Malbec: un viaje por los terroirs más peculiares de Mendoza

Varietales. Su cultivo se extiende a los lugares más impensados de nuestra provincia, sin temer ni altura ni condiciones climáticas adversas. Una guía de la mano de Guillermo Corona, experto en suelos.

Desde su arribo a nuestra tierra, el malbec se convirtió en la cepa preferida de los vitivinicultores argentinos. Principalmente en Mendoza, encontró un potencial que parece inagotable a la hora de posicionar nuestros vinos nacionales en el mundo. Aquí, además, ha presentado la versatilidad de adaptarse a distintos suelos y alturas, facilitando que se extienda a lo largo y ancho del país.

Aunque Luján de Cuyo sea conocido como “la tierra del malbec” y el Valle de Uco se presente como un muy buen terreno para su cultivo, cada vez son más los que apuestan por la búsqueda de nuevos terruños: “Malbec tenemos en todos lados. Lugares raros o diferentes a los que dominan el mercado tenemos, se está subiendo a alturas imposibles. Algunos de los vinos ya están a la venta y hay otros que saldrán este año o el que viene”, comentó Guillermo Corona, licenciado en Geofísica, quien con su página de Instagram Geografía del vino (@geografiadelvino), devela los secretos de la tierra.

En un recorrido imaginario por la provincia de la mano de Guillermo, encontramos que, en el Valle de Uco, uno de los lugares más extremos o raros que podemos encontrar es un viñedo en La Remonta, en Campo Los Andes. Se trata de la parte más alta del Campo La Remonta y está pegado a la montaña. Es un lugar bastante desconocido y al que es muy difícil acceder.

En este terreno, que se encuentra en el departamento de Tupungato rodeado por tierras que pertenecen a las Fuerzas Armadas, Bodega Alta Vista posee 74 hectáreas cultivadas, de las que sale su single vineyard de la IG La Remonta. Según comentó Pamela Alfonso, directora de producción de Bodega Alta Vista, se trata del único en su tipo que proviene de esa Indicación Geográfica, ya que si bien en las 800 hectáreas que componen los límites de La Remonta hay otros cultivos, el suyo es el único que lleva en la etiqueta esta especificación.

El malbec de esta zona es especial por las características geomorfológicas del lugar. “Se trata de un cono aluvial del arroyo Los Manzanos que nace en el pico de Los Portillos. Se trata de un cono aluvial de mucha pendiente, entonces es muy cóncavo y está invertido, como si fuera una colina. Esa forma y la exposición que tiene la ladera norte hacen que tenga mucha oferta energética, mucha irradiación”, explicó la experta de Alta Vista.

La zona presenta mucha amplitud térmica entre el día y la noche, lo que, sumado a la importante oferta de luz, hace que las uvas presenten pieles muy gruesas y con una carga de antocianos y taninos muy grandes, detalló Alfonso.

Si bien la bodega posee este viñedo desde hace ya más de 20 años, la de 2017 fue la primera cosecha que se presentó al público, recién a finales de 2020. “Se plantó en el año 1998 y durante todo este tiempo estuvimos trabajando en conocer el lugar y ver cómo se adaptaban las uvas a este terroir. A partir de 2017 consideramos que hemos logrado domar ese viñedo para poder sacar un vino single”, sostuvo Alfonso.

En Valle de Canota

Siguiendo con el recorrido propuesto por el experto de Geografía del vino, nos trasladamos al Valle de Canota. “Allí hay tres productores haciendo vinos. Es poco conocido hasta para los mendocinos y está a solo 30 minutos del centro. Son viñas nuevas y los vinos son muy interesantes”, afirmó Corona.

Uno de esos productores que ha apostado por estos viñedos ubicados a 950 metros de altura, en una zona lindante a la Reserva Natural Villavicencio, es Santiago Achával, quien ha apostado por la zona reconocida con la IG Valle de Canota para el desarrollo de uno de los malbec que elabora Bodega Matervini.

“En la bodega decidimos enfocarnos en el malbec como agente de interpretación del lugar. Nuestra propuesta es una serie de vinos de distintos terroir vinificados de la misma manera, con el mismo trabajo en el viñedo, los mismos rindes, para después obtener la demostración de cómo el varietal, el malbec, se expresa con distinto carácter dependiendo de la zona”, contó Achával.

El enólogo aseguró que decidieron apostar por el Valle de Canota desde el año 2014 no solo porque “el vino es rico, sino porque también es bien distinto a lo conocido”. En cuanto a las características del malbec de esta zona, argumentó que “presenta sabores tradicionales con un lado salvaje, de precordillera, con algunas notas ajarilladas”.

Aunque aún no son muchos los productores que se han inclinado por las características de Canota, para Santiago Achával “está muy bueno que otros empiecen a sacar vinos de aquí, porque a toda zona le hace falta un movimiento para poder llegar a los consumidores”.

La zona reconocida por el INV como Valle de Canota abarca 2.000 hectáreas y el potencial para poder seguir creciendo es enorme. “Tiene la ventaja que tiene un ciclo que no es más corto, pero que sí madura antes”, resumió el experto.

Entre la altura y las experiencias del sur

Para el licenciado en geofísica, uno de los lugares que no se pueden dejar de destacar es Uspallata, donde en Estancia Uspallata se elabora el malbec de mayor altura de la provincia: más de 2.000 metros.

También merece una mención lo que sucede en San Rafael. “Se están corriendo los límites y se está plantando en lugares muy interesantes, sobre todo en el pedemonte sanrafaelino. También tenemos un caso muy raro en lo que son las terrazas fluviales del río Diamante, en la localidad de 25 de mayo”, comentó Guillermo Corona.

Y, por último, está la viña de malbec plantada más alta en Mendoza. Aunque todavía no produce, se encuentra en La Carrera a 2.130 metros de altura. “Está todavía en pañales el proyecto y no sé si va a madurar, pero en caso que madure y se vinifique será el de mayor altura”, anticipó.

Ese proyecto de Jeff Mausbach y su esposa fue bautizado como “BellaViña” y Matías Tomás Prieto es el ingeniero agrónomo que lo desarrolla. “Jeff y su esposa son unos enamorados de la zona de La Carrera y en 2020 compraron una porción de tierra sobre la Ruta 89 y me llamaron para ver qué podíamos hacer”, relató Prieto.

Con una alta densidad de plantación, el sistema de conducción utilizado es el gobelet, donde cada planta tiene un tutor, lo que hace que se forme como un pequeño árbol. “Está pensado para disminuir el riesgo de las condiciones extremas”, resaltó.

Una de las particularidades es que los cortes ya se realizan desde el viñedo, por lo que las tres hectáreas plantadas se dividen en tres cuadros principales: uno 100% malbec; otro malbec y cabernet franc; y el tercero de malbec, cabernet franc y petit verdot.

“Esto es como una aventura para ver qué podemos hacer ahí y qué podemos plantar a esta altura extrema. El diseño del proyecto es para ser productivos y poder tener la primera cosecha para 2022 con algo muy inicial”, dijo.

“En caso de lograr los resultados esperados en estos viñedos, los vinos que pueden salir de allí son de mucha concentración, con una acidez muy elevada, con un perfil muy particular y casi únicos en el mundo por el condicionante de la altura”, detalló Prieto.

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