Historias de la guerra: una mujer ucraniana derribó un dron ruso con un frasco de tomates

Una gran cantidad de civiles ucranianos decidieron huir luego de que las fuerzas de Vladimir Putin invadieran el país hace más de una semana. Sin embargo, otros han elegido quedarse, ya sea para luchar contra las tropas rusas o para ayudar a otros que no pueden irse brindándoles ayuda y apoyo médico.

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Es el caso de Elena, quien parece haberse convertido en heroína nacional en Ucrania tras conocerse su historia. Sentada en el balcón de su departamento en Kiev, vio acercarse a un dron y no dudó: tomó un frasco de tomates y ciruelas que tenía debajo de una silla y lo derribó.

El sitio de noticias ucraniano Liga.net.ua habló con la Elena, quien le contó que estaba fumando en su balcón cuando apareció el dron. Tras viralizarse su historia, Elena agregó que decidió “instantáneamente” que no se iría de Kiev después de que Rusia invadiera el país, y que no se arrepiente de quedarse porque se comprometió a luchar.

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Su historia en Twitter

La historia fue compartida el sábado en Twitter por la jefa del Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información Lyubov Tsybulskaya. Es especialista en detectar fake news y concedió entrevistas a la prensa local sobre las mentiras contadas desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas.

En su tuit inicial la experta dijo que se trataba de un frasco de pepinos, pero la residente la corrigió.

“Qué lástima por esos tomates… No sé de dónde salieron las historias sobre los pepinos”, dijo la mujer al canal ucraniano.

Este lunes Lyubov volvió al tema para contar que la historia era cierta.

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“Actualicen, amigos. Nuestros medios encontraron a esa señora. La historia está probada. Con una pequeña corrección: eran TOMATES EN ESCABECHE”.

La supuesta Elena dijo a los periodistas que cree que el dron estaba asaltando las casas de los residentes y que probablemente sería utilizado por saqueadores que buscaban departamentos abandonados en Ucrania.

Elena se niega a salir de su residencia, aun a riesgo de ser víctima de ataques rusos. “No me iré a ninguna parte. Esta es mi casa, mi tierra. Voy a pararme y luchar”.