El gobierno de Brasil hundirá en el océano un portaaviones “fantasma” que contiene deshechos tóxicos

La embarcación ha navegado sin rumbo durante meses ya que no encuentra ningún puerto que la reciba. Organizaciones ambientalistas denuncian que se trata de “un paquete tóxico de 30.000 toneladas”.

Portaaviones Sao Paulo, perteneciente a Brasil desde el 2000.
Portaaviones Sao Paulo, perteneciente a Brasil desde el 2000.

El gobierno de Brasil anunció que decidió hundir en el Atlántico el antiguo portaviones “Foch” luego de que estuviera fuera de servicios y deambulara durante meses en búsqueda de un puerto de permanencia. Este buque fue una “eminencia” de la Marina francesa y en el 2000 pasó a manos brasileñas.

La embarcación, rebautizada como “Sao Paulo”, está llena de amianto, pinturas y demás desechos tóxicos, de acuerdo a la denuncia de diversas organizaciones ambientales.

Este miércoles a la noche, la Marina y el Ministerio de Defensa de Brasil emitieron un comunicado que explicaba: “Ante el riesgo que implica el remolque y en virtud del deterioro de las condiciones de flotabilidad (…) el único proceder posible es abandonar el casco mediante un hundimiento planeado y controlado”. Y agregaron: que “un hundimiento espontáneo” del casco era inevitable.

La Armada brasileña había anunciado hace dos semanas que el viejo navío estaba siendo amarrado en un sector del océano Atlántico ubicado a 315 kilómetros de la costa del país. Y aclaró que no darían la autorización para que fuera a puerto alguno ni para que regresara a las aguas territoriales del país.

Luego de estos anuncios, distintas ONG expresaron su miedo a que Brasil cometiera “un gran crimen ambiental en el mar”. Una de estas asociaciones, llamada Robin des Bois, se refirió al portaaviones como “un paquete tóxico de 30.000 toneladas”.

El "Sao Paulo" en Río de Janeiro en 2016. Foto: Gentiliza Benoit Tessier.
El "Sao Paulo" en Río de Janeiro en 2016. Foto: Gentiliza Benoit Tessier.

Un barco a la deriva

El buque de guerra fue construido en Saint-Nazaire, en el oeste de Francia, en la década del ‘50 y estuvo al servicio de la Armada francesa durante 37 años.

Un remolcador de Países Bajos, contratado por el astillero turco Sok Denizcilik, fue el encargado de llevar al “Foch” hasta el punto donde se encuentra ahora y en el que será hundido.

En 2021 el mencionado astillero lo había comprado con la intención de desguazarlo. Sin embargo, al no encontrar un puerto de acogida amenazó con abandonarlo.

Hubo que esperar a junio de 2022 para que las autoridades brasileñas autorizaran su traslado a Turquía para su desguace. Sin embargo, a finales de agosto cuando la embarcación ya estaba a la altura del estrecho de Gibraltar, las autoridades ambientales turcas comunicaron que no lo recibirían.

Aunque la Fiscalía brasileña intentó impedir a través de vías judiciales que la Armada hundiera el portaaviones, no lo logró ya que un tribunal del estado Pernambuco negó su pedido.

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