Miss Universo 2018: la belleza, entre los estereotipos y los nuevos paradigmas

El clásico concurso será este año especial: una de las candidatas es una mujer transgénero, la primera que intenta quedarse con el título.

Miss Universo 2018: la belleza, entre los estereotipos y los nuevos paradigmas
Miss Universo 2018: la belleza, entre los estereotipos y los nuevos paradigmas

Sin duda, los tiempos cambian. La inevitable llegada de nuevas décadas con su cambio generacional obligado, hace que los productos culturales se adapten en la mayoría de los casos. La generación de contenidos mediáticos se ajusta a dicha variación y en ellos quedan representadas muchas de las nuevas realidades.

Desde el 1952 se realizaron 66 ediciones del conocido concurso Miss Universo. En su emisión número 67 a llevarse a cabo este hoy, el certamen tendrá entre sus aspirantes a la corona a una chica transexual. Sí, uno de los mayores productos culturales cargado de muchos estereotipos y banalizaciones ha hecho un cambio que no es para nada menor y podrá verse por la pantalla de TNT doblado al español; y por TNT Series, en idioma original.

La participante Ángela Ponce, Miss España 2018, será la representante de un grito enorme que suscitó primero en las redes y alcanzó a ocupar uno de los espacios más ocupados por una constitución patriarcal.

En 2012, la señorita Vancouver Jenna Talackova fue descalificada de su postulación a Miss Canadá por no haber nacido mujer. Ante sus reclamos y una intensa disputa legal y de redes sociales, la concursante fue admitida y finalizó entre las 12 finalistas. Su caso llevó a la organización de la competencia a cambiar las reglas del concurso y desde 2013 está permitida la participación de mujeres transexuales.

No es casual que esto suceda ahora, en este momento y en este espacio.

Históricamente los programas mediatizados, incluyendo este tipo de espectáculos, han buscado todo brote explotable para consumo. Esto no significa que tenga el mérito de que se le puede proyectar, dado que no son estas grandes cadenas quienes han generado esa “idea”, sino que se trata de una enorme demanda social. Ahora bien, si somos conscientes de su puro interés mercantil, ¿por qué remarcar este hecho? Pues no es menor que un programa, show, comedia, novela o reality que cuente con un alcance que sobrepasa los miles de espectadores, admita entre sus contenidos demandas de época. A lo largo del desarrollo audiovisual, muchas de esos reclamos tuvieron que mantenerse clandestinos (lo siguen y lo seguirán haciendo), pero cuando se percibe un triunfo entre un grupo que busca conseguir lo que la sociedad le debe y que sea escuchado de alguna u otra forma, es digno de festejar.

No corramos el foco: los certámenes de belleza en su general, continúan reproduciendo hasta el día de hoy estereotipos impuestos: las leyes subyacentes al cuerpo ideal como el peso, la cintura, el color de pelo o de ojos, siguen dominando el juego. Además, no dejamos de hablar que a las que se "juzga" en estos tipos de programas son todas mujeres, ¿o acaso ya todos supimos el nombre del ganador de Mister Universo?

Sabiendo esto, es preciso ver cómo viene la mano ahora. Para Daniela Di Giacomo, representante de Miss Venezuela International en 2005 y host de la edición de Miss Universo de este domingo, los concursos de belleza se están resignificando: "Lo que está pasando alrededor del mundo en los concursos de belleza, es que están tratando de adecuarse a estos cambios. Yo siento que de hace un buen rato se están enfocando en lo que son las chicas: qué es lo que quieren, para qué quieren ganar el título. Quizás con todo esto que pasando, estamos un poco predispuestos a que estos concursos están simplemente vendiendo a la mujer. Tal vez al principio era una cosa meramente física, pero creo que ha avanzado".

Al ver pasar ediciones y concursantes, puede verse cómo esa adecuación en clave de progreso fue resignificando algunas cuestiones. Para que participaran un mayor número de países, el concurso se fue abriendo a la denominada "diversidad racial". Hoy hay un paso al costado sobre el binarismo impuesto entre los géneros y la posibilidad de tener en uno de los shows más televisados del mundo, un espacio para la reflexión y la igualdad de oportunidades para aquellas personas que puedan sentirse representadas en una candidata transexual.


    Daniela Di Giacomo. Miss Venezuela y conductora de esta edición.
Daniela Di Giacomo. Miss Venezuela y conductora de esta edición.

Aun así todavía quedan muchos posicionamientos que no permiten a la diversidad y la disidencia, como por ejemplo los que van contra los físicos y talles que no son hegemónicos. Al respecto, Di Giacomo opina que “en el concurso al final, no hay ningún requerimiento de talla. Creo que podría entrar al concurso de Miss Universo cualquier chica de cualquier talla. Es la inclusión que estaban pidiendo, por ejemplo, en el desfile de Victoria’s Secret. Quizás eso en un futuro lo podamos ver en Miss Universo, pero el concurso como tal no estipula que tu tienes que tener cierta estatura, cierta talla, tiene otras normas. Creo que es la otra diversidad que tendríamos que ver porque razas hay, hay diferentes tonos de piel, estaturas, chicas con más cintura, menos cintura. Esa sería la diversidad que falta en Miss Universo, pero no hay una regla como tal que no haya permitido que eso suceda. Tiene que ser también en los concursos nacionales donde quizá empiecen a ganar muchachas de diferentes talles”.

Sea el rédito de audiencia que pueda generar, lo importante es analizar dónde nacen estos cambios en un histórico programa. Cansados de opresiones, prejuicios e injusticias, las diversas identidades disidentes piden ocupar sus espacios en distintos ámbitos: políticos, mediáticos, sociales, etc. La confluencia de viejos patrones que se cuestionan y la posibilidad de repensar nuestras realidades, hacen que los que vienen a producir grandes circos televisivos tomen partido en lo que la sociedad quiere ver y por donde viene la mano.

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