Fin del mito: un estudio comprobó que el vino no engorda y hasta ayuda a bajar de peso

Beber una copa de vino con las comidas puede tener un efecto beneficioso para la salud. - Ignacio Blanco / Los Andes
Beber una copa de vino con las comidas puede tener un efecto beneficioso para la salud. - Ignacio Blanco / Los Andes

Una experta en nutrición sumó evidencia científica acerca de las cualidades del vino tinto para ayudar a quemar calorías extras.

El dejar de tomar vino para reducir las calorías de una dieta puede convertirse en cosa del pasado. Un estudio científico determinó que el consumo moderado de vino durante las comidas puede ayudar a estimular el metabolismo y apoyar la pérdida de peso.

La responsable del estudio fue la Dra. Rosa Lamuela-Raventos, profesora asociada de nutrición y ciencias de la alimentación de la Universidad de Barcelona y miembro del Centro Español de Investigaciones Biomédicas en Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, quien en una entrevista con Wine Spectator explicó que el consumo moderado de vino puede ser muy beneficioso para la salud del corazón y para promover la pérdida de peso.

Apoyada en diferentes estudios, Lamuela-Raventos resaltó que hablar de “calorías vacías” en el vino es un error, es decir, pensar que no tiene valor nutricional. Así, dijo que es un error retirar la bebida en planes de pérdida de peso.

“Es cierto que las calorías provienen principalmente del etanol, sin embargo, el vino es una fuente rica en potasio, y además contiene otros minerales y es una de las principales fuentes de polifenoles en la dieta mediterránea”, explicó la experta a la publicación estadounidense. “(Una copa de vino) contiene aproximadamente 125 calorías por porción, sin embargo, la gente no está considerando que el vino pueda contrarrestar estas calorías quemándolas, debido al contenido polifenólico”, agregó.

¿Cómo quema calorías el vino?

Uno de los mecanismos que ayuda a fomentar la pérdida de peso es la termogénesis o el efecto termogénico. Se trata de un proceso metabólico mediante el cual los humanos quemamos calorías para generar calor. Lamuela-Raventos sostiene que eso sucede cuando bebemos vino durante las comidas. Ella sugiere que los polifenoles como el resveratrol ayudan al cuerpo a aumentar la cantidad de tejido marrón, que es un tipo de grasa corporal que convierte la comida en calor y ayuda a los bebedores de vino a quemar más calorías.

“Observamos que cuando bebes vino tinto con moderación, durante las comidas, no estás agregando más peso ni grasa abdominal”, consideró Lamuela-Raventos. “Los compuestos (de polifenoles) parecen ser responsables de este efecto sobre la salud de control del peso. También se ha demostrado que mejoran la microbiota y aumentan la termogénesis”, añadió.

La investigadora afirmó que el vino tinto contiene más polifenoles que cualquier otra bebida alcohólica. Sus conclusiones arrojan que quienes participaron en la categoría de ingesta moderada (un vaso al día para las mujeres, dos para los hombres) se beneficiaron de un índice de masa corporal (IMC) más bajo y una frecuencia cardíaca disminuida, y ella cree que puede ser el resultado de los antioxidantes del vino tinto, que también tienen un efecto prebiótico que mejora la salud gastrointestinal.

Nuevos estudios

Dada la naturaleza de los estudios observacionales y el hecho de que los hallazgos se basaron solo en poblaciones españolas, Lamuela-Raventos consideró que no puede extrapolar estos resultados a todos los bebedores de vino. Sin embargo, recientemente presentó una nueva investigación que se publicará pronto, que utiliza ácido tartárico como biomarcador para rastrear el consumo de vino en un grupo de 215 mujeres posmenopáusicas.

En este estudio, aunque los resultados aún no se han publicado, estima que las voluntarias que consumieron vino no tuvieron un aumento en el IMC, el peso o la circunferencia de la cintura.

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