Más de un año sin competir y plagados de deudas, la triste realidad de los clubes del ascenso de la Liga Mendocina

Los diez equipos que disputaron el último torneo de la B local no juegan oficialmente desde septiembre de 2019. La crisis por la pandemia los mandó al ocaso definitivo. El crudo presente de las instituciones más débiles de la provincia.

El viernes 20 de marzo, luego de que la  Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote del nuevo coronavirus como una pandemiasem en nuestro país se decretó la cuarentena y clubes se vieron obligados a ponerle candado a sus portones de ingreso. Sin embargo, para varios clubes que compitieron en el último certamen de Primera División B de la Liga Mendocina de Fútbol, el “aislamiento obligatorio” había comenzado varios meses antes, incluso mucho antes de que el COVID-19 se manifestara por primera vez en Wuhan, China, el 31 de diciembre de 2019.

Deportivo Algarrobal (campeón y ascendido directamente a la "A"), Eva Perón, El Porvenir, Sportivo Banfield, Ferroviario y AMUF jugaron su último partido oficial el domingo 1 de septiembre del año pasado. El dato es más que elocuente y llama poderosamente la atención. Hace más de un año, 373 días exactos, que sus futbolistas no apoyan los tapones de sus zapatos en un campo de juego. Y como viene la mano, ese lapso de tiempo se va a extender varios meses más. Todo un récord. De no creer.

¿Y los otros cuatro equipos? Boca Juniors de Bermejo, Municipal Godoy Cruz, Social y Deportivo La Gloria y Tiro Federal Andino de Uspallata clasificaron para un torneo reducido por el segundo ascenso y compitieron hasta el sábado 28 de septiembre, la tarde en la que el Xeneize superó 2-1 a La Gloria y se adjudicó el otro pasaje a la élite. Ese mismo día, Municipal venció 3-1 a Tiro y adiós 2019. Hasta 2020. O mejor dicho, hasta 2021….

Si los efectos de la crisis económica por la pandemia llegó a tener secuelas en clubes con el poderío del Barcelona de España, Boca o River, imagínese los problemas que ocasionó en clubes animadores del ascenso de una liga del interior del país. Esos que dependen exclusivamente de la recaudación de los partidos de Infantiles y Primera (los más concurridos) fin de semana por medio o de la humilde cuota social (en algunos casos deportiva) que abonan sus deportistas federados y seguidores cada 30 días. Si antes administraban “miseria”, ¿qué administran en tiempos de riesgo sanitario extremo? ¿Cómo subsisten? Esas son las preguntas que movilizaron esta nota. Es el momento de escucharlos y que sean atendidos. Cada uno con su realidad única dentro de la existencia global. Cada uno en su burbuja, aunque no justamente sanitaria. Sin embargo, así en la vida como en el fútbol, la pandemia hizo aflorar los instintos de supervivencia en los sectores más débiles. Y son ellos, con sus constantes apelaciones a la Ley del Más Fuerte los que marcan el camino dando un ejemplo de superación diaria y evidenciando que el éxito de una sociedad se basa en la solidaridad y en ser capaces de proteger a los más vulnerables. Así en la vida como en el fútbol.

Club Deportivo Ferroviario

Fundado en 1932, la institución oriunda de Perdriel, Luján de Cuyo, compite desde hace un par de años en la Liga Mendocina de Fútbol. En el último certamen de Primera B culminó penúltimo con 17 unidades y su último partido oficial fue el 1 de septiembre ante La Gloria, como visitante. ¿Cómo subiste? Alejandro Tornello, tesorero y consejero del club lujanino es quien lo cuenta: “El club subsiste de acuerdo a lo que los 10 u 11 miembros de la comisión podamos hacer y poner. No recibimos ningún tipo de ayuda municipal. Si hemos tenido un pequeño avance en la infraestructura, fue por una cuestión de los dirigentes y colaboradores, que nos hemos movido. Nos anotamos en el programa de los 60 mil pesos a los clubes de barrio, pero jamás fuimos notificados sobre si lo vamos a recibir. Como no vamos a tener competencia, nuestro sueño es hacer el riego por aspersión, pero todo depende de la plata que podamos conseguir”, expresa el directivo del Azul.

