Cómo se consolida el poder político en Mendoza

Se consolida así un nuevo esquema de organización del poder. Los intendentes son el puente entre las políticas de un gobierno nacional o provincial.

Imagen ilustrativa / Los Andes
Imagen ilustrativa / Los Andes

El poder se construye desde diversos espacios, pero se disputa, ejerce y consolida fundamentalmente desde lo territorial. No es posible entender los liderazgos de los partidos solo desde su tradición histórica, su acumulación de victorias, sus relatos o desde sus representantes más embanderados.

Los dos frentes más fuertes y decisivos de la política mendocina, con sus bases apoyadas en el peronismo y el radicalismo, tienen como eje central de disputa una antigua proclama, pero que se pone en marcha por medio de mecanismos diferentes. Se trata de la disputa del poder en el micro espacio territorial. “Bajar a la calle”.

Las elecciones de 2013, en la que la UCR supera por 20 puntos al PJ generan un nuevo contexto para el ajedrez político. Las bases territoriales del radicalismo empiezan a crecer lentamente a través de la militancia, de la caída gradual de Paco Perez, el declive electoral del kirchnerismo y la participación de poderes menos visibles pero no por eso menos eficaces como los medios de comunicación y su expansión digital.

En diciembre de 2015 se profundiza la cruzada radical por el poder en Mendoza, obtenida la gobernación, se suman también otras armas y herramientas políticas: nuevos territorios. Guaymallén y Las Heras, tradicionales bastiones del poder peronista, quedaron en manos de Cambia Mendoza, frente hegemonizado internamente por la UCR. Los barones peronistas de los municipios más populosos y con más electores de Mendoza, perdieron el mando a manos de una UCR que entendió que el poder se consolida desde el territorio.

Cuatro años más tarde, 2019, suma otra insignia. La del Este provincial. Que si bien ya se había consolidado en esa zona a través de municipios como Junín o Rivadavia, el bastión electoral es San Martín y su conquista es un hecho que más allá de su efecto electoral relativo (por el caudal de votos bajo en dentro del padrón provincial) el impacto simbólico fue mucho mayor. Nos indicaba una consolidación de una fuerza que expandía su territorio. Además, se incrementó la brecha electoral a nivel provincial entre los dos frentes en comparación con las anteriores elecciones.

Se consolida así un nuevo esquema de organización del poder. Quienes antes no eran decisivos en la estrategia de comando dirigencial, se fueron convirtiendo progresivamente en los engranajes centrales de la política y la toma de decisión. Estamos hablando de los nuevos jerarcas de la política: los intendentes.

Los intendentes son el puente, el vaso comunicante entre las políticas macro de un gobierno nacional o provincial, siempre lo fueron, pero hoy asumen más poder que nunca porque los vecinos y vecinas, además de los reclamos macro, como educación, empleo y salud; quieren que la puerta de su casa esté iluminada, limpia, asfaltada y segura. Tener un espacio verde cerca, un servicio de recolección de residuos prolijo y las acequias libres de basura y hojas. Esto hace aún más complejo el juego de gobierno y más necesario el rol operativo del municipio como medio para concretar la gestión.

La respuesta a las exigencias diarias de los vecinos, sólo pueden ser satisfechas por los garantes de lo micro territorial, de lo espacial en sus pequeñas escalas. Entenderlo así transfiere fortaleza a los gobiernos provinciales desde “abajo hacia arriba”, Suarez, al parecer, lo entiende así; Por eso a cada decisión con impacto en lo cotidiano e inmediato, la consulta con los jerarcas comunales, sean o no sean del Frente Cambia Mendoza.

Por su lado el peronismo, con baja cohesión entre sus referentes territoriales y su líder partidaria local, también organiza su juego en este sentido. Pero, ¿cómo lo hace con unos pocos municipios bajo su órbita? A través de las instituciones con más transferencia territorial que tiene la nación: PAMI, ANSES y ministerios como el de trabajo y Salud entre otros. Así se tejen relaciones donde el territorio no termina de ser del todo propio ni ajeno a ninguna fuerza; porque lo sensible como el empleo, la asistencia social, la garantía de derechos como las jubilaciones o asignaciones, medicamentos, vacunas COVID, también son promovidos desde estos espacios no vinculados directamente con el Frente Cambia Mendoza, y transfiere legitimidad y reconocimiento para la disputa de poder desde el Frente de Todos.

Los más jóvenes que acceden a un empleo o a un estímulo, los más ancianos que consiguen sus jubilaciones (aunque magras) y a sus medicamentos de forma gratuita o las familias que acceden a sus asignaciones por hijo son también beneficiarios de las políticas nacionales que bajan a escalas micro. Hoy los datos indican que el Frente de Todos mide mejor en la población de jóvenes y adultos mayores de estratos bajos, e incrementa esos indicadores en municipios como Tunuyán, Maipú o San Rafael.

La contienda electoral siempre será dinámica, incierta y espontánea. Porque así lo es el territorio. La vacunación puede mover la aguja, al igual que la generación de empleo, la recuperación económica y la estabilización de la inflación. Pero también lo hará la gestión de lo cotidiano desde cada dirección, secretaría e intendencia de cada municipio.

El ajedrez está en marcha, pero en este juego, la particularidad es que parece que los contendientes, si bien juegan la misma partida, mueven sus piezas al mismo tiempo y con estrategias diferentes.

*Los datos de mediciones que se utilizan son de Sociolítica Consultora.

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