encuestas presenciales a responsables de decisiones en hogares del Área Metropolitana de Mendoza, seleccionados al azar. En la entrevista se consultaron acerca de diversos temas que incluyeron aspectos de la problemática ambiental en general y en particular sobre su conocimiento y percepción de los fenómenos de avance de los barrios sobre tierras cultivadas tradicionales. Dado que la valoración del paisaje es un fenómeno perceptual y por lo tanto subjetivo, que depende de la historia y personalidad individual, fue importante conocer la forma de enfocar el problema y de esta forma justificar su instalación en la agenda de los municipios y del Estado provincial para orientar decisiones de planificación territorial.

Los jefes/as de hogares prefieren los paisajes de ambientes naturales y también agrícolas sobre los más intervenidos como los urbanos. Los mendocinos prefieren los paisajes verdes sobre los áridos, asignando mayor valor estético a los primeros.

El aprecio por los paisajes agrícolas se incrementa con el nivel de ingresos.

A medida que aumentan los años de instrucción la preocupación por los temas ambientales es mayor, mientras que en los grupos con instrucción elemental la seguridad personal es más prioritaria.

Otros temas ambientales fueron prioritarios: la contaminación sonora vehicular y la proliferación de basurales, resultados de la urbanización creciente. Los ancianos y el estrato más joven se presentaron como menos sensibles a estos problemas; puede suponerse que los cambios a largo plazo no preocupan demasiado a la población octogenaria. Los «millennials» manifestaron también un interés menor; quizás por estar abocados a temas más urgentes. El 59% de los encuestados reconoce la importancia de estos en general.

Algunos de los resultados: el 81% visualiza que en el futuro habrá menos terrenos agrícolas y paisajes, respuesta reiterada para todos los grupos de edad, nivel de ingresos, instrucción o lugar de residencia.

El 60% afirma que el proceso de invasión urbana a nuestro campo le afecta personalmente y el 69% localiza las pérdidas en los viñedos de Luján de Cuyo y Maipú. Más de la mitad de la población encuestada realiza actividades recreativas en este espacio rural, reconociendo el servicio provisto; estas personas y su familia realizan actividades de esparcimiento tales como contemplación, caminatas, paseos, picnic, ciclismo o fotografía.

Frente a una propuesta de planificar y proteger el paisaje mediante la correspondiente asignación de usos de los terrenos en la zona mediante políticas públicas, el 76% respondió que reconoce los beneficios de este entorno ordenado. Las personas entre 30 y 40 años fueron las más interesadas en participar activamente de estos procesos.

El 76% reconoce que el avance urbano lo afecta y prefiere un paisaje ordenado. Esta orientación es máxima en el estrato etario maduro y mínima en los muy jóvenes.

La población joven del segundo grupo (mayores de 30 años) y los universitarios son los que ante un plan de ordenamiento territorial de estos espacios, manifiestan una mayor voluntad de participar activamente.

Los resultados de esta experiencia coinciden con los realizados en otros países y justifican la firme y sostenida inclusión de la protección y gestión del paisaje del oasis en las agendas municipales y provinciales, muchas veces abocadas a la urgencia cotidiana, con un urgente compromiso a largo plazo que promueva la conservación de este patrimonio ambiental, escaso ya que solamente el 3% del área provincial está irrigada y vulnerable frente a procesos urbanos expansivos rápidos y de consecuencias irreversibles.

[1] Disponible en: https://repositorio.inta.gob.ar/handle/20.500.12123/8929

*La autora es Investigadora EEA Mendoza. CR Mendoza San Juan. INTA.

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