Rusia repele nuevos ataques ucranianos a población civil de la frontera

Dos días después de que Moscú fuera bombardeada con drones, Kiev lanzó un nuevo ataque con tanques e infantería a la población civil de la región de Belgorod, que fue abortado por el ejército ruso y las fuerzas especiales.

Un misil ucraniano queda como evidencia de un nuevo ataque a objetivos civiles en la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania.
Un misil ucraniano queda como evidencia de un nuevo ataque a objetivos civiles en la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania.

El Ministerio de Defensa de Rusia informó hoy de que sus Fuerzas Armadas repelieron tres ataques de dos compañías de infantería motorizada ucranianas apoyadas con tanques que intentaban tomar la localidad rusa de Shebékino, fronteriza con Ucrania.

“Las Fuerzas Armadas de Rusia, junto a unidades del Servicio Guardafronteras y otras unidades del Servicio Federal de Seguridad (FSB) abortaron un nuevo intento del régimen de Kiev de llevar a cabo un ataque contra la población civil de la localidad de Shebékino”, señaló el ministerio ruso en un comunicado. El documento califica el ataque como “terrorista”.

El gobernador de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, dijo que las fuerzas armadas de Ucrania habían bombardeado repetidamente Shebékino con cohetes Grad de 122 mm de diseño soviético, incendiando un dormitorio y dañando un edificio administrativo. Al menos nueve civiles resultaron heridos en los bombardeos en la región de Rusia, dijo. En un video publicado en las redes sociales, se mostraban columnas de humo que se elevaban sobre un gran edificio en Shebékino mientras las llamas atravesaban el techo destruido.

“Tan pronto como se calmela situación, continuaremos con la evacuación de personas”, dijo Gladkov. “Todas las instalaciones de alojamiento temporal están listas”. Dijo que cientos de niños, mujeres y ancianos ya estaban saliendo del área.

Por su parte, Moscú aseguró ayer que no introducirá de momento la ley marcial en el país tras el ataque con drones contra Moscú, mientras estudia medidas de represalia contra Ucrania, cuyos principales socios se han mostrado divididos sobre si el territorio ruso alejado del frente debe ser un objetivo militar en la guerra.

“Pensaremos con calma y coherencia sobre cómo lidiar con esto”, dijo ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al día siguiente de que la capital rusa sufriera su primer ataque masivo con drones y después de que el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, y el líder checheno, Ramzán Kadírov, pidieran dureza en la respuesta rusa e incluso la imposición de la ley marcial en el país.

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