Coviar: ¿una oportunidad para la unidad?

En un nuevo desayuno vendimial y con un nuevo presidente que asume, se podría pensar en cerrar la grieta vitivinícola.

Cada año, el desayuno vendimial de la Coviar es un espacio donde se reúnen varios referentes vitivinícolas. Imagen: Maxi Ríos / Los Andes
Cada año, el desayuno vendimial de la Coviar es un espacio donde se reúnen varios referentes vitivinícolas. Imagen: Maxi Ríos / Los Andes

En la vitivinicultura, al igual que sucede con el resto de las discusiones a nivel país, muchos hablan de cerrar la grieta, pero parece un discurso vacío, con el único objetivo de dejar conformes a todos. En la realidad, no lo practica nadie, y varias cámaras vitivinícolas lo utilizan para seguir radicalizados. Es que, al margen de las fachadas, es la situación que parece primar.

Nadie lo dice, pero los funcionarios nacionales que hoy asisten a la vendimia lo conocen de primera mano. Saben que “la interna” en la vitivinicultura es fuerte, que no hay una cámara que los aglutine a todos, ni siquiera por provincia y que cuando se juntan con la “industria” son varios representantes, más de lo que se querría admitir, todos con intereses distintos. Probablemente, sea la razón por la que se logran avances aislados, que se terminan apropiando de un lado u otro de la grieta.

El desayuno de Coviar en la Vendimia, cada sábado desde hace más de una década, da el escenario para que la industria dé esa sensación de institucionalidad y que todos “tiran” para el mismo lado. Pero, en los últimos tres años, eso ya no ha sido posible. La política, en varios discursos, ha hecho un llamamiento a la unidad del sector, pero no ha habido respuestas.

Con la entrada de Mario González, hoy como presidente de Coviar, y los cambios institucionales de otras entidades, referentes aseguran que se podría abrir un camino de diálogo, aunque pocos se anima a pronosticar un espacio de unidad.

En sus inicios, Coviar tenía por objetivo trabajar sobre un plan estratégico en el cual los eslabones de la cadena estuvieran de acuerdo. Se pusieron objetivos que al 2020 no se lograron cumplir. Las razones son varias, muchas de ellas atendibles. También es cierto que, en esta década, poco cambió en el negocio del vino.

Por lo tanto, la nueva administración de Coviar tiene la oportunidad de recomponer el espacio de diálogo, construir puentes y trabajar sobre los lineamientos en donde estén de acuerdo.

La vitivinicultura está en crisis: las exportaciones con números en negativo, las ventas en el mercado interno complicadas, y la falta de agua y los accidentes climáticos dejan al productor en un estado frágil. La cadena necesita que todos los eslabones sean rentables. Es hora de trabajar por ello. ¡Feliz Vendimia!

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