Cultura de la impunidad e ideologismo fanático

Los bolsos de López, la saga de los “Cuadernos” ,el Vacunatorio VIP y el Olivos Gate son solo la punta de un iceberg inmenso.

Los cuadernos de la corrupción K - Archivo / Los Andes
Los cuadernos de la corrupción K - Archivo / Los Andes

Cuando una cultura de impunidad se junta con el ideologismo fanático, las consecuencias para la sociedad son nefastas.

“La Cristina”, luego de un “fallo rápido” a su favor, recibirá una jubilación de $ 2.500.000 por mes y un retroactivo de $ 120.000.000.

Mientras tanto 300.000 jubilados están en juicio y a la espera de un cobro retroactivo por mala liquidación, desde hace años.

Hasta que Martín Tetaz no mostró todos eso billetes juntos en la pantalla, para nosotros era una más de las tantas, pero ver en una mesa los $26.000 de la jubilación mínima y esa montaña de billetes para “La Cristina”, hizo  “visible” la magnitud de lo que genera todos los días nuestra cultura de la  impunidad en sus efectos: los privilegios de casta.

La impunidad que es la ausencia de sanción por parte de la Justicia, frente a una conducta contraria a la ley, siempre había formado parte de nuestra historia, pero es a partir del menemismo cuando empezó a desmadrarse y continuó su mancha inexorable, sobre toda la sociedad de manera ininterrumpida.

Los bolsos de López, la saga de los “Cuadernos” ,el Vacunatorio VIP y  el Olivos Gate son solo la punta de un iceberg inmenso.

Existe, por otro lado, la presunción cierta de que ciertos segmentos de nuestra sociedad han perdido la habilidad de pensar racionalmente y la han reemplazado por un “ideologismo tóxico”.

Simultáneamente, por fortuna, otra parte se está volviendo más “alerta”, más consciente que empieza a dudar y a poner en tela de juicio las certezas del populismo cerril.

Certezas recitadas religiosamente por más de setenta años, pero que estos sectores en proceso de concientización, empiezan a resistir para no  ser arrastrados en su fase regresiva que una parte importante de la población, todavía la está sufriendo.

A lo largo de la historia humana estos procesos se han repetido periódicamente, donde vastos sectores de las sociedades  retroceden colectivamente a un estado más bajo de consciencia.

Esto ha pasado cuando un país o colectivos sociales han sido controlados por ideologías tóxicas, que han tomado posesión de las mentes de millones de personas. Ahí  la locura se desató incontrolable.

Estos “virus ideológicos” hacen  que la realidad se vea totalmente distorsionada a través de un velo opaco  que  toma el control de las mentes de esas personas.

Estas “pandemias ideológicas” son tanto o más peligrosas que las de los virus reales.

Siempre terminan traduciéndose en la existencia de los malditos  “enemigos del Pueblo, de la Nación, la Patria, de la Clase Social, del Continente, de Occidente, del Partido”, etc. etc.

Este proceso se ha vuelto dramáticamente funcional, a su vez, a nuestra cultura malsana  de impunidad y su mezcla está haciendo estragos en nuestra sociedad!

¿Y en qué consiste esta mezcla de impunidad con ideologismo fanático?:

• en que ya no podemos ver la realidad como es y distinguir entre  lo que está  bien o mal, lo que debe ser y lo que es o poder percibir cuando mentimos o decimos la verdad.

• en que debemos creer y aceptar que  5+5 = 13, so pena de ser clasificados y etiquetados  como “el enemigo” al   que hay, por supuesto, que combatir y destruir en lo posible.

• en que veremos la realidad a través del velo  de ese pensamiento irracional que nos controla y se apodera de nosotros, sin darnos siquiera cuenta y con el cual pasamos a estar totalmente identificados.

• identificación que establece que todo lo que queda afuera de ese esquema mental pase a ser falso, tendencioso, mentira, prejuicio, fake news,  lawfare , error, equivocación y/o mala información.

Hoy, esto se ve potenciado por la tecnología de Internet que permite a una ideología tóxica que pueda expandirse como un incendio forestal.

Nuestra dirigencia va a tener que refundarse si quiere resolver definitivamente este complejo y sistémico problema, ya que en este tiempo de democracia recuperada, fue totalmente funcional a él.

Tarea difícil por cierto que  le va a consumir más de dos o tres administraciones continuas y coherentes  de gobierno.

Especialmente sabiendo este sistema perverso, que el resultado de las recientes elecciones, marcó el principio de su fin, y por lo tanto “ahora sí, vendrá por todo”.

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