Y cuenta una historia que pinta de cuerpo entero el cuadro de situación: “Hace 15 días juntamos 35 mil pesos para operar a un chico (Daniel Robledo) que juega en la primera y que en febrero se rompió los ligamentos cruzados. Gracias a la generosidad del doctor Juan Noceda, quien lo operó gratis, esta semana empezó la rehabilitación con el doctor Diego Marianetti, quien nos regalará las sesiones de fisioterapia”.

El avance de los contagios desactivó un posible regreso a los entrenamientos. “Estamos parados porque tenemos miedo por lo que pueda pasar. Vamos al club a hacer los trabajos básicos, como regar y limpiar. La idea para el año que viene es competir con primera división, aunque no sabemos que va a pasar con las inferiores porque es un problema y no sabemos la situación económica de los papás. Los de la Primera colaboran, compran sus camisetas. Es un trabajo arduo el que tenemos por delante y todo dependerá de la Liga. Aunque las dos o tres veces que acudimos por el seguro porque algún chico se lesionó en un entrenamiento o en un partido, la Liga jamás aportó nada. Los 35 mil pesos para operar a Robledo los juntamos nosotros y ahora tenemos que devolver $10.000 a una persona que nos prestó ese dinero”, reclama Tornello.

Así y todo, avizora un futuro en el que el sol se terminará imponiendo sobre los nubarrones de un cielo que hoy está de color negro. “Con esfuerzo vamos a salir adelante. Somos uno de los pocos clubes que quedan de este lado del Río Mendoza que le pone ganas. En menos de dos años hicimos los vestuarios a pulmón y ahora no los podemos terminar porque tenemos miedo a que nos roben”, apunta el directivo de una institución que en 2022 cumplirá nada menos que 90 años.

Club Sportivo Banfield

Fundado el 9 de junio de 1944, el Taladro lujanino es otra institución histórica con domicilio en Perdriel. En el último certamen del ascenso local finalizó en la antepenúltima posición de la tabla, con 20 unidades. Se despidió con un emotivo empate 2-2 ante Boca de Bermejo, que luego pegó el salto a la "A".  Carlos Ramón Montagnoli tiene toda una vida en Sportivo Banfield, primero como jugador, después como entrenador y ahora como dirigente. Por eso, es palabra más que autorizada para hablar sobre el presente de la institución: “No sabemos qué vamos a hacer en el futuro, esperemos que esto pare y podamos retomar el camino que comenzamos. Ayer llegó una notificación desde la Liga al club y hoy respondimos el mensaje aceptando la propuesta de no jugar hasta el año que viene. La otra opción era esperar 60 días, pero en horabuena que se haya tomado esta decisión porque la situación está muy compleja en este momento”, comenzó diciendo una de las glorias que se formó como futbolista en Godoy Cruz y salió campeón en 1968.

Respecto de la situación económica, Montagnoli descartó la ayuda del sector político en este momento. “Sabemos positivamente de que desde el gobierno no nos puede ayudar porque están abocados al tema más importante que es el sanitario. Por eso no hemos solicitado ninguna ayuda. Tratamos de pagar la luz entre todos y hacemos algunos trabajos internos en el club. Con el resto de la comisión tenemos pendiente una reunión para ver cómo vamos a seguir porque al no tener actividad hasta el año que viene, todavía tenemos cuatro meses largos de este 2020 y hay que mantener al club en pie”, expresó.

