Nada es sagrado: Jimena Barón y las consecuencias del coronavirus

La cantante volvió a convivir con Daniel Osvaldo para sorpresa de todo su fandom. Los efectos colaterales del virus ya se sienten.

Nada es sagrado: Jimena Barón y las consecuencias del coronavirus
Nada es sagrado: Jimena Barón y las consecuencias del coronavirus

¿En qué momento el ascendente empoderamiento de Jimena Barón volvió a cero? ¿En qué momento la "tonta" que se quejaba por estar presa de la rutina de su pareja, que había sido la cobra que se cobraba todo y que era más bicha mala que cualquiera y que llegó a liberarse sexualmente al punto de autoproclamarse con orgullo trabajadora sexual, volvió a la causa de todas sus desdichas?

Ese momento es muy fácil de localizar, y se lo debemos, por esos azares insondables del universo, a un murciélago o a un pangolín. El coronavirus tuvo un efecto importante en la vida de J Mena (tal es su nombre artístico). Resulta que por la cuarentena, ella y Daniel Osvaldo, su ex pareja, están conviviendo bajo el mismo techo por pedido de Momo (Morrison), el hijo que tienen en común. 

Atrás quedaron las peleas con él. Son parte del olvido las idas y vueltas furibundas del 2016. De Del Potro, ¿para qué acordarse? Del otro potro (Rodrigo Romero, con quien protagonizó la película de Rodrigo Bueno), también, ¿para qué? Hicieron borrón y cuenta nueva y ahora tienen una convivencia soñada en su casa de Banfield. 

De hecho, el pasado 24 de mayo ella cumplió sus 33 años en esa dulce cuarentena. En Instagram contó los detalles: buena comida, un show de trap de Momo, vista del amanecer y baile hasta las 9 de la mañana. Quién pudiera. "El alma se llena de curitas invisibles, se siente bien", dijo sobre los feos recuerdos, como cuando Osvaldo -por testimonio de ella misma- le decía "gatito barato". 

Lo cierto es que, si bien toda la semana hubo rumores de reconciliación, ellos duermen en camas separadas. Aún así, la carne es débil. Primero, publicó unos videos en los que dejaba en evidencia que todavía sentía atracción por Daniel y, por ejemplo, se retaba a sí misma para no mirarlo cuando él estaba sin camiseta caminando por el patio. Después, en una entrevista por Instagram con el influencer Lizardo Ponce se sinceró: "A mí me quedan pocas excusas para no coger", entre risas.

Barón y Osvaldo fueron pareja durante cuatro años. Vivieron en Italia, donde nació Momo, y en Buenos Aires, donde se separaron en 2016 en medio de fuertes denuncias públicas por violencia verbal. Pasaron parejas, altercados, hasta que volvieron a vivir juntos en el marco de esta crisis sanitaria. 

Donde hubo fuego, cenizas quedan, dice el refrán. Y ciertamente no somos nadie para juzgar los sentimientos de Jimena en esta etapa de su vida. Después de autoproclamarse en una canción "p*ta", ¿le importará realmente que la creamos "tonta"?

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