Un edificio ubicado en el casco histórico de La Habana, donde residían 13 familias, se derrumbó a medianoche del martes, dejando al menos una persona fallecida y dos atrapadas, según informaron las autoridades locales.
Hasta el miércoles por la mañana, los equipos de rescate trabajaban incansablemente para acceder al interior del inmueble, donde se temía por la vida de dos personas aún atrapadas bajo los escombros, según lo constató The Associated Press.
Aunque no se especificó la causa exacta del colapso, la zona cuenta con construcciones deterioradas por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, condiciones que las lluvias tropicales, como las que azotan la región en la temporada actual, tienden a empeorar.
El intendente de La Habana Vieja, Alexis Acosta Silva, informó a medios locales que en el momento del derrumbe había un total de 54 personas en el edificio de tres pisos. Además de la persona fallecida, dos resultaron heridas. Afortunadamente, los edificios vecinos no sufrieron daños aparentes.
El estado de las construcciones residenciales es una cuestión tensa en Cuba, donde el clima húmedo, la constante amenaza de ciclones, el escaso mantenimiento y la falta de terminación de nuevas edificaciones suelen ser motivo de preocupación para los ciudadanos.
Esta semana, en un informe ante el Consejo de Ministros, la directora general de la Vivienda, Vivian Rodríguez, indicó que el déficit de casas en la isla se ubica en 800 viviendas, sobre todo en las provincias de La Habana, Holguín, Santiago de Cuba y Camagüey. Desde 2019 a la fecha se concluyeron 127.345 unidades y se repararon 106.332.
Un recuento a partir de cifras oficiales indicó que al cierre de 2020 en la isla había 3,9 millones de viviendas, de las cuales casi el 40% estaba en regular y mal estado. El 76% se encontraban en localidades urbanas, las que tienen visiblemente las peores condiciones.