Adriana Saua: “Tenemos derecho a elegir con qué material construir”

Una profesional con muchos años de experiencia en la construcción con barro, especialmente en dos de los sistemas constructivos de mayor difusión en la región: el adobe y la quincha.

Adriana Saua
Adriana Saua

Por Victoria Navicelli. Contactala aquí. / Fotos: Luis Guiñazú Fader.

Arquitecta, constructora y restauradora en tierra, Adriana Saua es una mujer que está en boca de quien desea vivir de manera más consciente y en armonía con el medio ambiente. En su San Carlos natal realizó obras de recuperación de edificios patrimoniales, pero en la labor donde más ha dejado huella es en la construcción en barro. Heredera de un conocimiento único que le ha permitido levantar obras a partir de técnicas ancestrales cuyo único recurso ha sido la quincha mejorada y el adobe. Si bien afirma que los arquitectos Pedro Canepuccia y Esteban Fernández, fueron sus maestros en este camino, asegura que las mujeres han sido su sostén en estos veinte años que lleva dedicados a esta cultura constructiva.

Te dedicas a la construcción en barro hace muchos años…

Sí, comencé cuando aún no estaba en auge. Llevo veinte años en la tarea. No me especialicé en forma académica, sino trabajando en el campo. Junto a Esteban Fernández (Conicet) realicé talleres en el INTA formando a personas en el almacenamiento de productos rurales y la producción agrícola. Luego conocí al arquitecto Pedro Canepuccia, quien me formó y compartió el conocimiento de este tipo de construcción.

Fue una formación guiada por ellos. Luego aprendí todo lo que era el adobe gracias a las mujeres. Aprendí haciendo en el territorio. El resto, fue estar mucho en obra, haciendo, probando… y mucho trabajo.

¿Qué cambia la construcción tradicional con la construcción en barro?

La construcción tradicional, en realidad, es con la tierra. Pues, las obras hechas con este recurso han permanecido históricamente en este territorio, aún siendo zona sísmica.

La principal diferencia es la dimensión ecológica. La construcción en barro es más coherente con el medio ambiente, porque se adapta al material que dispone.

Además, tiene la mejor calidad para la habitabilidad del ser humano, es decir, brinda una humedad óptima para las personas. Ningún material industrializado brinda eso, porque toma del ambiente humedad y lo deja en el espacio interior y si se excede la humedad anterior, la absorbe y elimina.

Otras bondades de la construcción en barro son que implican un menor costo a la hora de calefacciones, son más saludables, pues no tienen elementos sintéticos. Además, después, cuando la obra está concluida, no necesitas aire acondicionado para refrigerarla.

Adriana Saua
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Decís que es una construcción amigable con el medio ambiente, ¿qué pensás sobre el uso del recurso hídrico que caracteriza a la profesión?

Aquí no tanta agua como la construcción convencional. Si bien no tenemos datos concretos de cuál es el registro de la huella hídrica de este sistema, sí sabemos que se reduce muchísimo esta huella. Por ejemplo, la construcción sustentable no llega al 20 % en quincha, y en adobe directamente no se utiliza. Son técnicas en las que no se queman materiales como sí ocurre con el ladrillo.

¿Creés que es necesario que el campo profesional tome conciencia sobre el uso del agua que hace en la tarea de levantar nuevas obras?

Creo que diversificar la disponibilidad de materiales para la construcción, es uno de los caminos. La tierra es el recurso que más disponemos. Es una alternativa que, entre otros recursos, utiliza menos agua.

¿Qué lugares en Mendoza son los indicados para este tipo de construcción?

El territorio preparado es en cualquier parte del mundo, simplemente, porque se dispone de los recursos necesarios para levantar una obra.

En la década del 70 Mendoza prohíbe la construcción en adobe. Sin embargo, en Lavalle, junto a la arquitecta Ana María Castillo creamos el código de edificación en tierra. Dicho departamento aprobó en zona de secano el sistema de adobe con las comunidades Huarpes. Mientras que, en otras zonas de Lavalle, está autorizada la quincha.

Este sistema de construcción también está aprobado en San Carlos y en Malargüe. Además, se está estudiando en Luján de Cuyo.

Adriana Saua
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¿Las personas, se interesan por este tipo de construcción?

En la actualidad, hay muchísima demanda. Cuando empecé, las construcciones eran para extranjeros que se ubicaban en la provincia. Pero, al poco tiempo, muchas personas empezaron a incursionar en el tema. Por ejemplo, familias con el crédito procrear. Consultan de todos los departamentos.

¿Y qué ocurre que no se edifica con más fuerza?

Algunos municipios aún no lo terminan de entender, y las personas deciden construir de manera clandestina. Es un derecho que tiene cualquier persona a vivir y elegir con qué tipo de arquitectura construir su casa. Más allá del derecho a la vivienda, me refiero al derecho a seleccionar materiales que estén afines con su filosofía de vida. No puede estar prohibido.

La construcción en barro tiene un sustento…

Sí, por supuesto. Existen técnicos especializados que pueden avalar técnicamente con estudios y con cálculos cualquier diseño con construcción de quincha, por ejemplo. Tenemos mucha demanda de los departamentos de Junín, de Tunuyán…municipios que aún no lo aprueban, y donde la gente ve limitado ese derecho.

¿Y qué ocurre en Lavalle?

Lavalle es el departamento con más obra pública en tierra que hay en la provincia. Desde espacios de turismo rural, casas, y demás. En la actualidad, desde el área de Hábitat del municipio de Lavalle, estamos haciendo el primer barrio con construcción en quincha mejorada del país. Se trata de 28 viviendas construidas solo por mujeres que nunca antes han construido. Todas las semanas, junto a las arquitectas Libel González y Fernanda Acosta, brindamos talleres para capacitar a estas mujeres que están levantando sus propias casas.

Adriana Saua
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¿Qué representa este proyecto para vos?

Siento que es el proyecto más importante de mi carrera. Diseñé la vivienda pensando que fuera fácil de replicar y de que la pudieran hacer las mujeres. Me siento feliz de devolver a aquellas mujeres que me ayudaron en el territorio, es como que se cierra el círculo de que todo lo que una gana en la vida tiene que devolverlo. Y siento que este es el momento.

¿Qué caracteriza tu forma de construir?

Es buscar el “mínimo espacio necesario para…”. Es decir, buscar el mínimo. Mis casas son muy sencillas, nunca tienen espacios de más. Tener el sentido de comenzar y proteger el medio ambiente, por ello, es llevar al diseño espacios que realmente nos hagan vivir bien. Siempre trabajo de manera participativa y respetando las limitaciones de los recursos con los que se trabaja.

Y el rol de la mujer…

Siempre me ayudaron, y las que más se apasionan con este camino, son las mujeres. Nosotras somos más fieles con estas ideas. Este es mi camino, yo jamás he hecho una casa de ladrillo. Siempre he trabajado con tierra y he construido en tierra. También ha sido muy difícil como mujer transitar este camino, sin embargo, he encontrado mujeres que quieren emprender su sueño.

¿Cuál es tu visión hacia tu profesión?

Las construcciones más complejas son las humanas… Una quincha la hace cualquiera, el desafío siempre ha sido y será, en mi carrera, lo tangible. La arquitectura en toda mi vida ha sido un medio, no el fin. Un medio que me unió a otros, un medio para cumplir el sueño de otros, un medio para sanarme, y sanar a otros.

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