Un cierre inesperado que deja a varios clubes tambaleando

Polideportivo. El número de ingresos tiene inquietos a la mayoría de las administraciones de entidades deportivas del Gran Mendoza, y no se ve solución a la vista. Informe completo sobre el desesperante momento económico de clubes locales.

En Mendoza de Regatas se tomaron medidas de desinfección de sus lugares deportivos, antes y durante cada práctica. / Orlando Pelichotti
En Mendoza de Regatas se tomaron medidas de desinfección de sus lugares deportivos, antes y durante cada práctica. / Orlando Pelichotti

El confinamiento por el Covid-19 continúa haciendo estragos en los clubes. Algunas instituciones han sentido más que otras el remezón pandémico, pero casi todas han visto mermar sus arcas, el número de socios, por lo que tuvieron que diseñar estrategias para no perderlos; y en otros casos seguir subsistiendo con reservas y ahorros para no desaparecer del mapa deportivo.

Gustavo Di Marco es el presidente del Club Don Orione, uno de los más importantes del sistema de competencias del futsal. “Es una situación delicada para todos. Tenemos cerrado el club, no podemos hacer nada y los ingresos cayeron rotundamente. Ya en los períodos de marzo, abril, mayo y parte de junio, donde no hubo actividades tuvimos un ingreso del 25% y cuando reactivamos la actividad no pudimos hacerlo en un 100 % porque hubo varias categorías que no empezaron, sobre todo las más chiquitas”, comentó. Y agregó: “Cuando partimos a fines de junio empezamos con chicos de 14 para arriba y los mayores tampoco empezaron. Iniciamos con un número reducido y los que iban menos de la mitad hacían entrenamientos cortos y con distanciamiento. La cantidad de bajas es importante desde las edades de 13 años para abajo. Cuando repuntábamos llegó el nuevo cierre. Con la poca recaudación pagamos parte de sueldos y gastos fijos. Tenemos una deuda que tuvimos que refinanciar para empezar a pagar después. Es lamentable la situación y al no haber actividades los chicos no van”.

Por su parte, Marcelo Montes, titular del Club Etiec que ameniza los torneos de balonmano de la Amebal, aportó: “Todos los asociados pagan una cuota anual, que tiene un valor muy bajo y que está destinada a mantenimiento de infraestructuras, tres seguros, cobertura de emergencias médicas, y las habilitaciones de los entrenadores de todas las categorías. Cuando empezamos la pretemporada en enero, muchos chicos desde categorías menores hacia arriba se asociaron, pero donde tenemos la mayor cantidad de jugadores son las categorías mini, preinfantiles e infantiles no. Entonces definimos bajar costos a la mínima expresión. Actuamos en forma rápida y cuando se reactive la actividad esperamos que se inscriban más chicos”. Además, agregó: “Nos vamos acomodando a la situación. Nuestra ventaja es que no tenemos empleados y hay entrenadores que no cobran sueldos, quienes a veces ponen recursos propios como dinero, auto y teléfonos, mientras que a algunos técnicos de inferiores les queda un monto pequeño de la cuota de su equipo. Cada categoría se autogestiona”.

Anzorena, club de básquetbol, no está ajeno a esta problemática, y de ello nos habla su flamante presidente, el histórico Marcelo ‘Tuco’ Martin. “Desde que empezó la cuarentena, y con esto la imposibilidad de asistir físicamente al club, hemos buscado mantener el contacto con los chicos y padres. Implementamos entrenamientos por Zoom, en los cuales fuimos explorando distintas opciones: que fuesen solo de básquet, luego agregamos juegos recreativos y hasta charlas sobre partidos en Youtube que veían los chicos y comentaban. Así le fuimos dando la vuelta a la situación virtual, que fue cansando lentamente a los jugadores”. Y añadió: “Apenas nos permitieron regresar, lo hicimos con todos los protocolos. Cada jugador llenaba una declaración jurada con la temperatura, olfateaban vinagre, se les desinfectaban las zapatillas, la ropa y sus elementos con amonio cuaternario. Los grupos fueron divididos en no más de 10 chicos. Los profes y el personal de limpieza y administración, contaban con máscaras faciales y todos los otros elementos de seguridad. Quedó prohibido el ingreso de padres a los entrenamientos, y los chicos tenían turnos de 45 minutos, y los otros 15 se usaban para desinfectar nuevamente todo el club. Ahora hemos vuelto a la virtualidad, situación que el club había decidido por propia voluntad desde el 20 de julio al 24 de agosto, tiempos en que observamos una situación más complicada. En cuanto a la cantidad de socios, hemos dejado abierto a los padres en los meses de abril, mayo, junio y julio, que cada uno diese su esfuerzo: 100%, 50% o nada de la cuota. Cerca del 30 a un 35 % paga algo. Actualmente el club cuenta con cerca de 100 chicos. Tenemos gastos fijos, que buscamos seguir cumpliendo, al igual que con el staff de profesores, a los cuales se les pagó del 1 al 5 de cada mes, entre en un 50% o 100% según el mes. Esperamos retomar pronto”.

La gran y recordada defensora Silvana Cicchitti es la presidenta del Club Andino, que tiene al hockey césped como actividad única, fue otra de las fuentes consultadas sobre la dura crisis que afrontan las entidades deportivas de Mendoza. Concretamente, le confió a Los Andes: “La situación para nosotros es extremadamente delicada. Este segundo parate fue fulminante. Estamos buscando la vuelta para ver qué hacemos, por ejemplo, el gimnasio nos convoca. Organizamos actividades recreativas y el zoom no tiene adhesión de los jugadores menores y los adultos. Económicamente estamos complicados, no nos quedan ahorros. Agradezco a los entrenadores que le han puesto el hombro y siguen buscando alternativas para conectar a los equipos. Creo que habrá una reducción importante en la cantidad de jugadores para el año que viene. Es difícil retomar la competencia cuando se deja por tanto tiempos. Será un comenzar de nuevo”.

