Nico Arce: capitán, figura y símbolo del campeón

Liga Mendocina. A los 36, años, el “Chango” demostró que su magia está intacta: participó en cuatro de los cinco goles de Gutiérrez en el triunfo 5-2 ante Talleres. “Esta es mi casa”, dijo después. Un anticipo de que se queda.

La pelota siempre al 10. Nico Arce recibe la Copa "Guillermo Pereyra" de parte de los familiares del ex titular del CEC. A los 36 años, el capitán de Gutiérrez sigue vigente. / Nicolás Ríos.
La pelota siempre al 10. Nico Arce recibe la Copa "Guillermo Pereyra" de parte de los familiares del ex titular del CEC. A los 36 años, el capitán de Gutiérrez sigue vigente. / Nicolás Ríos.

El 10 en la espalda, la cabeza llena de rulos, las piernas flaquitas pero llenas de fútbol. El jueves pasado (1 de abril), cumplió 36 años. Sin embargo, la magia de Waldo Nicolás Arce permanece incólume. El zurdo rivadaviense fue clave en la consagración del Celeste. Genio, capitán y figura, el “Chango” participó en cuatro de los cinco tantos de Gutiérrez y se colgó una nueva medalla con la institución que él asegura es su casa. “Gutiérrez es mi casa, siempre lo dije. Si bien hubo malos entendidos, ya quedaron en el pasado. Volví de la mejor forma y me entrego siempre. Los años pasan, ya tengo 36, pero por este club hay que brindar todo porque siempre me hicieron sentir de la mejor manera. La gente está siempre, en las buenas y en las malas”, comenzó diciendo el nacido en La Libertad en 1985.

El “Bocha” -su otro apodo entre tantos- volvió a Gutiérrez en enero de 2020 de la mano de Gustavo “Huevo” Castro, el entrenador que lo había llevado la primera vez al club en 2012 y donde encontró su lugar en el mundo. Dos años después, en 2014, el zurdo fue pieza fundamental del ascenso del equipo de Sergio Scivoletto que logró el ascenso al Torneo Federal A.

En la final de ayer ante Talleres, Arce fue fundamental. Asistió al goleador Maxi Tejerina con un tiro libre perfecto en el 1-1, gestó el penal que derivó en el 2-1 tras un remate suyo de zurda que dio en el brazo de Sacha Manino, le sirvió el centro a su tocayo Nicolás Salinas en el 4-2 y también intervino en el 5-2, con el pase previo al centro de Lucas Guevara para la gran definición del Toro Guzmán que le puso el broche a la final. Determinante.

“Agradezco a la dirigencia, al cuerpo técnico y a los hinchas porque siempre confiaron en mí y siempre traté de brindarme al máximo. Quizá por ahí no se ve la mejor versión de años atrás y es algo normal porque el tiempo pasa, pero siempre vamos a dar la cara por este club, porque Gutiérrez es un club familiar, es diferente a todos”, expresó el “Chango” a corazón abierto y visiblemente emocionado.

Después de los agradecimientos, analizó el partido ante el Matador. “Fue una final muy dura. Talleres tiene jugadores de experiencia y es difícil llevarlos por delante. El resultado no significa que lo pasamos por arriba ni mucho menos. Con el jugador de más supimos aprovechar el contragolpe y pegamos en los momentos justos”, afirmó el ex Gimnasia y Huracán.

Respecto de su futuro, comentó: ”Me siento muy bien y mi idea es seguir, todo depende del cuerpo técnico y la dirigencia. Uno siempre está dispuesto por si se viene algo mejor para el club. Ahora hay que disfrutar y dejáme dedicarle esto a mi familia, que siempre está conmigo”, cerró.

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