De la Justicia y sus tiempos

No suena inapropiado pedir a nuestra Justicia un esfuerzo extra durante la emergencia que vive el mundo. Tuvieron una excelente oportunidad si hubieran sacrificado una de las dos ferias anuales que disfrutan. No lo hicieron.

Imagen ilustrativa / Archivo
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Cuando una verdad permanece inalterable a lo largo de 20 siglos, parece difícil no aceptarla como “la” verdad.

En el año 30 aC, Séneca, filósofo latino, decía: “Nada se parece tanto a la injusticia, como la justicia tardía”.

Diecisiete siglos después, Jean de La Bruyere, filósofo y moralista francés, repetía: “Esencial a la justicia es hacerla sin diferirla. Hacerla esperar es injusticia”.

En el siglo XIX, Marcel Schwob, escritor y crítico francés, reclamaba: “Sé justo en el momento preciso. Toda justicia que tarda es injusticia”.

Y en el Siglo XXI, el 12 de abril de 2018, el diario La Nación, publicaba una declaración de Daniel Sabsay, constitucionalista argentino, con este título: “La justicia lenta no es justicia”.

Sin embargo, pese a todas estas expresiones que debieran ser un estímulo para quienes tienen la responsabilidad de administrar la justicia, pareciera ser que no perciben la lentitud de su gestión.

En Mendoza, un argumento para el enlentecimiento -que ya era histórico, aceptado y padecido, desde mucho antes-, es la cuarentena obligada por la pandemia.

Este argumento es falaz.

Por el contrario, la obligada digitalización de los trámites, las tele-audiencias, las notificaciones y presentaciones vía email, etc., debieran haber agilizado los tiempos.

Es incierto que la emergencia haya determinado un menor presentismo, cercano al 50%, en los diferentes niveles, sean éstos juzgados, cámaras, fiscalías, etc.

Los empleados de riesgo que deberían aislarse en sus domicilios, se supone que continuaban trabajando vía digital. Luego, tal como ocurre en el Ejecutivo, el sistema no debería sentirse lesionado.

Más aún, ciertas áreas laborales, tales como las de salud y seguridad, incrementaron sus prestaciones.

Así, entonces, no suena inapropiado pedir a nuestra Justicia un esfuerzo extra durante la emergencia que vive el mundo. Tuvieron una excelente oportunidad si hubieran sacrificado una de las dos ferias anuales que disfrutan. No lo hicieron.

Hay un viejo chiste que dice: la duración de la expresión “un minuto” depende del lado de la puerta del baño donde uno se encuentre.

Esto mismo describía Louis Sebastien Mercier, escritor francés del Siglo XVIII, cuando decía: “Juzga a un hombre cuando te hayas puesto en su lugar.”

Si nuestros jueces supieran cuan diferentes son sus horas, a las de aquellos que esperan sus sentencias, seguramente acelerarían el paso.

A veces, estas reflexiones tienen el efecto opuesto al que están destinadas. Es un riesgo que se debe correr.

Espero que el espíritu de Cristóbal Pérez de Herrera, médico, militar y político español del siglo XVI, impregne a quienes se sientan señalados en esta nota.

Pérez de Herrera decía: no tengas por importuno al que pida cosas justas.

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