Un problema de fabrica provocó que un cohete que llevaba dos satélites al espacio se desviara de su trayectoria

La lanzadera sufrió una anomalía que desvió su trayectoria minutos después de su despegue en la base de Kurú, en la Guayana francesa. Cayó al mar tras haberse fragmentado en la atmósfera.

El cohete cayó al mar tras haberse fragmentado en la atmósfera.
El cohete cayó al mar tras haberse fragmentado en la atmósfera.

El fracaso el lunes de la misión del cohete europeo Vega que transportaba un satélite español y otro francés de observación de la Tierra, se debió a un problema durante el proceso de fabricación, indicó el martes el operador Arianespace.

Se produjo un problema de “inversión de cables” durante la “producción” del cohete fabricado por Avio en Italia, declaró a la prensa el presidente de Arianespace, Stéphane Israël.

La lanzadera, que iba a poner en órbita los dos satélites, sufrió una anomalía que desvió su trayectoria ocho minutos después de su despegue a las 22H52 del lunes (01H52 GMT del martes) en la base de Kurú, en la Guayana francesa.

Se trata del segundo incidente importante para Vega en menos de dos años: a mediados de 2019, registró un fallo que llevó a su destrucción como medida de precaución. En aquella ocasión, el problema estuvo relacionado con el diseño del aparato.

“Es un problema de calidad, una serie de errores humanos”, detalló Roland Lagier, director técnico de Arianespace. “Todo sucedió como previsto durante la primera parte del vuelo. Perdimos el control en el momento del encendido de la cuarta etapa”, que transporta la carga útil, prosiguió.

Israel informó que una comisión de investigación entre Arianespace y la Agencia Europea Espacial (ESA) trabajará desde el miércoles para confirmar lo ocurrido y determinar por qué el error “no se detectó ni se corrigió”.

El cohete cayó al mar tras haberse fragmentado en la atmósfera.

“Presentamos nuestras sinceras disculpas a nuestros clientes”, comunicó el presidente de Arianespace, asegurando que el operador saldrá “fortalecido” de este fracaso.

En su segundo lanzamiento del año, Vega llevaba a bordo dos satélites de observación de la Tierra y de los fenómenos naturales, que iban a ser colocados en órbita a unos 700 kilómetros de altura en un vuelo de 1 hora y 42 minutos.

Uno de ello era el SEOSAT-Ingenio (750 kg), primer satélite español de observación de la Tierra por cuenta de España y de la Agencia Espacial Europea (ESA) y considerado como un “proyecto estratégico” por el gobierno.

Debía comenzar a orbitar el planeta con una frecuencia de algo más de 14 veces al día y su objetivo era dotar a España de “la capacidad de capturar imágenes satelitales de alta precisión, con tecnología óptica”, según el ministerio de Ciencia e Innovación.

Con una vida útil de 7 años, el SEOSAT-Ingenio estaba diseñado para proporcionar información que serviría por ejemplo para aplicaciones de cartografía de catástrofes naturales, gestión de recursos acuíferos y gestión de riesgos y seguridad. Sus zonas de interés prioritarias eran España, Europa, América Latina y el norte de África.

El ministro español de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, “lamentó” en Twitter la pérdida de la misión, pero destacó que “las tecnologías desarrolladas han capacitado a las empresas españolas, facilitando que accedan a nuevos contratos como la recién firmada misión LSTM”, por la que España liderará por primera vez un programa del Programa Copernicus, en particular en el ámbito de los retos climáticos.

Por su parte, el satélite francés Taranis, con un peso de 175 kg, era el primero concebido para observar los fenómenos electromagnéticos radiactivos y luminosos que ocurren entre los 20 y los 100 km de altitud por encima de las tormentas.

Esta era la segunda misión en 2020 para Vega que ha tenido un “año difícil” (2 lanzamientos de 4 previstos), explicó el lunes Mario Fragnito, director de Vega, apuntando como causas la epidemia del covid-19 y unas condiciones meteorológicas desfavorables en Guayana.

Esta lanzadera ligera empezó a operar en 2012 desde Kurú y la misión del lunes era la número 17. Se trata además del séptimo lanzamiento del año para Arianespace, que comercializa además los vuelos del cohete Ariane.

El 10 de julio de 2019, poco después de su despegue, Vega, que debía poner en órbita un satélite militar de los Emiratos Árabes Unidos, registró una anomalía importante, probablemente debido a un fallo en la parte delantera del motor de la segunda etapa.

Arianespace comunicó el martes que mantiene el programa de sus tres próximos lanzamientos, previstos hasta finales de año.

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