Respecto de los ingresos que disponía el club hasta que empezó la pandemia, el directivo explicó: “Nos manejábamos con una voluntad de fierro de la gente. Los ingresos por cuota eran muy pocos, apenas el 25% de los chicos abonaban la cuota. Por ahí recaudábamos más o menos en alguna categoría interesante (como la 2002) y en las categorías más chicas los padres también colaboraban mucho. La íbamos llevando, pero ahora todo eso se cortó y está muy complicado”, agregó.

Al igual que todos los clubes nucleados bajo el ala organizativa de la Liga, Banfield debió abonar en enero pasado la módica suma de $59.730,75 en concepto de reafiliación e inscripción de equipos (11 categorías: Primera, 6 Inferiores y 4 Infantiles), importe que tuvo un 90% de aumento respecto de lo que habían pagado en 2019. “No sabemos qué va a pasar con ese dinero porque todos lo pagamos pensando en que se iba a jugar. Todos los clubes estamos en las mismas condiciones”.

Después de mucho trabajo, desde hace algunos años, Banfield hace de local en su cancha, ubicada entre la calle Brandsen y Ruta 7. Por eso, a pesar de la malaria, van sumando pequeños arreglos que suman a la causa. “Si Dios quiere vamos a cerrar el club con tela perimetral y en diciembre del año pasado se colocó el riego por aspersión en el campo de juego. Tengo un gran amigo (Abelardo Sabina) a quien le pedí colaboración en ese tema y lo incoporamos a la comisión directiva como presidente. Hoy el canchero me comentó que el terreno está muy bonito. La idea es mantener lo que se inició en 2013 para beneficio de los casi 200 chicos que tenemos”, aportó quien también actúa como consejero de la institución en la Liga y actualmente es vocal suplente del club.

Por último, Montagnoli contó una “perlita” que describe lo que representa para una institución modesta un dirigente con su enorme dedicación. “Hasta el año pasado, para no pagar traffic, si jugábamos cerca, por ejemplo en Godoy Cruz o en Luján, me hacía cuatro viajes llevando a los chicos en la camioneta y me volvía al club para ver las inferiores que les tocaba de local. Ahora, con este tema de la pandemia, no lo podríamos hacer porque sería imposible llevar a cuatro o cinco chicos en un mismo vehículo”, relató quien como DT fue campeón de la Liga Mendocina dirigiendo al Tomba en 1987 y a Gutiérrez en 1988.

Club Tiro Federal Andino de Uspallata

En el paraje ubicado a 100 kilómetros de la ciudad de Mendoza, donde se reunieron las tropas del Ejército de los Andes capitaneado por José de San Martín antes del cruce para liberar Chile de las manos realistas, sobresale el Club Tiro Federal Andino de Uspallata, que en 2019 logró ingresar al Reducido por el segundo ascenso a Primera, quedándose en las puertas del objetivo. “Lamentablemente nos han cortado los servicios por falta de agua. En este momento no tenemos agua ni luz en el camping ni tampoco en la cancha de bochas. Sucede que nosotros tampoco estamos cobrando los alquileres de locales que funcionan en el club porque por el tema de la pandemia ellos tampoco tienen ingresos. En cuanto al tema de las cuotas sociales, en marzo cobramos las últimas cuota porque dejaron de pagar, algo lógico. Acá en Uspallata, si bien hay muchos gendarmes, militares y policías, mucha gente trabaja al día y tampoco hay ingresos”, comenta Cristian Baigorria, el presidente del club uspallatino.

