Single Vineyard y Parcel Select: dos conceptos cada vez más valorados

Imagen ilustrativa / Archivo. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
Imagen ilustrativa / Archivo. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.

La utilización de un solo viñedo o una parcela específica es una técnica cada vez más elegida por los vitivinicultores a la hora de hacer vinos de alta gama.

Si decimos que los viticultores tienen rasgos de artistas no descubrimos nada nuevo. Así como cada músico busca en su canción plasmar lo mejor de su genio con su melodía y letra dentro de determinado género, al elaborar sus botellas de vino, cada productor quiere expresar lo mejor del varietal o la tierra de donde nace ese ejemplar.

En búsqueda de esa manifestación única del terroir, cada vez son más los que se inclinan por los conceptos de single vineyard, parcel select o single parcel, sobre todo en la alta gama. Pero además del terruño, en estas técnicas podemos también resaltar otras cualidades que se pueden perseguir: constancia, tipicidad y estilo.

Cuando hablamos de single vineyard, hacemos referencia a un viñedo único. Lo especial de esto es que, a partir del trabajo del hombre, se puede llegar a obtener de esta porción de tierra una singularidad que permita una radiografía perfecta del lugar donde se encuentra plantado.

Al reducir cada vez más la porción de tierra pasamos a los otros dos conceptos: parcel select o single parcel. Se trata de una porción del viñedo que muestra una personalidad y cualidad especial que merece ser distinguido del resto. En el parcel select o selección de parcelas, el viticultor toma del total de viñedo aquellas que considera las más destacadas, mientras que en el single parcel, al igual que con los viñedos, es una selección ya realizada de antemano en una única parcela. En este caso, la limitación es mayor respecto al viñedo, ya que este puede estar compuesto por varias parcelas, incluso de diferentes varietales.

Pioneros en la región

Uno de los primeros en aplicar estos conceptos fue Bodega Trapiche. En el año 2003, decidieron comenzar una línea single vineyard, la cual se mantiene hasta hoy. Pero en lugar de elegir de sus viñedos, optaron por hacer una selección de los tres más destacados productores independientes.

Luego del proceso de vinificación en la bodega, en 2005 decidieron sacar al mercado una línea con vinos elaborados 100% con uvas de una finca independiente con el nombre inicial de Single Vineyard. Un detalle especial es que en la etiqueta se decidieron sumar el nombre del productor que aportaba la uva.

“Para nosotros es muy importante la característica del terroir y la mano del hombre. Cómo lo plantó, cómo lo podó, el riego que utiliza y todo lo que lo vuelve único”, comentó Sergio Casé, enólogo de Trapiche. “Nosotros en lo único que intervenimos es en la definición del punto de cosecha, respetamos 100% lo que el productor hace”, agregó.

Con el correr de las cosechas notaron que algunos productores volvían a ser elegidos. A partir del 2010 hubo tres que repitieron muchas veces por lo que decidieron mantenerlos fijos en la línea: Finca Coletto, Finca Ambrosía y Finca Orellana. Así fue que tomó forma lo que hoy se conoce como la línea Terroir Series. “Si uno prueba las tres botellas de la misma añada va a notar que son tres Malbec totalmente diferentes, cada terruño tiene sus particularidades”, describió el enólogo.

A partir de este proyecto, Trapiche, con sus propias fincas, comenzó a tener un protagonismo en ciertas líneas utilizando estos conceptos, como en “Limited Edition”, compuesta por partidas chicas de viñedos que están localizados en el Valle de Uco. También decidieron implementar el parcel select. En la línea Iscay, el vino ícono de Trapiche, la elaboración se da con parcelas seleccionadas, todas del mismo viñedo.

Una vitivinicultura sustentable

Para Bodega Lamadrid, aplicar el concepto de single vineyard en sus vinos es un sinónimo de producción sustentable. Para ellos se trata de un proceso con muy bajo impacto en el ambiente que con la estrategia de cuidado del viñedo que aplican les permite tener un control del riego y los recursos utilizados.

Matías Scudeletti, sommelier de Bodega Lamadrid, contó que todas las líneas se elaboran con este criterio a partir de sus tres fincas ubicadas Agrelo: Lamadrid, La Suiza y Matilde. En el primero de ellos tiene plantadas 60 hectáreas con Malbec, Cabernet y Bonarda utilizados para sus vinos clásicos.

