Luciano Silva: “Con ganas, se puede trabajar, estudiar y jugar al fútbol”

El arquero de Huracán Las Heras, a los 27 años, completó sus estudios secundarios. Compartió su éxito en las redes y se convirtió en ejemplo para muchos jugadores juveniles.

Luciano Silva, arquero de Huracán Las Heras, a los 27 años, completó sus estudios secundarios.
Luciano Silva, arquero de Huracán Las Heras, a los 27 años, completó sus estudios secundarios.

“Hoy, 29 de setiembre de 2020, a los 27 años, puedo decir que terminé la secundaria después de 9 años”. Palabras exactas del posteo de Luciano “Pipi” Silva, arquero de Huracán Las Heras, quien con mucho orgullo y pocas palabras, fiel a su estilo, comunicó en su cuenta de Facebook, uno de los mayores logros de su vida: su título de bachiller con orientación en Comunicación.

Sin dudas esto logro se podría comparar con el “penal atajado más importante de su carrera”, aunque tener el valor de volver a la escuela, estudiar, rendir y lograr su primer título académico es un premio para toda la vida que supera cualquier otro.

Y el “Pipi” está feliz. Porque con esa breve comunicación en su estado de Facebook, rompió los moldes. Cientos de mensajes hicieron explotar su cuenta y su teléfono celular. Y Luciano, tímido, respondió uno por uno. “Es una satisfacción única. Te juro, de corazón. Me lo propuse y lo logré. Quería demostrarles a mi hija y a la otra princesa que viene en camino, que se puede trabajar, jugar al fútbol de manera profesional y estudiar. Estoy emocionado y agradecido de todos los docentes de la Escuela El Algarrobal”, dice. Y redobla la apuesta. Ahora quiere ir por más: “sueño con estudiar educación física o nutrición; todo relacionado al deporte. Me encantaría ser docente, ya tuve una escuelita de arquero y me fascina”, asegura el “Pipi”, hombre que en su DNI acusa 27 años y tiene como cuna futbolística la “Garganta del Diablo” de calle Aristóbulo del Valle. Su querido Deportivo Algarrobal.

-¿Cómo surgió la idea de terminar los estudios secundarios con 27 años?

-La idea me daba vuelta en la cabeza desde hace unos años; quería terminarlo sí o sí, por mis hijas. Ellas van a la escuela y uno no puede exigirles si no terminó sus estudios. Es una satisfacción muy grande.

-¿En qué año abandonaste la escuela y por qué motivos?

- En el año 2011 terminé quinto año, me llevé 10 materias y nunca más me preparé para rendirlas. Jugamos el primer Torneo Federal con Deportivo Algarrobal y luego me llegó la propuesta de Huracán para jugar el Argentino A. Luego pasaría a Gutiérrez y con el fútbol uno se olvida de ciertas cosas. Jugué unos meses en Talleres y llegó nuevamente la propuesta del Globito para jugar el Federal A. Entonces, hace unos años me acerqué a la escuela, averigüé y empecé a rendir las materias de a poquito hasta que logré el objetivo.

-Tu familia, feliz me imagino….

-En casa siempre me recordaron que tenía que terminar de estudiar. La que realmente se portó de maravillas es mi preceptora Ana; ¡un genia! Me llamaba, me decía que días rendía o que días podía hablar con el profe... Fue una mamá dentro de la escuela.

-¿Qué materias te costaron más?

- Para los números siempre fui un bocho: 10 en matemática. Lengua costó, pero soy un alumno 7 puntos. Sin embargo, aún sufro con inglés. No te imaginás lo que me cuesta. Es más, la profe pensó que era Carlitos Tevez en la Premier League: “Very difficult”.

-¿Cómo está compuesta tu familia?

- Mi mujer, la profesora más exigente (risas), se llama Lucía. Mi hija Julia que tiene tres años y viene en camino Luciana. Para ellas fue este título de Bachiller. Quiero que sientan orgullo de su papá, más allá de lo que puede lograr en el fútbol. Y mis suegros, unos fenómenos: Julio y Patricia. Soy un hijo más en la familia.

-La decisión de terminar el secundario es un gran ejemplo para aquellos chicos que sueñan con un futuro en el fútbol y dejan de lado el estudio...

- Hoy me animó a dar un consejo con justa causa; por la experiencia. Si uno se lo propone, puede estudiar, trabajar y jugar al fútbol. El profesionalismo te ayuda mucho, pero la vida del futbolista tiene una etapa. Después, hay que volver a insertarse en el mundo laboral. Por esta razón, es fundamental terminar el secundario. Siempre hay que estudiar.

-¿En qué momento te agarró esta pandemia?

-Estábamos realizando una gran campaña con Huracán, con grandes chances de pelear por el ascenso. Cuando paró todo, me di cuenta que era el momento de volver a estudiar y empecé a trabajar. Hablé con mi suegro y comencé a trabajar con él. Tiene una distribución de alimentos. Entonces, empecé con el reparto, luego la atención al público y dispuesto a seguir aprendiendo. Nunca hay que bajar los brazos.

-¿Cuáles son tus próximos objetivos a nivel deportivo?

-Ascender con Huracán. El club viene trabajando muy bien desde hace unos y merece jugar la Primera Nacional. Me encariñé mucho con la gente del Globito. Algarrobal es mi casa, pero Huracán es mi segundo hogar. Fueron muy emotivas las felicitaciones de cada uno de mis compañeros; allegados y directivos. Sin dudas, este es un logro compartido con todos ellos.

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