Según el dirigente, Tiro recibió ayuda de la Municipalidad de Las Heras durante la competencia. “Pero una vez que se desató todo esto, no recibimos más nada. Solamente nos pasaron un formulario donde se podía solicitar un subsidio a todos los clubes del país. Pero no sólo el nosotros la estamos pasando mal, sino todos los clubes. En nuestro caso no estamos recibiendo ayuda de ningún tipo, por eso no han cortado los servicios y estamos bastante complicados”, admite Baigorria, quien deja en claro que en Uspallata todo es incertidumbre: “Sé que se ha confirmado que este año no volverá el fútbol, así que hay que prepararse para el año próximo. Si te digo en este momento cómo vamos a encarar el próximo año, te mentiría porque hasta que no pase esto no se sabe nada. El municipio nos había aprobado un subsidio para este año, pero nunca se hizo efectivo por este tema. Hasta que empezó la pandemia estábamos bien, con el tema de los cobros al día. La Municipalidad nos depositaba una cuota por mes para pagar los gastos en la Liga y no teníamos problemas. Dios quiera que el año próximo sea un poco más fácil para todos los clubes como el nuestro que estamos transitando la B porque se hace muy cuesta arriba”.

Este año era todo felicidad en el Valle. Es que antes de que se decretara la pandemia habían logrado inscribir por primera vez a las categorías Infantiles y los pequeños disfrutaban de sus nuevos carnets tras un esfuerzo económico sobrehumano de padres y colaboradores. El piberío estaba a un paso de cumplir el gran sueño de salir del Valle para competir con Godoy Cruz, Independiente o Gimnasia. Pero el maldito virus les hizo trizas la ilusión.

Club Municipal Godoy Cruz

Si hay un legendario elenco del ascenso mendocino ese es el “Muni”. El año pasado se quedó en las puertas de volver a la A ante un Boca inexpugnable en el mini torneo para subir. El Albiazul, creado un  17 de Agosto de 1979, posee varios campeonatos en su haber y la experiencia de haberse reiventado año tras año en base al esfuerzo de sus colaboradores permanentes. Uno de ellos es Armando Torres, administrativo y asambleísta del club en la Liga Mendocina de Fútbol, quien ofrece un pequeño panorama de una realidad que no dista casi en nada a las demás. “Tenemos cero actividad, cero ingresos y cero en todo. No podemos hacer reparaciones ni refacciones en el club porque no tenemos ingresos de ningún tipo. No creo que vayamos a trabajar en el transcurso de lo que queda del año porque los protocolos son imposibles de cumplir. No queda otra que subsistir como se pueda y esperar al año que viene para ver qué hacemos. Aunque verdaderamente estamos muy mal”, reflexiona Torres.

En cuanto a los gastos fijos que deben afrontar todos los meses, Municipal recibe una pequeña colaboración de la Municipalidad de Godoy Cruz que sirve para abonar parte de la luz y el agua, pero nada más. El resto es cero en todo. No tenemos para pagarle a los profesores y al no haber torneos, no podemos iniciar nada", comenta con resignación.

Deportivo Algarrobal

Hace un año y una semana, el Ladrillero lasherino derrotaba 2-1 a Eva Perón, se consagraba campeón del campeonato de la Primera B y volvía a la máxima categoría del fútbol doméstico. Algarrobal posee una larga trayectoria en la Liga Mendocina y cuenta con una gran historia. De hecho, el 29 de julio pasado cumplió 97 años de existencia. Gustavo López es su presidente y explica que “a los profes de inferiores los mandaba la Dirección de Deportes de la Municipalidad de Las Heras. Ellos ahora están haciendo las horas en otros lugares ya que no hay fútbol. El DT Alejandro De la Riba y el profe Ale Páez, en una muestra de notable solidaridad, dijeron que no cobrarían un peso hasta que no volviera todo a la normalidad. Y por más que ya teníamos el compromiso asumido, la decisión de ellos nos alivió un montón en lo económico”, afirmó.

Según el titular del Diablo, el dinero que tenían ahorrado para pagar las planillas, lo están utilizando para pagar impuestos como la luz, el inmobiliario, etc. También han comprado semillas para replantar la cancha y están esperando poder recibir dos subsidios del programa clubes argentinos (uno de $ 60.000 y otro de $ 500.000) al que pudimos acceder por tener todos los papeles al día. Los trámites ahora son mucho más largos debido a la pandemia, pero será una ayuda para sanear al club. Si Dios quiere, cuando el año que viene arranque otra vez el campeonato vamos a tener un salón de usos múltiples y todas las refacciones que estamos haciendo en la cancha y en el club, van a ser muy importantes", detalló.