Una de las características que logran es la constancia, ya que el rendimiento de las plantas es el mismo, en relación a lo que se utiliza para elaborar una botella: en todas, una planta por botella.

“En Finca Lamadrid el trabajo es similar a lo que hoy se llama vitivinicultura de precisión. La diferencia es que buscamos una identidad en los vinos que reflejan el terruño de Agrelo y tienen que ver con los aromas o el sabor”, dijo Scudeletti.

Para el mantenimiento de las plantas, el sommelier detalló que se trabaja “con riego natural, no agregamos ningún tipo de químico que pueda alterar la naturalidad del proceso, se hace un trabajo exhaustivo en mantener la calidad de la uva antes de la cosecha”.

También elaboran un vino de parcela única: Matilde, un Malbec que es su tope de gama. “Es de una plantación antiquísima del año 1940 y es solo esa parcela. Lo que sucede con este tipo de plantaciones es la consecuencia de años de un buen manejo”, detalló.

El riesgo de una mala cosecha

Como filosofía, Bodega Otaviano trabaja con las uvas de su viñedo ubicado en Alto Agrelo a 1050 metros de altura, tanto en la línea varietal como en los de alta gama. Esto, para Jorge Correa, enólogo de Otaviano, tiene sus ventajas y desventajas: por un lado, les permite elegir y seleccionar lo mejor de su viñedo para mostrar todo el potencial de la zona, pero por el otro, con el concepto de viñedo único quedan expuestos al riesgo de una mala cosecha.

“En un single vineyard estás más limitado y el desafío es que el viñedo te de lo mejor para no tener margen de error con los vinos terminados. Si vos lográs manejar el viñedo te podés asegurar una calidad constante”, consideró el experto.

Desde el año 2013, a partir de esta idea de sólo usar sus viñas y la tecnología disponibles comenzaron a realizar estudios sobre el suelo para tener bien diferenciados los sectores y texturas. De ahí se dieron microvinificaciones elaboradas a partir de las distintas parcelas de sus 48 hectáreas que dieron origen a “Expresión Parcela”, un vino que refleja lo que es el Malbec de la zona de Alto Agrelo. “A partir de las micro elaboraciones encontramos tres tipos, dependiendo el sector: uno con un perfil floral, otro con parcelas con fruta roja o exótica y el perfil típico del Malbec con ciruela madura. El “Expresión Parcela” es un blend de estos tres tipos”, describió.

La búsqueda de lo distintivo

En Terrazas de los Andes, con el afán de lograr la mejor expresión de cada terruño y combinarlo con un estilo particular, desde más de 10 años elabora una línea de parcela única Los primeros fueron Parcel N° 10 W Los Cerezos Malbec (Las Compuertas, Luján de Cuyo) y Parcel N° 2 W Los Castaños Malbec (Altamira, Valle de Uco). En 2014 se sumó al Parcel N° 12 S Licán Malbec (Los Chacayes) y la próxima semana hará su presentación en público el Parcel El Espinillo N° 1 Malbec 2017 (Gualtallary), elaborado a 1630 metros de altura.

Gonzalo Carrasco, enólogo de Terrazas de los Andes explicó que se trata de vinos de origen de los que solo se elaboran entre 2.000 y 3.000 botellas. “Lo interesante de esta búsqueda es que, en cada viñedo, esta parcela resulta de algo distinto, no es que en todos lados se busca lo mismo. En Las Compuertas tenemos la influencia del Pedemonte como en ningún otro lugar, en Altamira la parcela está delimitada por homogeneidad y un cambio de pendiente, en Los Chacayes la selección se hizo ni siquiera en un cuartel, sino en un recorte que permite la exposición al Sur de la uva, y en Gualtallary se trata del cuartel más profundo, donde hay mayor cantidad de arena en la parte superficial”, especificó.

“En este tipo de vino lo que tratamos de defender y definir es el estilo. Al ser volúmenes pequeños todo se transforma en algo más artesanal y la expresión del terroir está por encima de cualquier otro factor que pueda influir en el vino”, cerró el enólogo.

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