Existen casi 200 personas que están criogenizadas y esperan “revivir” en el futuro

A través de un proyecto de criogenia, una firma de Arizona, en Estados UNidos, está dedicada a este tratamiento para conservar varios cuerpos congelados a la espera de que la ciencia avance y así poder traerlos nuevamente a la vida.

Alcor suma adeptos en su proceso de criogenia. Foto: Milenio
Alcor suma adeptos en su proceso de criogenia. Foto: Milenio

Aunque para la mayoría de las personas el tiempo y la muerte es algo que no se puede detener, porque está en nuestra naturaleza y ciclo vida, en Scottsdale, Arizona, Estados Unidos, casi 200 personas esperan por ser revividas. Al interior de tanques llenos de nitrógeno líquido se encuentran los cuerpos y las cabezas de 199 humanos que optaron por ser criopreservados con la esperanza de ser revividos en el futuro, cuando la ciencia haya avanzado más allá de lo que es capaz de hacer hoy.

Max More es el director ejecutivo de Alcor Life Extension Foundation, la organización sin fines de lucro que se encuentra encargada del tratamiento y la cual afirma ser líder mundial en criónica. Desde la empresa aseguran que muchos de sus pacientes eran enfermos terminales de cáncer, ELA u otras enfermedades que no tienen cura en la actualidad.

La esperanza de vida en personas con enfermedades terminales derivan al tratamiento con criogenia. Foto: Milenio
La esperanza de vida en personas con enfermedades terminales derivan al tratamiento con criogenia. Foto: Milenio

Tal es el caso de Matheryn Naovaratpong, una niña tailandesa con cáncer cerebral. Matheryn es la persona más joven en ser criopreservada, a la edad de 2 años en 2015. “Sus padres eran médicos y ella tuvo múltiples cirugías cerebrales y nada funcionó, desafortunadamente. Así que nos contactaron”, detalló Max More. Otras de las personas congeladas es el pionero de Bitcoin, Hal Finney, otro paciente de Alcor que fue sometido a la criopreservación de su cuerpo luego de morir a causa de la ELA en 2014.

Cabe destacar que el proceso de crioconservación comienza después de que una persona es declarada legalmente muerta. La sangre y otros fluidos se eliminan del cuerpo del paciente y se reemplazan con productos químicos diseñados para evitar la formación de cristales de hielo dañinos. Vitrificados a temperaturas extremadamente frías, los pacientes de Alcor luego se colocan en tanques en las instalaciones de Arizona “durante el tiempo que sea necesario para que la tecnología se ponga al día”, dijo More.

Para someterse a dicho tratamiento se debe abonar un monto mínimo de 200 mil dólares para un cuerpo y 80 mil dólares para el cerebro solo. Según declaraciones de More y como una forma de garantía sobre los restos de las personas que yacen congeladas en el lugar, la mayoría de los casi mil 400 “miembros” vivos de Alcor pagan haciendo que la empresa sea beneficiaria de pólizas de seguro de vida equivalentes al costo.

Consultada al respecto, la esposa de More, Natasha Vita-More, compara el proceso con hacer un viaje al futuro. “La enfermedad o lesión se curó o arregló, y la persona tiene un nuevo cuerpo clonado o una prótesis de cuerpo completo o su cuerpo reanimado y (puede) reunirse con sus amigos nuevamente”, sintetizó Natasha.

En la otra vereda, hay muchos profesionales médicos que no están de acuerdo, dijo Arthur Caplan, quien dirige la división de ética médica en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York. “Esta noción de congelarnos en el futuro es bastante ciencia ficción y es ingenua”, aseguró el profesional. Refiriéndose a la fe de quienes confían los cuerpos de sus allegados en manos de la criogenia, Arthur culminó, “el único grupo... que se emociona con la posibilidad son las personas que se especializan en estudiar el futuro distante o las personas que tienen interés en querer que pagues el dinero para hacerlo”.

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