Un campeón envasado en origen por quinta vez

Fútbol. Diez años después de su primer título de la Liga, en 1954, otro elenco con valores genuinos de Godoy Cruz conseguía una nueva estrella. El atleta olímpico Eusebio Guiñez fue el preparador físico.

El póster del campeón. Arriba: Pereyra (masajista), Arias, Unanua, Méndez, Elso, Frigolé, Garín y Eusebio Guiñez (PF). Abajo: Carabajal, Godoy, Cipolla, Pereyra y García. / Archivo Los Andes
El póster del campeón. Arriba: Pereyra (masajista), Arias, Unanua, Méndez, Elso, Frigolé, Garín y Eusebio Guiñez (PF). Abajo: Carabajal, Godoy, Cipolla, Pereyra y García. / Archivo Los Andes

Seis gritos para tocar otra vez el cielo con las manos. Seis goles que sirvieron para que los hinchas tombinos volvieran a festejar un título, el quinto de una década maravillosamente signada por la gloria alcanzada a través del más genuino sentido de pertenencia.

El domingo 14 de noviembre de 1954, Godoy Cruz Antonio Tomba goleó a Guaymallén 6-2 y conquistó el trofeo de la Liga Mendocina de Fútbol por quinta vez en su incipiente historia de esplendor.

“Después de la categórica victoria todo fue fiesta en el departamento. Simpatizantes que daban rienda suelta a su alegría contenida por instantes de ansiedad, recorrieron calles de la ciudad departamental vivando al conjunto campeón y a sus integrantes más populares”, describió Los Andes en sus páginas del día posterior. Y como perlita, detalla en su crónica de color que muchos de esos fanáticos se llevaron, a modo de trofeo, las camisetas de algunos de sus ídolos.

Jesús Elso, Francisco Garello, Martín Unanua, Luis Méndez, Gregorio Garín, Luis Arias, Roberto Carabajal, Domingo Godoy, Orlando Cipolla, Abraham Pereyra y Ramón García, fueron los once leones que trituraron al Cacique en la vieja cancha de Castelli y Las Heras con cuatro goles del eterno goleador, el “Negro” Godoy, uno de Pereyra y otro de Carabajal.

Como había sucedido en las anteriores consagraciones, el plantel de Godoy Cruz campeón se distinguió por poner en cancha a jugadores surgidos de su cantera y del medio local. De hecho, el zaguero santiagueño Antonio Gómez fue el único futbolista foráneo que tuvo en su plantel.

El Tomba configuró otra estupenda campaña: ganó 15 de 24 partidos, empató 4 y perdió 5. Con 59 goles fue el equipo más goleador. Y de esos tantos, 35 los marcaron entre Godoy (22) y Cipolla (13). Tremendo.

El entrenador (en ese entonces no eran tan importantes como hoy) fue Enrique Moreno, aunque el dato de color más relevante tiene que ver con la presencia de Eusebio Crispín Guiñez como preparador físico.

Guiñez. El atleta olímpico mendocino ayudó a Cabrera a ganar el oro en 1948. / Archivo Los Andes
Guiñez. El atleta olímpico mendocino ayudó a Cabrera a ganar el oro en 1948. / Archivo Los Andes

El atleta mendocino olímpico en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 ayudó a Delfo Cabrera a conquistar su medalla de oro en maratón. Nacido en Rivadavia, Guiñez había jugado al fútbol en el club Pacífico. Luego lo invitaron a una pista de tierra que había cerca de la cancha de Andes Talleres y mostró sus condiciones. Se quedó a vivir en una casa cerca de la Plazoleta Barraquero y fue ferroviario en la Estación Benegas de Godoy Cruz. Del mundo al Tomba.

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