Instituto Estrada: la piedra fundacional

En 1969 se conformó en esa institución el primer equipo de hockey mendocino.

Instituto Estrada: la piedra fundacional
Instituto Estrada: la piedra fundacional

El hockey en Mendoza comienza en 1969 de la mano del profesor Augusto Eduardo Velasco en el Instituto Estrada de Luján de Cuyo y a los meses en el ICEI. En 1971 explota en todos los clubes de rugby como Los Tordos y Marista; y en los colegios como Misericordia y Nuestra Señora del Rosario de Pompeya; aparecen dos clubes solo de hockey Yerutí y Unión. En dos meses se formaron 21 equipos y ese año se juega el primer torneo.

"Mariquita Carbonell, Mariel Gruber y Graciela Aguerre son un símbolo del hockey mendocino", cuenta el periodista Jaime Alberto Aguiló. Estrada fue el primer equipo femenino de hockey sobre césped que se creó en Mendoza, de la mano del ya legendario Chicho Velasco dieron rienda suelta a su pasión deportiva, primero en el desaparecido instituto que lleva el apellido del primer club y después en us continuación como Peumayén RC.

"Aquí nació el hockey en Mendoza, el 11 de julio de 1969" se lee en un cartel que ponen para esta nota ex jugadoras de Estrada que contarán a Más Deportes la historia. Están María Amalia Lola, Stella Zera, Mariquita Carbonell, Mariel Gruber, Dorita Argarañaz, Analía Sánchez y Titi Gutiérrez. 

Mariel Gruber. “Fui Wing izquierdo en Estrada y después en Peumayén durante muchos años. Recuerdo, que entrenábamos horas y horas, teníamos una pasión y las horas se nos volaban haciendo lo que nos pedía Augusto 'Chicho' Velasco. El me enseño que debía correr a toda velocidad, por la línea izquierda y que de repente frenara mi carrera y enganchara la bocha  y la tirara al medio de la cancha para q ue alguna compañera la interceptara por el nueve o una de las volantes, y fue una táctica, que nos sirvió mucho, porque el marcador contrario que me seguía se quedaba pagando eso lo entrenamos mucho. Recuerdo que nos quedábamos muchos tiempo, tirando desde las líneas laterales los dos wines  hacia el centro, porque en ese entonces se podía pegar directamente pegar al arco, con lo cual salían unos bombazos, eso lo entrenábamos horas y horas”.

Otra de las integrantes de ese recordado equipo fue Mariquita Carbonell una de las más destacados jugadoras de los setenta. "Todo lo que nos entregó Chico Velasco lo completé con el aprendizaje que me entregó Oscar Benito, que fue otro de los entrenadores. Jugábamos  en un césped, que casi no existía, jugábamos en la cancha del rugby”, continuó.

“Junto con Chele Aguerre, Mariquita Carbonell e Irmita company fuimos integrantes del primer seleccionado juvenil que tuvo Mendoza, fuimos a Rosario, ¡nos fue bastante mal!, porque había otras asociaciones llevaban ventaja como Córdoba y Buenos Aires, nosotras éramos inexpertas, pero nos sirvió mucho para aprender jugar en grupo y entender el deporte en equipo. Posteriormente, integramos las mismas el seleccionado mayor en un torneo que se disputó en San Juan y en otro en Tucumán, no teníamos la performance que tiene en actualidad tiene Mendoza, pero gracias a esto el hockey fue creciendo, después ya no terminábamos último, si no en el medio de la tabla”, contó Gruber .

Siendo alumnas de primer y segundo  año del Instituto José Manuel Estrada de Luján de Cuyo, los  Manzitti, propietarios de la Institución, y la profesora Perla Marino, quisieron para su alumnado femenino incorporar la práctica de un deporte diferente a los tradicionales

En poco tiempo se concretó el proyecto para el cual se tendieron líneas como enviar al profesor Chicho Velasco a Buenos Aires a capacitarse, convocar a las alumnas interesadas en practicar este nuevo deporte y  buscar insumos para dicha práctica. "Paralelamente se organizó en el Instituto Cuyano de Educación Integral ( ICEI) otro equipo con quienes dimos los primeros pasos", apuntó Mariquita Carbonell una de las más destacadas jugadoras que tuvo Mendoza.

