PASO 2023: Algo anda mal, si hay que sacar mujeres de las listas

La propuesta no es ninguna imposición. Es incorporar la lógica del crecimiento de la representación de las mujeres en la vida social a la vida política.

Desde el espacio La Base, del Frente Elegí, hubo un artículo de Los Andes que llamó nuestra atención. El artículo informaba que las fuentes consultadas para la nota afirmaron que “sólo el 27 % de las candidaturas a las intendencias de Mendoza eran de mujeres para las PASO”. Se explicó que la ley de paridad de género no incluía los cargos ejecutivos, es decir, los cargos a las intendencias y la gobernación y vice, una falencia evidente ya que como allí se cita, “las intendencias tendrían que equilibrarse para que haya 9 mujeres para 18 departamentos en los frentes electorales”.

Por eso nos planteamos revisar el alcance de las leyes de paridad de género. Entendemos que el equilibrio varón/mujer o mujer/varón en las listas no puede actuar como tope para las mujeres sino como una apertura de la presencia de las mujeres en la representación política. Lo que no sólo debería interesar a esta fuerza política sino a todas las que, igual que ésta , reivindican los feminismos. Lo que significa que debería primar el sentido común de bregar para que el dinamismo del movimiento de mujeres empuje su representación sin topes, como expresión de dinamismo social . Y como tal, sea respetado ese principio por la ley .

Así que no sólo cabe hablar de la necesidad de reglas amplias, reparatorias de viejos y actuales relegamientos en la acción política, sino también de los avances necesarios aquí en Mendoza, como en toda la región, ante la imposición de duros retrocesos humanitarios.

El artículo 1º de la Ley 9100 que nos rige dice que las listas para cargos de carácter legislativo deben aplicar como regla el binomio para garantizar “a los candidatos/as de ambos géneros una equitativa posibilidad de resultar electos. A tal fin deberán postular un/a candidato/a (1) de cada género por cada tramo de dos (2) candidaturas. Entendiéndose por tramo de candidaturas el primer y segundo lugar en el primer tramo, el tercer y cuarto lugar en el segundo tramo y así sucesivamente hasta completar los tramos en la lista respectiva.”

O sea, las fuerzas políticas tienen que ordenar así sus listas porque de lo contrario no se las aprueba, como si el binomio fuese equivalente a una igualdad de posibilidades de resultar electos varones y mujeres. En la práctica, el binomio defiende un statu quo, como si fuera el ideal a alcanzar, de hecho, esta redacción de la Ley 9100 es idéntica a la de la normativa electoral que rigió desde la década del 50 hasta la sanción de la Ley de Cupo Femenino.

No tiene ninguna lógica que queden fuera las listas que excedan el mínimo de candidatas, así entendida la paridad, como sucedió en nuestra presentación ante la Junta Electoral. Porque a mayor libertad de acción, mayor poder de atracción social, nunca debería ser a la inversa, a menos que el objetivo de la norma sea la negación del principio que se pretende defender. Y esto debería valer para todas las fuerzas políticas que respeten el principio de progresividad que estamos proponiendo .

Desde La base llevamos una lista con mujeres en los tres primeros cargos y nos obligaron a cambiarla por varones para llegar a la paridad . Llevamos el 60% de cargos para las intendencias y no hubo reglas que lo impidieran, esto debería hacernos reflexionar sobre los efectos paradojales de las leyes que se están aplicando. Hay que salvar esta contradicción con un principio congruente en materia de representación política de las mujeres. Nuestra propuesta es una modificación del artículo citado que articule la aplicación de la paridad como base pudiendo las fuerzas políticas llevar las mujeres que hayan decidido incluir en sus listas.

El derecho no puede moldear la realidad si no responde a los cambios que se van generando. Hay una lucha de principios en el seno de la sociedad, que han instalando las corrientes feministas y el mismo movimiento de mujeres, que está en plena efervescencia. Buscando una nueva realidad en términos históricos. O se está de acuerdo o se trata de frenar.

La propuesta no es ninguna imposición . Es incorporar la lógica del crecimiento de la representación de las mujeres en la vida social a la vida política. Con lo que la paridad pasará, repetimos, de ser un mínimo a respetar el reconocimiento de un derecho pleno a tener listas con mayoría o totalidad de mujeres, según sea la realidad de las condiciones que ellas quieran y puedan representar. Mientras tanto, las mujeres que aspiran a ser intendentas , gobernadoras y vices , no pueden seguir esperando. ¡¡Que venga un avance!!

* La autora es abogada y militante política.

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