Las chacras, una atracción para conocer Los Antiguos

El pueblo santacruceño ofrece la posibilidad de cosechar y comer exquisiteces.

Las chacras, una atracción para conocer Los Antiguos
Las chacras, una atracción para conocer Los Antiguos

En Los Antiguos, provincia de Santa Cruz, los turistas pueden degustar desde dulces caseros a escabeches y otras delicias en las diferentes chacras con que cuenta esta comuna que recibe, a lo largo de todo el año, la visita de más de 120.000 turistas, según cuenta orgulloso el secretario de Turismo local, Mauro Croce.

El incremento en la llegada de viajeros, que tiene su pico en enero para la celebración de la Fiesta Nacional de la Cereza, produjo un crecimiento en el número de plazas hoteleras, que pasó de las 200 en 2014, a las 788 con que cuenta en la actualidad.

Los Antiguos posee un microclima ideal para visitarlo todo el año debido a su escasa altitud sobre el nivel del mar, 200 metros, y la cercanía de la gran masa de agua que representa el lago Buenos Aires, de 2.240 kilómetros cuadrados, en la zona noroeste de la provincia de Santa Cruz, al pie de la cordillera patagónica.

Visitar la ruta gastronómica de las delicias de las chacras familiares para degustar sus productos frescos y elaborados, conocer la vida de una familia rural en plena cosecha de cerezas, frutillas o frambuesas y recolectar sus propios frutos finos, se transforma en el más mágico recorrido entre las plantaciones florecidas de blanco.

“Las chacras turísticas ofrecen una amplia variedad de productos, desde frutos, en especial las cerezas y vegetales de estación hasta elaboraciones artesanales como los dulces, licores, escabeches, chocolates, chutneys, tartas y tejidos, bar lácteo y cabalgatas para llenar todos tus sentidos del visitante”, explica el titular de Turismo.

Los Antiguos es un pueblo de menos de 10.000 habitantes y sus chacras son pequeñas pero tienen bellas plantaciones con frutos de estación y otros vegetales, a los que se suman tejidos de lana de camélidos como los guanacos y todo tipo de productos artesanales.

Enmarcadas por añosas alamedas que las protegen de los vientos patagónicos, cada una de las chacras es un oasis de reparo y naturaleza, que invita “a conocer este fascinante paseo dentro de un valle lleno de sabores que alimentan todos los sentidos”, agrega Croce.

Para conocer todo acerca de las chacras que se pueden visitar en esta ruta gastronómica y organizar el recorrido, se puede consultar la página web http://losantiguos.tur.ar/que- hacer/chacras-y-productores/ donde se podrá obtener toda la información acerca de este paseo.

La comuna tienen una posición estratégica cerca de La Cueva de las Manos -Patrimonio de la Humanidad de la Unesco-, del Cañadón del Río Pinturas, de la Sierra de los Colores y del Parque Nacional Patagonia -creado en 2015, pero que aún no cuenta con un área de uso público con toda la infraestructura necesaria para recibir a los turistas-.

La zona, por sus lagunas de la parte alta de la meseta, es el hábitat natural del macá tobiano, el animal en mayor riesgo de extinción de la Argentina, una especie endémica de la provincia que desde las lagunas ubicadas a 1.500 metros sobre el nivel del mar emigra a los estuarios de la costa santacruceña para pasar el invierno.

Los Antiguos tuvo un exponencial crecimiento de la población: del censo del 2001, cuando se contaron menos de 2.500 habitantes, a 2010, que se elevó a 3.360... Y con ese ritmo de crecimiento, el 63% anual, hoy orilla los 10.000 habitantes. En dos años, pasó de tener 80.000 a 120.000 visitantes al año, pese a que para arribar a Los Antiguos se usan los aeropuertos de Comodoro Rivadavia, a 439 kilómetros, y de El Calafate, a 500 kilómetros.

788 plazas hoteleras son las que tiene hoy Los Antiguos. También hay buenos restaurantes con un total de 536 "cubiertos".

Tragedia y recuperación

La ciudad se hizo famosa en la década del 90 por la caída de ceniza del volcán Hudson, desde el 13 de agosto de 1991, cuando se cubrió el cielo y llegaron a tener el piso a más de un metro de profundidad, por lo que perdieron la cosecha y los animales, pero el mal recuerdo pasó y ahora presenta su costado turístico con una variedad de atractivos como el lago Buenos Aires, apto para los amantes de la pesca, además de arroyos y ríos.

A poca distancia en las afueras del poblado, se descubre, al sur, el mirador panorámico Uendeunk, y a dos kilómetros, también hacia el sur, el mirador del río Jeinimeni.

Casi escondido, el Lago Posadas, rodeado de chacras protegidas con álamos que intentan frenar el eterno viento patagónico, es un paisaje en sí mismo.

El director Croce informó que la ciudad tiene una oferta gastronómica de 536 cubiertos para atender al visitante.

La pesca y el turismo aventura, con posibilidades de realizar trekking, cabalgatas, escalada, rapel, palestra y deportes náuticos como windsurf y katesurf en los lagos Buenos Aires y Fontana, son gran parte de la oferta turística del lugar, al que se le pueden agregar las caminatas hacia la estancia La Ascensión, para admirar su producción lanera.

Del éxodo al éxito en 27 años

La mañana del 13 de agosto de 1991 no amaneció en Los Antiguos. Una tormenta de cenizas lo tapó todo y, durante varios días, reinó la noche.

Familias enteras se fueron; otras resistieron. Veintisiete años después de la erupción del volcán Hudson, exportan cerezas al mundo, explotan el turismo rural y se han convertido en un valle fértil en medio de la aridez patagónica.

Los Antiguos está a 3 km de la frontera con Chile y a 1.029 km al norte de Río Gallegos, en el margen del lago Buenos Aires. Hoy es un valle verde y productivo pero, en 1991, soportó un fuerte éxodo de la población y la angustia de un futuro marcado por las cenizas.

Los restos volcánicos alcanzaron los 18.000 metros de altura y sepultaron 10 millones de ha. Cerca de 600.000 ovejas murieron.

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