“En lo personal para mí el hockey no sólo fue una pasión, sino un espacio de contención,  luego de pasar  por un episodio  familiar muy triste,  difícil de superar de no haber  tenido este pilar. Haber tenido esta oportunidad de practicar un deporte con tanto ahínco, no sólo llena de satisfacción recordar momentos pasados, sino que forma el temple para enfrentar lo cotidiano y desempeñarse en los distintos ámbitos con ciertas capacidades que mucho tiene que ver la formación que da el deporte en equipo".

Luego María Carbonell recordó sobre los inicios del hockey:  “Sin embargo al poco tiempo nos quedamos solas sin tener con quién competir y durante un año estuvimos haciendo exhibiciones, especialmente en colegios privados, sin tener eco. La gran explosión se produjo cuando las chicas vinculadas a clubes de rugby como el Mendoza, Marista y Los Tordos se interesaron acercándose al club para ver de qué se trataba. En muy poco tiempo surgieron muchísimos clubes lo que demandó organizarse a nivel institucional y así integrarse a las competencias nacionales”.

"Entre otras satisfacciones es haber estado rodeada de compañeras de escuela que al convivir tantas horas y vinculándonos con valores como compromiso, responsabilidad,   respeto,  tolerancia y l diálogo,  se forjó una amistad que aún se mantiene y que disfrutamos el día a día,  que esa solidez que nos dio el tiempo ha servido para que gente más joven se incorpore con una gran capacidad de adaptación a las mayores" (Carbonell). 
Estrada era un equipo que rindió sus frutos en los primeros años ganando tres campeonatos casi consecutivos ( 1972, 73 y 75), la copa Chellenger  Cuccurella,, ( organizado por Yerutí donde competían equipos campeones y la ganaba luego de tres campeonatos consecutivos o cinco alternados. Estrada la gana por quedarse con tres años seguidos..

Loable también de esos tiempos fue la camaradería que existía entre los distintos equipos, que si bien éramos aguerridas durante los partidos, luego de finalizar se vivía un clima amistoso y muy agradable durante el tercer tiempo que nunca faltaba, como así también en  los encuentros ocasionales . Hoy todas tenemos amigas de otros clubes, lazos que se construyeron durante tan preciados momentos.

El hockey de Luján sufre cuando los dueños del instituto Estrada decidieron  cerrar sus puertas, situación que nos llevó al desamparo por no tener lugar físico propio ni recursos económicos. "Nuestros padres y la dirigencia del rugby se mancomunaron para revertir esta situación y con gran esfuerzo se compró el campo de deportes perteneciente al Instituto, logrando recuperar la identidad como Institución, situación que hoy recordamos con gran cariño y agradecimiento.  Desde ese entonces , cambiamos de nombre llamándose el nuevo club Peumayén", puntualizó María Carbonell.

Stella Zera fue otra de las jugadoras importantes en la formación que empezaba formarse. "Cuando regresa Chicho desde Buenos Aires y lo aceptan como nuevo deporte en el Instituto,  pasan por los cursos ofreciendo esta alternativa. Se hacia una pequeña exhibición con palo y bocha. En mi caso éramos 9 mujeres en el curso , fuimos 7, y así en todo el cole. La primera vez en el campo teníamos que llevar un palo escoba y bocha. Recuerdo que en las exhibiciones, usábamos pantalón corto blanco y remera blanca , después se hizo el uniforme al igual que los de los colegios de Buenos Aires que eran túnica negra , camisa , manga larga blanca , corbata y cinto rojo y por  supuesto con las infaltables saca chispas. Un deporte de este tipo no se practicaban, en Luján, en el cole solo había pelota al cesto y vóley y natación en verano en la pile de Luján Spot Club. Fue desde el principio q este deporte fue pasión, se vivía y respiraba hockey en todos rincones del cole, muchas dejaron, pero las que quedamos somos amigas hasta hoy, las vetes del Peuma, así nos conocen en el ambiente del hóckey actual”.

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