López tiene claro que todo lo que están logrando en tiempos de pandemia “también es gracias a los socios, que de un tiempo a esta parte han regresado al club. Con el dinero de la cuota vamos haciendo alguna que otra mejora. Es muy importante también un aporte que dan los socios que están pagando la cuota a pesar de no estar en actividad”, afirmó.

Dadas las circunstancias, en el club han lanzado el programa Socios Solidarios.  “Vamos a aprovechar este momento para hacer mejoras de infraestructura en las instalaciones y así cuando todo vuelva a la normalidad, nuestro club está mas lindo que nunca. Para eso, además de pagar la cuota en el club hemos habilitado el pago electrónico” reza el posteo en el Facebook del club, done también el club Ladrillero publicó el comienzo de la etapa de resembrado del campo de juego, un viejo anhelo dirigencial. “Se nos quemó la bomba de agua para el riego por aspersión, la tuvimos que sacar y llevarla a reparar y nos costó 7 mil pesos. Gracias al aporte de otro comerciante que nos ayuda en el club, hicimos el pinchote (aireador) que se le pasa previo a la resiembra de la cancha y puesta a punto del piso, que hace mucho que no podíamos hacerle porque siempre estábamos en actividad”, describe López.

Club Social y Deportivo La Gloria

El domingo 24 de marzo de 2019, justamente mientras se conmemoraba el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, un grupo de 16 jóvenes saltaban al campo de juego del Polideportivo N° 3 Padre Jorge Contreras para cumplir un gran sueño: debutar en la Primera B de la Liga Mendocina de Fútbol. En el primer torneo, los muchachos del barrio demostraron sus cualidades y compitieron hasta el final de la liguilla para el salto de categoría. El legendario ‘Rafa’ Iglesias, ídolo futbolístico de Godoy Cruz Antonio Tomba y ahora presidente del Club Social y Deportivo La Gloria explica que a pesar de los efectos insoslayables de la pandemia, “gracias a Dios el club está bien porque está subsidiado por la Municipalidad de Godoy Cruz. El intendente Tadeo García Zalazar le da mucha importancia al deporte y el municipio afronta los gastos de planillas, profesores y técnicos, quienes no han dejado de trabajar en todo el año. Los chicos han estado trabajando por videollamada”, cuenta el popular Rafa.

La suspensión del fútbol les vino bien para realizar mejoras en la cancha y en polideportivo. “Hemos hecho refacciones en el campo de juego, en los baños, en las duchas y también hemos pintado casi todo el club. No hemos sufrido la parte económica, lo que sí se sufre es el parate, el no tener competencia y no saber cuándo se va a retomar. Este es un año prácticamente perdido y será difícil recuperarlo. Lo negativo es el parate y la pandemia. Los que más mal la han pasado son los chicos, que han tenido que estar todo el año en la casa”.

Por último el exzaguero central multicampeón con el Tomba, dejó un lugar para la reflexión: “La mayoría de los clubes siempre subsisten con la cuota social y este año no la han tenido. Así, se llenaron de deudas y la verdad que ha sido un año totalmente deficitario y difícil de afrontar para todos los clubes. Vamos a necesitar dos o tres años para recuperarnos de este golpe tan fuerte que hemos sufrido por culpa de esta pandemia”.

Asociación Mutual Universo del Fútbol

Otro de los clubes que terminó prematuramente la competencia en 2019 es AMUF. El elenco que preside el doctor Julio Vega finalizó en el último puesto del certamen pasado, aunque los objetivos del ex Fundación Godoy Cruz son los de formar futbolistas y hacer un importante trabajo de contención en la zona. “El torneo del año pasado no fue bueno porque fue un torneo muy corto y muy caro. Nosotros pagamos como $11000 por cada planilla y en octubre ya no había más competencia. Así se hace muy difícil convencer a los chicos o algún grande que tengas en el plantel para que te aguante hasta marzo del año siguiente”, afirma Gustavo López, secretario de la institución.

