Musas de un rockstar

Los amores de Gustavo Cerati estuvieron colmados de modelos mucho más jóvenes que él. Algunas inspiraron sus canciones.

Si hay un leit-motiv que se repitió una y otra vez en la melodía amorosa de Gustavo Cerati fueron las mujeres jóvenes y hermosas. Desde sus inicios en Soda y hasta ahora, el músico y productor protagonizó affaires, flirteos y romances intensos que lo pusieron en tapa de un sinnúmero de revistas.

  Belén Edwards, Cecilia Amenábar, Déborah de Corral, Sofía Medrano, Leonora Balcarce -en el pasado- y Chloe Bello -hoy- son algunas de las musas que inspiraron la vida privada (y en ciertos casos, también las canciones) del rockstar. 

Y, un detalle, entre ellas no sólo tenían en común la amplia la diferencia de edad que las separaba de Cerati -entre dos y tres décadas- sino también el modelaje.

Amores amarillos

La primera compañera oficial de Cerati fue Belén Edwards, una diseñadora con la que el músico -por entonces al frente de Soda- firmó los papeles en 1987. El matrimonio duró apenas unos años, pero en los dorados, Edwards salió a las rutas con el trío de rock en calidad de vestuarista.

Poco tiempo después de divorciarse de su primera esposa, en 1992, Cerati volvió pasar por el civil. Esta vez, con la modelo chilena Cecilia Amenábar, con quien tuvo a sus dos hijos: Benito y Lisa.

La pareja muy pronto se transformó en el matrimonio emblema de los '90. Su relación quedó plasmada en "Amor Amarillo" (1993), el primer álbum solista de Cerati y en el que Amenábar colaboró con los coros y los bajos.

Aunque la crisis hacía tambalear al matrimonio desde 2001, el final llegó en mayo 2002, cuando el compositor dejó su casa de Vicente López para mudarse a departamento en Avenida Libertador y los rumores que lo vinculaban con otra modelo se hacían cada vez más fuertes.

Poco después, Clarín señalaba al nuevo disco de Gustavo Cerati “Siempre es hoy” (2003) como un claro reflejo de su estado interior: por un lado retrataba los sentimientos que la causó la separación y por otro, revelaba las sensaciones surgidas en su todavía fresca relación con Déborah de Corral.

El músico y la modelo comenzaron su relación a fines del 2001, cuando se cumplía un mes de la separación de él. Tan intenso fue el affaire que los unió, que al poco tiempo de conocerse se fueron a vivir juntos.

El romance fue sorpresivo para muchos, ya que ella había tenido un largo noviazgo con Charly Alberti (incluso se especuló con que el alejamiento de los músicos había sido culpa de Déborah) pero perduró hasta principios 2005.

Ese año, ya alejado de la conductora de "El Rayo", el ex Soda Stereo volvía a ser tapa de revistas. En su camino se cruzó Sofía Medrano, una joven de 20 años, asistente de producción y oriunda de San Martín de los Andes a quien conoció gracias a la fotógrafa Gaby Herbstein.

La joven lo cuidó cuando sufrió una tromboflebitis en abril, antes de la gira de "Ahí vamos", en la que ella participó como vestuarista. Y en el regreso de Soda Stereo se reservó un asiento al lado de Lidia y Laura, su suegra y su cuñada.

Cerati, incluso, se la presentó a sus hijos.

Pero dos veranos después, en 2008, el lugar de la joven pelirroja iba a ser ocupado por la actriz Leonora Balcarce, también más de 20 años menor que el músico y protagonista, junto a él de un "enganche violento".

“Estamos muy bien juntos”, deslizaba en su círculo íntimo la rubia de 29 años por entonces, sin saber que hasta 2009 iba a ser la mujer del ex Soda. Ese año, todo indicaba que la pareja transitaba una de sus peores crisis. Al poco tiempo, el centro de las miradas cayó en Chloe Bello, una hermosa modelo de 29 años menor que se transformaba en la nueva conquista del rockstar.

El nacimiento del romance, como otras veces, fue captado por el lente de los paparazzis: durante su estadía en Mendoza (en donde presentó "Fuerza Natural"), el cantante y la modelo fueron fotografiados juntos mientras paseaban entre viñedos.

"Estamos viviendo un romance mágico", anunciaba, entonces, la pareja.

Verano 0

A los 47 años, algunas semanarios del país vincularon al músico con Daniela Hetmaniuk, una modelo santiagueña 20 años menor a la que el artista había conocido a fines de 2007, cuando el calor traía la tregua después de la agitada gira "Me verás volver".

Sin embargo, antes de cobrara mayor fuerza el rumor, ella se encargaría de negar el flirteo con Cerati: “No estoy de novia con Cerati”, sentenciaba negando las versiones.

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