Es tiempo de ver el vaso medio lleno

La temprana eliminación de la Selección Argentina en el Mundial Sub 20 generó críticas y dejó mucha tela para cortar. Lo positivo es que aparecieron con la camiseta celeste y blanca grandes jugadores de cara al futuro inmediato.

Alejo Véliz, el centrodelantero de la Selección Argentina Sub 20 que sorprendió a todos. Tiene un futuro inmenso. / Los Andes
Alejo Véliz, el centrodelantero de la Selección Argentina Sub 20 que sorprendió a todos. Tiene un futuro inmenso. / Los Andes

Es absolutamente entendible la sensación de frustración que experimentan miles de hinchas argentinos tras los cachetazos de Nigeria. La expectativa era muy grande y la ilusión, también. A nadie le gusta perder. Ni uno solo va al estadio a ver cómo cae su equipo. Pero sucede más de lo que uno quisiera. La temprana eliminación del Mundial Sub 20 generó, además, angustia y críticas por doquier. Pero no va más, esa es la única realidad. La Selección Argentina dijo adiós en octavos de final y es tiempo de análisis.

Podríamos caer en el resultadismo argento y calificar de “fracaso” el proceso de Javier Mascherano al frente de la Sub 20 tanto en el Sudamericano como en la Copa del Mundo. Podríamos pedir renuncias al por mayor, cuestionar el nivel de los jóvenes jugadores y hasta compararlos con las grandes estrellas que sí lograron títulos en sus tiempos de formación. Pero no, aunque habrá cosas para ajustar. Aquí es hora de ver el vaso medio lleno y argumentaremos el porqué, siempre teniendo en cuenta que el dolor de quedar afuera es genuino.

1- Para empezar, hay que tener en cuenta que la Selección Argentina Sub 20 no tuvo el tiempo de trabajo necesario para afrontar una competencia de esta magnitud. Vale recordar que los chicos contaron solo con un puñado de días de entrenamiento, en clara desventaja respecto de sus rivales. Cuando se produjo en enero de 2023 la no clasificación al Mundial, el programa de trabajo de la AFA se diluyó y cada futbolista tomó su ruta. Y era obvio, porque la Copa de la cual no participaría Argentina se jugaría en Indonesia con otros protagonistas.

Javier Mascherano, el DT de la Sub 20. ¿Seguirá?  (AP)
Javier Mascherano, el DT de la Sub 20. ¿Seguirá? (AP)

La sorpresiva descalificación del anfitrión (NdR: por razones políticas en contra de Israel) hizo que la FIFA saliera a buscar nueva sede. Allí apareció nuestro país y la historia que conocemos. El tema es que, más allá de la alegría de sabernos adentro, ese bache de tiempo perjudicó el rodaje deseado de los pibes argentinos y se terminó notando en cancha ante una gran Nigeria. Las victorias frente a Uzbekistán, Guatemala y Nueva Zelanda fueron reales, aunque los africanos demostraron en San Juan que, hoy por hoy, son mejores en todas sus líneas gracias a una planificación más aceitada.

2- El hincha argentino aún festeja ser campeón del mundo de la mano de Lionel Messi y compañía. La gesta en Qatar 2022 todavía es parte de nuestro día a día. Tal vez muchos soñaron con meter “doblete” en pocos meses, pero lo cierto es que no se puede ser campeones mundiales siempre, ni siquiera si hablamos de un seleccionado más joven que porta la misma camiseta. Todo proceso lleva su tiempo y, comprendiendo el recambio que la Sub 20 exhibió desde la llegada del “Jefecito” Mascherano, la performance buscada aún está en pañales. Y no está mal. Porque esta instancia del deporte es formativa más allá de que se trate de futbolistas ya profesionales.

3- Nos dolerá ver cómo otros levantan la Copa del Mundo en tierra argentina. Claro que dolerá. Pero no debemos olvidar que se trata de chicos que por primera vez viven un certamen de estas características. Aferrándonos a la teoría del vaso medio lleno, bien podríamos destacar la aparición de jugadores que, con seguridad, dejarán su sello en el fútbol internacional a corto y mediano plazo. ¿Quiénes? El mediocampista Federico Redondo, hijo del gran Fernando, tiene un futuro inmenso. Hoy está en Argentinos Juniors, mañana no sabemos.

Luka Romero, otra de las grandes apariciones en el fútbol juvenil argentino. (AP Foto/Natacha Pisarenko)
Luka Romero, otra de las grandes apariciones en el fútbol juvenil argentino. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

El volante ofensivo Luka Romero, mexicano que eligió jugar para Argentina, cuenta con un talento impresionante y lo demostró con golazos y quiebres de cintura dignos de un distinto. La Lazio deberá hacer un esfuerzo grande para no perderlo en la próxima temporada.

Y podemos seguir: Matías Soulé, delantero de la Juventus, ofreció sus corridas atrevidas y junto a Alejo Véliz, goleador de Rosario Central, hicieron destrozos en la fase inicial. Y la lista continúa con Valentín Carboni (Inter de Milan) y Valentín Barco, defensor estrella de Boca Juniors.

Otro punto que de ninguna manera puede quedar afuera es el de las ausencias, amén del previo aviso. Argentina pudo haber cambiado las cosas con Alejandro Garnacho (Manchester United), Nicolás Paz (Real Madrid) y Facundo Buonanotte (Brighton) en cancha. Que no hayan estado en el Mundial Sub 20 corre por exclusiva cuenta de los clubes que no quisieron cederlos. Y ahí la albiceleste dio ventajas. ¿Debería la FIFA revisar esta situación? Claro que sí.

Es un hecho que los tres jugadores en cuestión vestirán los colores argentinos. Y en la Mayor.

Ver el vaso medio lleno significa apartar el exitismo por un rato. Centrarnos en el futuro inmediato de jóvenes futbolistas que aparecieron, por suerte, con la casaca celeste y blanca. El Mundial 2026 podría recibirlos y, de ser así, los veremos más completos y capaces, ya armados, soñando con darle al hincha argentino (y a sí mismos) lo que el 2023 les negó.

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