Asunción de Castillo y Cumbre del Grupo de Puebla

Alberto Fernández es el único presidente en ejercicio de la región en integrar el Grupo de Puebla.

Asunción de Castillo y Cumbre del Grupo de Puebla.
Asunción de Castillo y Cumbre del Grupo de Puebla.

La asunción del nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, el 28 de julio, confirmó su alineamiento con la izquierda y sus dificultades de gobierno. Fue el mismo día que se conmemoró el bicentenario de la independencia nacional, declarada por José de San Martín. El presidente ha sido electo por el partido Perú Libre, cuyo líder es Vladimir Cerrón, declaradamente marxista y cuyo padre era considerado uno de los ideólogos de Sendero Luminoso. Tanto el nuevo Primer Ministro, Guido Bellido, como el canciller Héctor Béjar, han tenido militancia marxista y el segundo de ellos fue guerrillero pro-cubano en los años sesenta. Cerrón no podía ser candidato por problemas judiciales derivados de denuncias por corrupción en un gobierno local que ejerció, y eso lo llevó a elegir a Castillo como candidato, un sindicalista docente sin pasado político. El nuevo ministro de Economía (Pedro Franke) aparece como un moderado, pero con poca posibilidad de neutralizar a sus compañeros del Gabinete. Las definiciones respecto a Cuba y Venezuela han sido de solidaridad. En un gesto hacia las Fuerzas Armadas, Castillo presidió una formación y desfile por el bicentenario de la independencia, pero tuvo que irse antes de que terminara, para viajar al interior y demostrar su solidaridad con los sectores indígenas, que son los más pobres y de donde él proviene. Castillo ha ratificado su propuesta de la campaña electoral de modificar la constitución. Esta es una herramienta clave para establecer un Estado populista, y parece dispuesto a intentarlo. Pero el Congreso es un límite que enfrenta. Está integrado por 130 legisladores, y el oficialismo tiene sólo 37, y ellos están divididos. Ya fue elegida presidente de la Cámara una legisladora de centroderecha.

Dos días después, el 30 de julio, se realizó una nueva Cumbre virtual del Grupo de Puebla, al cumplirse los dos años de su creación. Reúne a 30 dirigentes de centroizquierda de América Latina, y entre ellos destacados ex presidentes como Lula y Dilma Rousseff de Brasil, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Ernesto Samper de Colombia, el obispo Lugo de Paraguay, José Mujica de Uruguay, etc. Cuando fue constituido, no lo integró ningún presidente en ejercicio. Andrés López Obrador, que ya estaba en el poder, decidió no hacerlo para no mezclar su actividad como Jefe de Estado con la política partidaria. Cuando Alberto Fernández ganó la elección presidencial argentina en octubre de 2019, pasó a ser el primer presidente en funciones de la región en integrar el Grupo. El boliviano Luis Arce no se incorporó, dejando ese rol a Evo Morales, habrá que ver si Pedro Castillo ahora lo hace. En el encuentro del segundo aniversario titulado “Democracia, integración y justicia social en Latinoamérica”, el presidente argentino Alberto Fernández hizo un repaso de la situación del “progresismo” en la región, el que fue perdiendo los espacios de poder que había ganado en las dos primeras décadas del siglo XXI, mientras ganaba terreno el “conservadurismo”. Sostuvo que el periodo de retroceso correspondió a la Presidencia de Trump (2016-2020) y que eso explicaría la línea política que tuvo la OEA, la elección de un estadounidense al frente del BID, la división de la región, el surgimiento de iniciativas como el Grupo de Lima para apoyar al líder opositor venezolano Juan Guaidó y la iniciativa del Foro Prosur, impulsado por los presidentes de centroderecha de Chile y Perú.

Fernández, como tema central, cuestionó el bloqueo estadounidense a Cuba y Venezuela. Criticó la posición de la OEA y en particular de su secretario general, el embajador uruguayo Luis Almagro. Dijo que en los años que gobernó Trump, este organismo se transformó en “una suerte de escuadrón de gendarmería para avanzar sobre los gobiernos populares”. Respecto a la crisis político-electoral de Bolivia que culminó con la salida de Evo Morales del poder, dijo que en ella lo que ha hecho la OEA “necesariamente debe ser investigado y necesariamente debe ser juzgado”, recordando el “golpe de estado” contra Evo Morales.

El presidente argentino planteó al Grupo de Puebla la necesidad de profundizar la unidad regional a través de instrumentos como la Celac. El relanzamiento de este grupo de articulación de políticas, creado hace una década, fue realizado por el presidente mexicano Andrés López Obrador dos semanas atrás, en la cumbre virtual de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que no integran hoy Estados Unidos, Canadá y Brasil, y sí los 33 países de América Latina y el Caribe restantes, incluido Cuba. Revitalizar la Celac es así un instrumento para crear una estructura regional que excluya a Estados Unidos y Canadá, pero que incluya a Cuba. Para la viabilidad de este proyecto, resulta clave lo que suceda en la elección presidencial de Brasil de octubre de 2022. Un eventual retorno de Lula al poder -quien tuvo un rol relevante en la constitución de la entidad-, permitiría darle una integración plena en América Latina. Desde el punto de vista global, la relación más importante, articulada con la Celac, es con China, que también ve en ella una herramienta para una relación directa con la región.

No fue el mejor preámbulo para la visita que realizó a la Argentina el asesor de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, el viernes 6 de agosto.

*El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

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