Superproducción de vino en España ¿puede complicar a Argentina?

Comienzan las vendimias en el hemisferio norte y la industria mira con recelo qué puede suceder con sus competidores.

Imagen ilustrativa / Archivo
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Una nota publicada esta semana, en la sección Economía del diario El País, prendió luces de alerta en el sector vitivinícola. Es que España, a semanas de comenzar su cosecha, estaría a las puertas de una vendimia excedentaria que dejaría como resultado unos 44 millones de hectolitros, frente al promedio de 37 millones en años anteriores. Esto se suma al sobrante que se arrastra de las cosechas 2018 y 2019, agravado además por la pandemia (cierre de los restaurantes, desplome del turismo y la caída de las exportaciones).

Según destaca el artículo, “las cosechas medias han crecido en cinco millones de quintales, hasta los 42 millones, frente a una demanda interior congelada en sólo 10 millones y unas exportaciones medias de 21 millones de hectolitros, basadas en precios bajos”.

El gobierno español puso 91,6 millones de euros sobre la mesa para que los productores libremente sepan qué hacer: si quedarse con el vino o acogerse a la ayuda propuesta: destilación, almacenamiento e incentivos para realizar una vendimia en verde con la destrucción de la uva. Lo cierto es que varios referentes coinciden en admitir que el excedente estará en España y en toda Europa, lo que se traducirá en precios bajos para competir en diferentes mercados y hasta en nuestro mercado interno.

Argentina hoy stockea para poder hacer frente a la demanda de consumo local. El mercado de traslado está dando buenas señales para los productores que este año ven que el valor de su producto está mejorando. Ahora, en un mercado de expectativas y marcado por el tire y afloje de toda la cadena, algunos rememoran las importaciones de vino de “2016 y 2017” -vendimias con las cosechas más bajas de los últimos 50 años- y lanzan a rodar la pelota con la amenaza de que si el valor del vino sigue subiendo, podrían recurrir a la importación. Vale aclarar que esa situación se dio durante el gobierno de Mauricio Macri y daría toda la sensación de que la administración de Alberto Fernández no sería tan propensa a dejar entrar producto europeo de manera irrestricta, lo que daría por tierra los “amagues” de alguna parte de la industria.

Con eso fuera de juego, donde podría quizás afectar esta sobreproducción, probablemente sería en los envíos de granel y allí hay coincidencia en el sector. Básicamente porque España y el resto de Europa comenzarán a colocar productos en donde Argentina está presente. En este sentido, no sólo hay que hablar de precio, sino de aranceles. Tal como ya se sabe, el Mercosur no tiene posiciones privilegiadas con muchos de los principales mercados y esto termina jugando en contra. Otro posible ruido estaría, quizás, en el mosto, pero allí el panorama es notablemente más complejo y probablemente no se definirá tan rápido.

Los excedentes europeos son un dato para tener en cuenta pero no la suma de todas las variables. En un mercado, que se maneja por expectativas, siempre es necesario aclarar que el 80% del vino que producimos se vende en Argentina, donde los números hoy aún nos sonríen y muchos confían en que eso podría continuar.

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