La paz mediante la bondad hacia los seres vivos

La paz mediante  la bondad hacia los seres vivos
La paz mediante la bondad hacia los seres vivos

Estoy cerca de los 30 años de estar viviendo en Mendoza. Soy mendocina por adopción y agradezco siempre haber sido recibida y poder hoy en día seguir haciendo lo que me apasiona, tratar de cuidar la casa de todos, la Gaia.

Toda la vida he hecho lo mismo, trabajar por la conservación de nuestros ambientes naturales, nuestra fauna y flora, y nunca me había preguntado hasta ahora qué es lo que espero con todo esto. Tal vez soy pretensiosa, pero cada vez que emito un mensaje, doy una conferencia, una clase en la universidad o escribo, sé que lo que quiero es que las personas humanas seamos conscientes de nuestros actos, conscientes de que todos utilizamos y dependemos de nuestros bienes comunes y que no vivimos solos. Quiero que entendamos que todos los seres vivos merecen respeto, que sienten, que sufren, que piensan; y que con este respeto por la vida, estaremos siendo respetuosos por nosotros mismos y por las futuras generaciones.

Quiero que cuando hablo o defiendo un símbolo o un monumento natural como nuestro ceibo, nuestro hornero, ballenas, cóndor, animales en los billetes, etc, tomemos el sentido de pertenencia por estos y nos empoderemos con ellos. Que nos sintamos orgullosos ante turistas o si viajamos al exterior. Que sean nuestro pasaporte y embajadores.

Quiero dejar y dejarle a mi prójimo, el mundo, mejor de lo que lo encontré y que, el que venga, disfrute igual que lo disfruto yo.

Creo firmemente que trabajar en el respeto por todas las formas de vida es trabajar para que haya más solidaridad, más tolerancia, cosas que últimamente faltan, y mucho. Hace unos años acuñé una frase que dice: "La bondad hacia los animales genera hombres bondadosos. El hombre, mujer o niño que es bondadoso con los animales, aquél que tiene conmiseración hacia los seres vivos, combate la violencia, y si no hay violencia contribuimos a la paz mundial. Podemos lograr la paz mediante la bondad y conmiseración hacia todos los seres vivos".

Hay que trabajar más, desde la infancia y estamentos educativos en lo que se conoce como Educación Humanitaria; ésta incluye todos los valores sobre respeto y tolerancia.

Es por esto que no pierdo la esperanza de formar parte de una Mendoza en la que seamos más tolerantes y solidarios, con funcionarios más comprometidos y respetuosos de la voluntad popular. Funcionarios que tienen que entender que no se gobierna para cuatro años sino para el futuro. Funcionarios que entiendan que para que la gente esté bien, el ambiente debe estar bien. La megaminería, los agrotóxicos y el fracking no ayudan al ambiente. Tengo más enemigos que amigos, pero también tengo un gran grupo de personas que piensan igual y que acompañan en y desde fundación Cullunche.

Voy a seguir en este camino denunciando todo lo que crea que puede perjudicar al ambiente y al humano. Voy a usar todas las herramientas que tenga a mi alcance para dejar Gaia mejor de lo que la encontré. Y una Mendoza, mejor de lo que la encontré.

Si la gente está bien, los animales están bien. Y si los animales están bien, la gente estará bien.

El camino es largo y difícil, pero sé que Mendoza puede lograrlo.

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