En lo que respecta a lo deportivo, explicó: “Nosotros hemos estado entrenando por Zoom. Los chicos estában tratando de entrenar porque tengo las canchas de fútbol sintético y le buscamos la manera para poder entrenar. Eso sí, todo con distanciamiento social, de a diez personas, con un profesor y nadie tocaba los materiales, pero ahora se volvió a parar, al igual que el gimnasio”.

López expresó que el club tiene “un sistema en el cual si entra dinero de la cuota también entra para el profesor. Ha bajado notablemente la cantidad de cuotas cobradas, pero por lo menos hemos podido que los profes tengan parte de su sustento. El resto es de aporte sale del dinero de los dirigentes. Lo que sí, uno está muy dolido porque, si bien uno entiende que hay que colaborar con la Liga, los clubes pagamos una reafiliación de $59000 para el año en curso y todavía no hemos jugado ningún partido. Tengo entendido que muchos clubes de otras ligas no pagaron ni siquiera las reafiliaciones. Ahora nos han mandado un correo preguntándonos si queremos esperar 60 días o dar por concluido el 2020. De nuestro lado, esperaríamos 60 días más, aunque seguramente no se va a jugar, pero a uno le da pena porque detrás del club hay mucha gente y uno no puede decir ya, ahora, pasemos todo para el año que viene”, puntualizó el directivo.

Boca Juniors de Bermejo

A pesar de que hace casi un año lograba el objetivo de volver a ser de la elite del fútbol doméstico, el Xeneize de calle Génova y carril Mathus Hoyos de Guaymallén pasa por uno de los momentos más delicados de sus casi 90 años, los que cumplirá el 12 de octubre próximo. Con el club cerrados desde marzo, los ingresos brillan por su ausencia y el presidente Mario Mirábile hace malabares para poder pagar una boleta de luz que vencerá los próximos días de $ 59.910. “Por este año se acabó el fútbol. Está muy difícil para seguir. Y te digo que si empezara ahora el campeontao tampoco podríamos emezar porque es sin público. Sucede que los chicos de nuestro club son muy pobres, acá se pagaba una cuota de 300 pesos y ni siquiera la pagaban. Vamos a tener que pedirle a la Municipalidad que nos pague las planillas porque además nos llegan boletas de luz que rondan los 60 mil pesos y, encima, se nos rompió la bomba del riego de la cancha. ¿Algo más? Este año tampoco habilitarán la pileta y el club perderá un importante ingreso por la escuela de verano”, se lamenta ante la consulta de Los Andes.

En un esfuerzo sobrehumano en conjunto con el entrenador de la primera, Matías D’Angelo, Mirábile cuenta que habían adquirido todas las camisetas y pelotas nuevas para la pretemporada. “Gastamos una fortuna y se paró todo. Estamos fundidos”, avisa. Y agrega: “Para colmo, los pocos socios que quedaban en el club ya no pagan la cuota. ¿Qué le vamos a exigir a los socios si no tinen un mango?”, se pregunta Mirábile. En dos juegos de camisetas para la primera, juegos para las inferiores grandes y chicas, se gastaron la friolera suma de 300 mil pesos . “Matias (D’Angelo) también me ayudaba con la planilla y ellos (los jugadores) pagaban la mitad. Ahora estamos tratando de hacer otras canchas, pero no va nadie al club. Hay dos empleados trabajando porque estamos arreglando toda la tela alrededor. La municipalidad me está dando una mano con las maquinas para nivelar las canchas del fondo porque atrás hicieron el zanjón nuevo y me taparon de escombros la cancha. Estamos tratando de hacer una o dos canchas más”.

