Sería bueno que los argentinos no pusiéramos todos los días sobre la mesa las cosas del pasado, solamente para lamentarnos y criticar, desgastándonos inútilmente, para volver a reincidir en los mismos errores y seguir en esa eterna rueda de lamentos y odios, que nos separa.
De este río revuelto de tormentas y rencores, solamente se benefician los que odian al país.
Y después de una fiesta, son pocos los que quieren lavar los platos y sacar la mugre a la calle. Todos quieren irse pronto.
Por eso sería bueno que cada uno, desde su papel que ocupa en la sociedad, haga lo que debe hacer, sin estridencias ni escándalos. Como cuando acomodamos nuestras cosas, después de los brindis.
Y hagamos que el ciudadano tenga un digno trabajo y no una changa eventual pagada con limosnas.
Que los enfermos sin recursos tengan la forma de mejorar y sanar sin mendigar.
Que los sin techo, tengan su vivienda acorde con sus recursos para que no se sigan repartiendo rollos de polietileno negro después de cada lluvia.
Que la prevención y la protección al ciudadano ante el delito, sea una realidad y no un relato de hechos en las páginas policiales de los diarios.
Que decir juez sea decir honorable, para que mañana la justicia no sea impartida por robots o frías máquinas con dos botones.
Sería bueno también que los chicos volvieran a desear ir a la escuela, sintiendo que cada cosa que asimilan les sirve de verdad y dialoguen con sus padres, sobre sus avances, con entusiasmo y alegría.
Que el que no se sienta capaz de crecer intelectualmente tenga el camino claro y libre para aprender un oficio.
Que el empresario entienda que gran parte de su éxito, debe volver al pueblo cumpliendo fielmente con todas sus obligaciones, para con el Estado y sin que éste mire para otro lado cuando deba reclamárselas.
Que ningún extranjero esté de lástima en este país, sino que también cumpla sin excepción con sus obligaciones para con el Estado.
Que el manejo de los recursos de la administración tengan una trazabilidad sencilla y clara al alcance de todos los ciudadanos y así podríamos enumerar muchas más. Son tantas que no creo necesario, para nosotros los ciudadanos, seguir perdiendo el tiempo en lamentarnos. Son otros los que deben juzgar y proceder sin demora contra los que hicieron las cosas mal.
Nosotros cada uno tenemos nuestra función a cumplir y es trabajar en lo nuestro, no perderle el rumbo a los actos de gobierno y votar.
Oscar Carlos Laguna
DNI 8.144.258