Obras tampoco está ajeno al difícil momento y el club se vio afectado con un 40% menos de ingresos. De eso nos habló su presidente, Eduardo D’Andrea: “Es un momento difícil. Sufrimos un cierre el 20 marzo y reabrimos parcialmente el 10 de junio con tenis y gym. Después se fueron de a poco reincorporando el resto de las disciplinas y eso nos permitió ir recibiendo algo de dinero. Por estatuto deberíamos dar de baja algunos socios, pero estamos viendo la posibilidad de planes de pago, porque no queremos que se vayan. Hemos tenido una baja del 40 % en la recaudación”. En la misma sintonía opinó Walter Fernández, mandamás de Andes Talleres. “Cerrar otra vez el club nos perjudica bastante. Alcanzamos a tener casi dos meses de actividad donde empezamos a recuperar socios, aunque creo que cuando termine todo esto pensamos que perderemos un 20 o 30 por ciento de la masa societaria por un tema económico. Lo único que tenemos abierto era el gimnasio y la pileta cubierta climatizada con los protocolos correspondientes. Dimos facilidades para pagar las cuotas, y al que esta al día se les hizo descuentos del 10 por ciento. Tuvimos ayuda del Gobierno, pero hemos hechos algunas obras y los deportes sentirán la baja de jugadores”.

En Independiente Rivadavia, apuntaron: “Teníamos muchos socios que habían pagado al inicio de la temporada su abono hasta junio y otros que cancelan mes a mes. Este último segmento hubo una baja del 35 por ciento. Ahora se está reactivando por las filiales que existen que pagan precio especial por traer socios nuevos. Eso sí, estamos viendo la posibilidad de condonar deudas para la gente que no canceló, pagando un mes le perdonarían la deuda existente, y se trabaja en una tarjeta de beneficios para ser usada en comercios. Lo que ayudó fue que la gente se entusiasmó con el retorno a las prácticas, el rearmado del plantel y la llegada del grupo de esponsorización, empezaron a llegar más socios”.

Por último, Mendoza de Regatas que tiene más de 60 actividades, aunque debido a la pandemia funcionan en la actualidad dos, su titular Jorge Aguirre Toum, confió: “En el club somos más de 300 trabajadores y hubo una incertidumbre grande por el temor lógico a lo desconocido. A partir de junio se reactivaron ciertos deportes y de a poco empezamos con las actividades individualidades, también con los deportistas con posibilidades olímpicas, todos sometidos a estrictos protocolos. En cada actividad tenemos un protocolo”.

Después el titular del CMR, agregó: “Este último cierre fue duro porque los socios se habían acostumbrado a todos los protocolos, a su sistema de implementación, y lamentablemente tuvimos que cerrar actividades. El ánimo del socio decae más allá del golpe económico. Hicimos un gran esfuerzo para no incrementar las cuotas y aquellos que tienen problemas les hacemos una quita, pero no damos la baja a nadie por deuda porque es una situación especial. Sabemos que el Subsecretario de Deportes está tratando de habilitar actividades al aire libre y que no son riesgosas. Esperamos que el Gobierno se de cuenta que los clubes están para ayudar a la gente para promover la salud y evitar depresiones y angustias”.

“Incoherencia”, la palabra que usó Vistalba para criticar al Gobierno

Marcos Lienaux, presidente del Club Vistalba, que con esfuerzo y sacrificio comenzó a entregar disciplinas diferentes al tradicional hockey, señaló: "La decisión de cerrar los clubes y dejar casi todo lo demás abiertos es absurda. La sensación es muy amarga. Los que le informaron al gobernador están equivocados o desinformados. No hay contagios en los clubes en forma directa porque si fuera así habría focos claros declarados en las diferentes disciplinas o divisiones. Es tanta la incoherencia que permiten grupos de 10 personas ejercer actividad física en lugares públicos pero no dejan a dos personas jugar al tenis en un espacio mayor a 700 metros cuadrados por cancha. Es extraño que no dejen a 10 personas por cancha de hockey (5000 m2). Pero si juntarse a cuatro personas en una mesa de bar de un metro cuadrado " .

“Aún mayor la incoherencia de cerrar los clubes al aire libre y dejar la circulación en las calles de Mendoza, en un shopping o en una plaza. Temen por la circulación de los jugadores que en su mayoría vienen en sus autos particulares, bicicletas o a pie y no en el transporte público como muchos trabajadores. Los primeros son peligrosos, ¿los otros no?”. “En cuanto a las deserciones de socios no lo podemos evaluar a ciencia cierta, pero la sensación general es que el año deportivo está perdido. Nos dicen que el sistema de salud está colapsado, pero no pueden demostrar que los clubes tienen alguna causa directa. Somos parte de la solución, no del problema. Entiendo que algo tenían que decir y encontraron una parte dócil de la población e instituciones obedientes sin poder de reacción. Es fácil venir a un club y cerrarlo, no es tan fácil ir a un barrio popular o a un country para exigir que no se junten los amigos y familiares. Se perdió el poder de disuadir o convencer a alguien que hace 150 días que les cortan su libertad individual”, manifestó. Y cerró: “Hasta la primera quincena de setiembre hemos perdido el 30 por ciento de socios, los perderemos hasta marzo con lo cual la vida de la institución esta en una situación incomoda”.

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