Con respecto a los onerosos gastos por el suministro eléctrico, apuntó que Federico Chiapetta quedó en ayudarlos con la boleta de la luz. “Es una ayuda, nos da entre 10 o 15 mil pesos por boleta. La otra vez me llegó una de 100 mil pesos y me quería morir”, expresó. Con respecto a lo que pagaron en la Liga como caché de reafiliación, expresó: “Llevamos 90 años pagando la reafiliación. Este año pagamos 60 mil pesos, es una locura”. Más allá de las pálidas, Mirábile deja un mensaje optimista para el final: “De alguna manera vamos a encarar el año que viene. Hemos quedado en juntarnos con algunos empresarios. El club está ordenado como nunca y tenemos todos los papeles en regla”.

Asociación Atlética Eva Perón

El equipo de Luzuriaga, que nació como una escuelita con 20 niños en una canchita de tierra y con dos pelotas, se convirtió en una de las gratas revelaciones de la temporada pasada. Tanto en primera división como en Inferiores e Infantiles (compite en Copa de Oro), el elenco de Eva Perón dio pelea y fue siempre protagonista. Su mejor versión fue en la Copa Mendoza: dejó en el camino a Boca de Bermejo y a Luján Sport Club y perdió de manera ajustada frente a Gimnasia y Esgrima, a la postre el campeón del certamen.

“Somos un club humilde, pero que gracias a Dios no tiene deudas porque contamos con el apoyo del municipio de Maipú, algo muy importante en esta época porque no costeamos gastos de luz ni de gas. Así y todo, somo un club que trabaja a pulmón, con la colaboración de los padres, del municipio. Todo se hace ad honorem y con mucho entusiasmo”, cuenta el multifacético Marcos González, quien además de ser el presidente es el DT del elenco de primera división, de la Cuarta división y de las cuatro categorías infantiles (2007, 2008, 2009 y 2010) de la Liga. Debe ser un caso único en el mundo. Todo un récord.

“Aparte soy fundador e hincha numero uno del club”, agrega quien como futbolista jugó varios años en la Primera de Gutierrrez (campeón en 2005 y 2006 con Sergio Scivoletto como DT), Asociación Atlética Lujan de Cuyo y se retiró a los 26 años en el CEC con Raúl Rogel como entrenador.

González explica que cuando empezó la cuarentena propusieron los entrenamientos virtuales para todas las categorías del club, desde el plantel de primera hasta las infantiles. “Al principio el compromiso fue bueno, pero después fuimos perdiendo contacto, especialmente con la primera, porque algunos no tenían ni el lugar ni el espacio para poder entrenar. Hoy por hoy con lo único que contamos es con un entrenamiento por Zoom de infantiles y algunas categorías inferiores, con primera división prácticamente hemos dejado de entrenar. Desde que empezaron a liberar un poco la situación nosotros decidimos con algunos profes y armando grupitos de a diez e ir moviéndonos en nuestra cancha del barrial y en el Parque Canota con grupos de 10 y llegamos a tener 8 grupos de inferiores y algunos jugadores de primera división”, detalló Marcos, todo un apasionado de su profesión.

Por último, dejó una frase motivadora para los chicos de su club: “Tenemos mucho amor propio y vamos siempre en busca de más, eso es lo que no nos caracteriza. Esta pandemia seguramente nos hará más fuertes y volveremos más comprometidos que nunca. No tengo dudas de que nuestro futuro está en el potencial que tenemos en nuestro semillero”, finalizó el polifuncional González.

El único club que jugó la temporada pasada en el ascenso que no figura en este informe es el Club El Porvenir. Los Andes se comunicó con el presidente Luis Laciar, quien nos confesó que en ese momento no nos podía atender porque estaba ocupado. Luego de algunas horas, se volvió a intentar un nuevo contacto pero no prosperó.

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