Mario Nogara: un símbolo del fútbol mendocino que se fue a “jugar al cielo”

Semblanza. A los 75 años, se apagó la estrella de aquel hábil y veloz puntero izquierdo surgido del semillero de Argentino que brilló en el primer título de Vélez. El recuerdo de un campeón de la vida.

Mario Nogara lleva el balón mientras lo persigue Alfio "Coco" Basile, más atrás viene Whebe. Fue en el 4-2 de Vélez a Racing en la final del Metropolitano de 1968 en el viejo Gasómetro de Avenida La Plata.
Mario Nogara lleva el balón mientras lo persigue Alfio "Coco" Basile, más atrás viene Whebe. Fue en el 4-2 de Vélez a Racing en la final del Metropolitano de 1968 en el viejo Gasómetro de Avenida La Plata.

Un nuevo golpe al corazón, otra pérdida irreparable para los amantes del fútbol. El miércoles pasado, en la vecina provincia de San Luis, se extinguió la luz del mendocino Mario Nogara. Rápidamente, las redes sociales de los clubes donde el ex delantero dejó su huella lo despidieron con mensajes muy sentidos. Faltaba el humilde homenaje de Los Andes, donde a lo largo de sus años como jugador, el hábil wing izquierdo supo llenar páginas y páginas del suplemento.

Nogara llevaba más de 16 años viviendo en San Luis, donde se había radicado en el año 2004 para emprender un proyecto inmobiliario de su propiedad. Administraba un complejo turístico de cabañas y departamentos muy bien equipados, en una zona muy atractiva y de gran tranquilidad, en un paraje serrano conocido como Las Chacras, en el departamento Juana Koslay, a 2 kilómetros de Potrero de los Funes. El maldito cáncer de próstata provocó que se apagara el fulgor de una estrella, pero quedaron sus inolvidables recuerdos...

Su papá Lorenzo y sus tíos Bernabé y Angelito fueron artífices en su formación. Se inició en el baby fútbol del Tambor de Tacuarí, un equipo de fútbol infantil de la calle Salta casi esquina Rondeau, en la época en que en el lugar funcionaba un tambo y había un terreno baldío donde los chicos del barrio íbamos a jugar a la pelota. “Me movía por la izquierda, bien pegadito a la raya, porque siempre me gustó correr por la orilla, sobre la misma línea, lo que hacía con mucha velocidad”, confesó en una entrevista concedida a José Félix Suárez en 2008.

En 1959, cuando Nogara tenía 19 años, fue fichado por Atlético Argentino, donde se formó a imagen y semejanza de un inolvidable maestro del semillero de la Academia: Aroldo Cortenova. Siete años después, en 1966, fue promovido por Miguel “Cholo” Converti, otro gran entrenador que resultó decisivo en su carrera. Nogara debutó en la Primera de Argentino en una victoria por 6 a 1 ante Gimnasia en el parque General San Martín.

El Ciego. El popular Francisco Pancho Ontiveros, arquero y compañero de Nogara en Atlético Argentino lo había bautizado de esa forma. Es que Mario era tan rápido que muchas veces, lanzado en velocidad, no lograba ver la línea de cal y solía atravesar los límites del campo de juego al punto de llevarse la tela por delante.

Con el correr del tiempo, el estilo de juego de Nogara fue mutando. Con mucho trabajo y ese enorme sacrificio que lo caracterizaba, sin perder velocidad supo transformarse en un wing zurdo de cabeza levantada, centros milimétricos y gran poder de definición con sus remates potentes, cruzados y precisos.

Fue el propio Miguel Converti quien se lo llevó a Unión de Santa Fe cuando el Tatengue tuvo su bautismo en Primera División de AFA. Allí, se dio nada menos que el lujo de convertir un gol en su debut (1-0 vs Banfield) y también de anotar en un clásico ante Colón que finalizó 1-1, en ese 1967.

Contratado por Vélez por consejo de su técnico (Manuel Giúdice) para reemplazar a Juan Carlos “Pichino” Carone, inactivo por una lesión, cumplió esa misión y contribuyó con su juego y seis goles al primer título del Fortín en el Nacional 1968. En la tabla de goleadores, Nogara se ubicó por detrás de otras dos glorias velezanas: Omar Wehbe (16) y un tal Carlos Bianchi (7), con quien construyó una gran amistad que perduró hasta hoy. De hecho, cada vez que el Virrey venía a Mendoza, Nogara lo visitaba en el hotel y compartían largas charlas. En 1970 jugó un Nacional para la Lepra y luego pasó al fútbol español. Regresó a Mendoza en 1974 (Andes Talleres y Deportivo Goudge de San Rafael, donde se retiró) para dejar su enorme estela.

Presente. Cada vez que Vélez jugaba en el estadio Malvinas Argentinas ante el Tomba, Nogara no faltaba. / Los Andes.
Presente. Cada vez que Vélez jugaba en el estadio Malvinas Argentinas ante el Tomba, Nogara no faltaba. / Los Andes.

Perfil

Nombre: Lorenzo Mario Nogara.

Fecha y lugar de nacimiento: 22 de junio de 1945 en Mendoza.

Puesto: wing izquierdo.

Trayectoria: Inferiores y Primera de Atlético Argentino (1959-1967), Unión de Santa Fe(1967-68), Vélez Sarsfield (1968-1970); Independiente Rivadavia (1970), Unión Deportivo Levante de Valencia, España (1971-72), Atlético Baleares de Mallorca (1973), Andes Talleres (1974) y Deportivo Goudge de San Rafael (1974).

Títulos: Metropolitano 1968 (Vélez).

“Era muy querido en el ambiente del fútbol”

(Ángel Rosales ex periodista de Los Andes y amigo de Nogara)

“Mario era un puntero izquierdo muy veloz, de esos que jugaban pegado a la línea de cal. Además, le pegaba al balón con mucha potencia y tenía una gran precisión en los remates, en los cambios de frente y en los centros. Siempre que hablaba con Carlos Bianchi me contaba que hizo un montón de goles por asistencias de ‘Marito’, como él le decía a su gran amigo. En Vélez era ídolo y siempre lo invitaban a los festejos de los aniversarios. Mario era un tipo muy generoso, solidario y muy querido en el ambiente del fútbol, no sólo acá en Mendoza sino en Buenos Aires y en España, donde también dejó muchos amigos. Estoy muy triste porque se fue un gran amigo. Se lo va a extrañar”.

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