El ciclo lectivo 2022 ya está en la línea de largada

Las escuelas mendocinas se preparan para iniciar el camino de 190 días de clases con las discusiones de siempre y la promesa de hacer foco en la presencialidad y la alfabetización.

Las escuelas de Mendoza volverán a clases con presencialidad absoluta. Foto: Mariana Villa / Los Andes
Las escuelas de Mendoza volverán a clases con presencialidad absoluta. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Arranca otro ciclo lectivo y no parece muy diferente a otros tantos, salvo porque esta vez se intentará llegar a los 190 días de clases. Mientras las familias sacamos cuentas para ver qué útiles compramos y tratamos de reutilizar la indumentaria escolar que quedó casi nueva después de la virtualidad del 2020 y de la semipresencialidad del 2021, sigue vigente el tironeo entre gobierno y sindicato -más allá de la impostada predisposición al diálogo que pocas veces es creíble-porque el salario no está arreglado antes de poner primera.

Una vez más si nos quedamos con el discurso oficial -aunque se reconoce que el sistema educativo no se encuentra en la panacea y queda bastante por hacer- parece que se va por el camino correcto. Sin embargo, al observar con los lentes de las bases, ese camino se desdibuja. Ya lo dice el viejo adagio: todo depende del cristal con que se mire.

¿Dónde estamos?

La radiografía del sistema educativo de Mendoza en base al Sistema Integrado de Consulta de Datos e Indicadores Educativos (Sicdie) muestra en rasgos generales que se diferencian bastante del resto del país.

Los números oficiales relevados del 2020 indican, por ejemplo, que la provisión de internet es superior en las escuelas primarias y secundarias de Mendoza respecto de las del país (89% y 97% respectivamente vs. 73% y 79%).

La instalación de bibliotecas y de laboratorios de informática es más dispar. Dos de cada 10 jardines mendocinos cuenta con biblioteca y 29% tiene laboratorio de informática; a nivel nacional tres de 10 tienen biblioteca y sólo 16%, laboratorio de informática. En las primarias, hay biblioteca en 37% de las instituciones (10 puntos por debajo de la cantidad de bibliotecas en escuelas del país) y existen laboratorios de informática en 55% de las escuelas (26 puntos sobre el país). Las secundarias están mejor posicionadas: 65% con biblioteca y 61% con laboratorio vs 49% y 39% respectivamente.

En cuanto al tipo de gestión, tanto en primarias como en secundarias Mendoza cuenta con mayor porcentaje de alumnos en escuelas estatales que privadas respecto del país (81% y 78% sobre 74% y 71). La matrícula de los jardines mendocinos estatales es 5 puntos menor que la de jardines argentinos (65% vs 70%).

Por último, el promedio de alumnos por sección difiere según los niveles: para el nivel Inicial es menor en la provincia que en el país (18.8 vs 20.9); para primaria es levemente superior (23.1 sobre 22.5) y para secundaria es un poco mayor la brecha (26.2 sobre 24.5).

Para completar la radiografía, se puede mencionar que en Mendoza 9% de las primarias tiene jornada extendida y 21% de las secundarias es técnica, mientras que en el país el porcentaje de jornada extendida asciende a 21% primarias y el porcentaje de técnicas desciende a 13%.

La pandemia

El año que se denominó de virtualidad a pesar de las carencias de conectividad y dispositivos y el año de semipresencialidad dieron mucha tela para cortar, dejaron muchas enseñanzas y abrieron algunos interrogantes. La prioridad es tener claro a qué escuela volvemos. “Todo el mundo trabaja en la oportunidad que la pandemia puso sobre la mesa”, sintetizó el especialista Manuel Tronge, presidente Educar 2050.

Los grupos reducidos o burbujas tuvieron aspectos positivos como el incremento en la productividad, la personalización del trabajo con cada alumno y sus necesidades, una mejor individualización de las problemáticas, un trabajo más eficiente y efectivo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, una disminución de la conflictividad en el aula y la escuela.

Los datos presentados por la Dirección General de Escuelas en el acto de apertura del ciclo lectivo confirman la apreciación de los docentes. Por un lado, 67% de los estudiantes que en abril de 2021 estaban en riesgo de abandono salieron de esa categoría en noviembre. Por otro, el alumnado que necesitaba apoyo pedagógico rondaba el 13% en abril y en noviembre cayó al 7%. Finalmente, hubo mayor recuperación de saberes y egreso (de 34% en 2019 se pasó a 50% en 2021).

¿Se pueden mantener los grupos divididos? Claramente, no. En un contexto de presencialidad plena sería imprescindible el doble de infraestructura, de docentes, de presupuesto.

Ya nadie discute que la presencialidad es fundamental, pero hay aspectos de este 2020 y del 2021 que deberían rescatarse para avanzar en una escuela que se adapte a las nuevas tecnologías, a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades de niñas, niños y adolescentes.

Las metas oficiales 2022

A mediados de la primera semana de febrero, el director general de Escuelas José Thomas explicó a los supervisores que la idea para este 2022 es focalizar en dos políticas centrales para achicar la brecha socioeducativa y apoyar las trayectorias reales de los chicos: presencialidad y alfabetización. “Necesitamos que los chicos estén en las escuelas y que las escuelas se encuentren abiertas, y, en ese sentido, para mejorar la presencialidad debemos contar con un buen calendario, sumar horas a las trayectorias más débiles e insistir a los padres para que envíen a sus hijos a la escuela”, insistió el funcionario.

El compromiso en este sentido es bastante amplio -abarca diferentes acciones y entrega de material- y busca continuar el éxito del programa Fluidez Lectora que ya se vislumbra como el dato positivo que sellará la gestión educativa del gobierno de Suárez.

Otra pata que se buscará trabajar es la innovación pedagógica -un eje que también arrancó el año pasado- y que se fortalecerá en los diferentes niveles y modalidades según corresponda a través de formación docente, proyectos sustentables, articulación con artistas y con sectores productivos, talleres, entre otros.

Para estos planes y programas, la DGE cuenta con un presupuesto que -aseguran- es mayor que el del año pasado.

El ciclo lectivo 2022 está en la línea de largada y son los equipos docentes quienes en los próximos días tienen la responsabilidad de poner a punto a cada escuela para acompañar a los estudiantes en esta carrera.

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