Para tomar nota: estos son los defectos más comunes que podemos encontrar en el vino

El vino puede presentar algunos problemas como cualquier otro alimento.
El vino puede presentar algunos problemas como cualquier otro alimento.

Al descorchar una botella existe la posibilidad que algo no esté en orden, como puede suceder con cualquier otro alimento. Te contamos cuáles pueden presentarse con mayor frecuencia.

Como con cualquier alimento, el vino no está exento a algunos problemas o defectos en su elaboración. Malas condiciones de envejecimiento, fallas en algunos de los procesos químicos que se dan en la bodega, desperfectos en uno de los compuestos y otras tantas posibilidades pueden hacer que al destapar una botella no nos encontremos con una bebida en sus mejores condiciones.

A pesar de que no se trata de algo que nos va a pasar con todas las botellas, existen algunos problemas regulares que nos podemos encontrar al momento de tomar un vino, ya sea por fallas en la elaboración o la manipulación del consumidor. A partir de la información brindada por el sitio especializado Vinetur, te contamos cuáles son los defectos más comunes:

  • Oxidación: en el añejamiento, el vino puede perder su frescura natural y adquirir un aroma alicorado. También si la botella se expone demasiado a la luz o el calor, incluso si no penetra aire, los iones metálicos presentes en el vino pueden provocar oxidación. Una de las consecuencias de la oxidación es el avinagramiento. Entre las estrategias utilizadas en las bodegas para prevenir la oxidación, se encuentra el añadido de sulfitos (dióxido de azufre), algo que también contribuye a combatir la actividad bacteriana.
  • Turbidez: una segunda fermentación en la botella, provocada por los restos de azúcar y levaduras, puede hacer que vino se vuelva turbio e incluso puede aparecer gas (y en el peor de los casos reventará el corcho). También puede ser el resultado por la coagulación de proteínas en el vino a lo largo del tiempo o altas temperaturas, o, en raras ocasiones, la conversión de luz en compuestos de cobre o hierro. Estas opacidades son inofensivas para el sabor del vino. Otro detalle a tener en cuenta es la fermentación maloláctica en botella que puede producir una indeseable espuma, generalmente huele a huevos podridos.
  • Burbujas: claro está que hay vinos donde las burbujas son completamente indispensables, pero cuando no son buscadas son una mala señal. El gas carbónico en un vino puede deberse al embotellado sin eliminar el dióxido de carbono natural generado durante la fermentación.
  • Corcho: si bien no se da en la bebida, el corcho puede traer algunos problemas. Estos contienen microorganismos que se desprenden al vino y hacen que sepa a moho. Se trata de un defecto por mala conservación de la botella de vino.

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