Yo, el más jugador de todos

“El panajedrez nació hace siete u ocho años. Un día descubrí algo sencillísimo y desconcertante a la vez: la necesidad de un juego que, al tiempo que podía adoptarse en cualquier rincón de la Tierra, no sólo se jugase por el simple hecho de entretener –puesto que el entretenimiento no es más que una forma lamentable de perder tiempo–, sino que pusiera en juego la mayor parte de los conocimientos y la misma sensibilidad del jugador, tratando a la vez de buscar, de indagar, de estudiar, de crear, tendiendo siempre hacia el perfeccionamiento del espíritu.

Se me ocurrieron diversos juegos, entre ellos una modificación a fondo del... ¡fútbol! Sí, tal como lo oye. Del fútbol. ¿Por qué jugar con una sola pelota y no con tres o cuatro, y dividir la cancha en seis o doce sectores paralelos, como en el rugby, y que cada jugador lleve camisetas con distintas letras para que se formen palabras y frases? ¿Se da cuenta usted de la cantidad de combinaciones que podrían hacerse con cinco pelotas en juego y 24 jugadores por lo menos, y en sectores con letras también diversas?

Pero, ¿quién modifica el fútbol tal como se juega hoy? Resultaría más fácil traer a Buenos Aires las Cataratas del Iguazú. Entonces ideé el panajedrez, con base astrológica, con tablero de doce casillas por trece, de acuerdo con el sencillísimo sistema duodecimal; las piezas representan astros o signos zodiacales, ubicándolas en las casillas a medida que se juega y como mejor parezca a los adversarios.”

(De la entrevista a Xul Solar de Héctor Indart publicada en El. Revista mensual ilustrada para el hombre y el hogar, enero de 1957, reproducida en “Xul Solar. Entrevistas, artículos y textos inéditos”. Ed. Corregidor)

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