Su novio la estranguló, la enterró viva y ella sobrevivió para contarlo

La historia ocurrió en el sur de Gales, en Reino Unido. Stacey Gwilliam fue golpeada y enterrada por su novio fisicoculturista Keith Hughes. Logró sobrevivir al ataque pero terminó muriendo 6 años después debido a una neumonía. Nunca pudo rehacer su vida.

Stacey Gwilliam junto a su pareja Keith Hughes.
Stacey Gwilliam junto a su pareja Keith Hughes.

Stacey Gwilliam vivió en carne propia uno de esos hechos que solo parecen suceder en los cuentos y películas de terror: fue estrangulada por su novio y enterrada viva en un sendero solitario en el sur de Gales. Pero ella vivió para contarlo. Pocos minutos antes del ataque, hace ya 6 años, su pareja Keith Hughes la había tomado de la mano, le había prometido amor eterno y habían caminado juntos entre los árboles de esa zona del Reino Unido.

Stacey tenía 34 años y su novio practicaba fisiculturismo. El hombre tenía los músculos de su cuerpo trabajados e hinchados debido al ejercicio y a una dieta basada en pechugas de pollo, clara de huevos y anabólicos.

El ataque y el milagro

En julio de 2015 la pareja discutió y tuvieron una pelea mientras caminaban por un sendero costero en el sur de Gales. A causa de esto, Hughes estranguló a su novia y la enterró.

El hombre, además de fisicoculturista, era pintor y decorador de interiores. Cuando atacó a su pareja, tenía 39 años. Con sus manos intentó romper el cuello de la mujer y luego intentó esconder su cuerpo bajo la superficie. Después de esto, huiría de la zona solo, a bordo de su auto.

Sin embargo, las cosas no salieron como Hughes creía. Stacey levantó sus manos y las asomó desde debajo de la tierra mientras tocía ferozmente. En ese momento, unos policías que pasaban por el lugar la encontraron. Los oficiales se quedaron atónitos mientras la chica les contaba lo que había sucedido. “Me escapé de mi propia tumba”, gritaba Stacey. “Keith intentó matarme”, repetía.

Inmediatamente, comenzó la búsqueda del fisicoculturista por los caminos cercanos al bosque en el que se había producido el ataque.

Un patrullero se encontró por casualidad con el auto de Hughes. Así comenzó una persecución a la que fue convocado por radio prácticamente todo el cuerpo de policía de Gales del Sur. Mientras estaba huyendo, el femicida chocó su auto y la policía lo detuvo. Al momento de ser esposado, Hughes gritaba: “Nunca la encontrarán”. Todavía no se enteraba de que la mujer había logrado sobrevivir.

Stacey fue trasladada al hospital y fue necesario un proceso de recuperación para sus pulmones. Luego de esto, su único deseo era poder hacerle un juicio a Hughes y que pagara por lo que había hecho.

Luego del ataque, Stacey debió comenzar un largo proceso de recuperación.
Luego del ataque, Stacey debió comenzar un largo proceso de recuperación.

El drama de Stacey luego del ataque

Luego del intento de asesinato, Stacey debió pasar tres meses en el hospital. Allí debió aprender a caminar y hablar de nuevo debido al shock postraumático. Cuando la mujer fue consciente de lo que le había sucedido, es decir, de que había sido enterrada viva y había salido de su propia tumba, no quiso ni pudo hablar más de lo que había sufrido. Durante años Stacey sufrió repetidos ataques de neumonía y terminó muriendo a los 40 años, en noviembre del año pasado.

En el juicio contra el fisicoculturista, los peritos médicos explicaron que “desde el ataque, Stacey sufría de depresión severa y ansiedad. También tuvo neumonías en forma reiterada por la tierra que tragó cuando fue enterrada viva”.

Stacey sufrió una infección en sus pulmones, de acuerdo a la autopsia. Poco antes de su fallecimiento había hecho una consulta con su médico de cabecera y este le recetó antibióticos. Sin embargo, fue encontrada muerta en la cama al día siguiente después de automedicarse al querer tratar su infección. La causa oficial del fallecimiento de Stacey fue una bronconeumonía con toxicidad combinada de medicamentos.

No hay evidencia de que tuviera la intención de suicidarse “, explicaba el informe del médico legista. Y agregó en el documento: “Stacey murió como resultado de la automedicación cuando sufría de una infección en el pecho”.

El novio ya había sido condenado por violencia

Stacey pudo conocer la sentencia que cayó sobre su atacante. Hughes fue condenado a prisión perpetua por el juez Paul Thomas en la corta de Swansea, en Gales. Aunque en caso de que el convicto tenga buena conducta, podría recibir la libertad condicional luego de pasar 8 años en prisión.

Keith Hughes era fisicoculturista, pintor y decorador de interiores.
Keith Hughes era fisicoculturista, pintor y decorador de interiores.

La pareja se conoció en 2011 en un bar.

En 2013 el fisicoculturista había recibido una sentencia de tres años y medio por golpear a Stacey. Sin embargo, ella lo perdonó e incluso lo visitó en la cárcel los domingos. En esos encuentros, Hughes se declaraba arrepentido, le juraba que nunca más le pegaría y le decía que ella era el amor de su vida. Volvieron a estar juntos apenas consiguió la libertad condicional. Pero las promesas se esfumaron.

Años antes de la tragedia, la familia de Stacey ya había notado señales alarmantes. La mujer había aparecido con marcas y moretones en los brazos y empezaron a temer por su seguridad.

Sin embargo, Stacey negaba la situación y cuando su familia le advirtió sobre los moretones, la chica se excusó diciendo que se había golpeado en el gimnasio mientras hacía pesas.

Los momentos antes del ataque

La relación se tornó tan negativa y violenta que Stacey tenía decidido dejar a Hughes. Solo quería esperar el momento indicado para no lastimarlo.

En la tarde del ataque, la mujer se dio cuenta de que su novio no le soltaba la mano. Sus dedos se volvieron colorados debido a la sangre que se acumulaba en las yemas. Antes de ahorcarla, Hughes le dijo al oído a Stacey con un tono muy violento: “Si yo no puedo tenerte, nadie podrá”.

“Hughes sabía que la relación había terminado y sabía que no volvería con él. Me llevó allí ese día para matarme, y casi lo logra”, declaró ante el juez Stacey años más tarde.

La vida después

Stacey habló con la prensa y dio una entrevista el programa Good Morning Britain. Allí compartió el miedo que tenía por lo que sucedería cuando Hughes saliera de prisión por libertad condicional.

Stacey fue a a televisión a hablar sobre su caso.
Stacey fue a a televisión a hablar sobre su caso.

“Tengo esperanza para el futuro y se debe al apoyo de familiares y amigos. Si no fuera por ellos, no podría haber hecho esto solo, pero todos han estado ahí para mí” dijo entre lágrimas.

Llorando la chica recordó sus segundos bajo tierra y la sensación de que no saldría con vida: “Traté de levantarme, pero no pude. Tuve que usar mis uñas. Rasgué la tierra hasta que vi la luz del cielo”.

Stacey nunca pudo tener una vida normal después del ataque. Lo intentó pero las marcas físicas y psicológicas pudieron con ella.

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