La increíble historia de la modelo que pasó meses en un hospital psiquiátrico por un mal diagnóstico

Lucy Dawson llevaba una vida normal hasta el 2016. Cuando salió de la internación tuvo que aprender a hablar, leer y caminar.

Lucy Dawson tuvo un mal diagnostico médico
Lucy Dawson tuvo un mal diagnostico médico

Un joven británica de 25 años se convirtió en modelo tras pasar tres meses internada en un hospital psiquiátrico por un error médico. Su historia de superación y resiliencia ha inspirado a miles de jóvenes.

“En un momento dado pensé realmente que mi vida se había terminado. Estaba muy deprimida. Pero de alguna manera conseguí darle la vuelta; tuve muy mala suerte, pero al mismo tiempo soy muy afortunada por haber perseverado”, explicó Lucy Dawson en una entrevista para la BBC.

En 2016 la joven, que hoy tiene 56.000 seguidores en Instagram, estaba estudiando Criminología en la Universidad de Leicester cuando su vida dio un giro radical.

“En el transcurso de una semana mi comportamiento dio un giro completo. Pasé de ser jovial, animada y social a estar completamente deprimida y llorar todo el tiempo”, dijo.

“Me decía: ‘Estoy gorda, soy fea’. No le gusto a nadie, no tengo novio, voy a suspender la carrera... Eran cosas que nunca me habían importado antes”, explicó.

Una madrugada, Lucy se despertó gritando de madrugada. Sus compañeras de departamento la llevaron al hospital, donde le dijeron que sufría ataques de pánico a causa del estrés.

La joven hizo unos ejercicios de respiración y después, más calmada, volvió a su casa pero a la mañana siguiente volvió a ocurrir lo mismo.

Me balanceaba hacia delante y hacia atrás, tenía las pupilas completamente dilatadas y había destrozado mi habitación. Sólo tengo vagos recuerdos e imágenes deslavazadas de este periodo”, dice.

“Mis padres vinieron y cuando me encontraron estaban horrorizados. Preguntaron a mis compañeros de piso: ‘¿Ha tomado drogas o hay alguna posibilidad de que se haya pinchado?’. Y ellos respondieron: ‘No hay ninguna posibilidad’”,agregó.

Sus padres la llevaron al hospital y en el trayecto la joven intentó arrojarse del auto pero lograron llegar a la guardia.  Los médicos les dijeron que estaba sufriendo un colapso mental y la ingresaron en un pabellón psiquiátrico, donde pasó tres meses. Le dieron un tratamiento con antipsicóticos, pero su estado, lejos de mejorar, empeoró.

“Estaba muy enferma y tenía alucinaciones, y luego algunas partes de mi cuerpo y mi cerebro empezaron a apagarse. Me quedé catatónica, es decir, en un estado de letargo rígido en el que no puedes sentir tu propio cuerpo”, dijo Lucy.

Su estado era tan malo que los profesionales llegaron a plantear una terapia de electroshock. La idea era ‘reiniciar’ el cerebro de Lucy.

Pero la cosa empeoró. Una noche mientras dormía sufrió convulsiones y cayó sobre un tubo de radiador extremadamente caliente. “Estaba catatónica, así que no sentí nada. Me quedé tumbada sobre él, ardiendo, hasta que alguien me encontró”.

Diagnóstico

Recién en enero del 2017 los médicos dieron con el diagnóstico definitivo: Lucy sufría una encefalitis, una rara pero grave inflamación del cerebro que puede ser mortal si no se trata rápidamente.

“Tuve que aprender todo de nuevo desde cero: a hablar, a caminar. No podía leer ni escribir y estaba absolutamente devastada”, recuerda Lucy.

En este punto, una de las personas fundamentales en la recuperación de Lucy fue su abuelo. Un docente jubilado que dedicó todo su tiempo a la “reeducación” de Lucy.

“Mi cantante favorito es Elvis Presley, así que mi abuelo compró todos los libretos de Elvis en internet y aprendió a tocarlos con el teclado. Así es como aprendí a hablar de nuevo: cantando las canciones”, contó.

Caminar era muy complicado. Ocurre que en el accidente que había tenido en el hospital, la quemadura le había atravesado el nervio ciático, paralizándole permanentemente la parte inferior de la pierna.

Gracias a un andador, Lucy pudo volver a la universidad y acabar la carrera. Ahora lleva una férula en la pierna y usa un bastón. Tras estas experiencias, se presentó a una agencia de modelos, donde fue contratada.

“Discapacitada y sexy no son dos términos mutuamente excluyentes. Pero rara vez se ven personas con discapacidad en las campañas de moda, y mucho menos en las de lencería, así que es algo en lo que tenemos que seguir trabajando”, cerró.

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