Qué pasa si se espesa o congela el aceite de oliva en el invierno

La temperatura ideal para conservar este producto es entre los 18 y los 24 grados, y se puede llegar a congelar a los 7 grados. ¿Afecta sus propiedades?

Aunque no se recomienda guardarlo en la heladera, hay una excepción en la que se puede aprovechar el cambio de consistencia
Aunque no se recomienda guardarlo en la heladera, hay una excepción en la que se puede aprovechar el cambio de consistencia

Es difícil que hoy alguien cuestione los beneficios que el aceite de oliva otorga a la salud y su versatilidad a la hora de preparar platos salados y dulces. Sin embargo, muchos desconocen cómo se debe preservar, tanto durante el verano como el invierno, para que no pierda esas cualidades. De hecho, con las bajas temperaturas se solidifica y puede llegar a congelarse, por lo que es esperable preguntarse si esto altera el producto.

Para conservar el aceite en óptimas condiciones, se recomienda guardarlo en un lugar fresco, seco y que no se encuentre expuesto a la luz ni al aire. Es por eso que la despensa o alacena es el lugar ideal y la temperatura debería oscilar entre los 18 y los 24°C. En cambio, se desaconseja guardarlo en la heladera, ya que se vuelve más espeso.

Desde Fontalba, empresa familiar mendocina productora de aceite de oliva virgen extra, establecida en la provincia de San Juan, comentaron que , en épocas en que la temperatura ambiental baja, si el aceite se encuentra a la intemperie -ya sea para una comida al aire libre, expuesto en una feria o durante el transporte-, parte de ese producto se solidifica por efecto de las bajas temperaturas. De hecho, a los 7°C ya puede congelarse.

Sin embargo, resaltaron que esto no tiene ningún efecto sobre la calidad del producto. “El aceite de oliva empieza a solidificarse debido a su alto contenido en ácido oleico y suelen aparecer partículas y bolitas blancas en suspensión. Eso es la grasa vegetal solidificada, pero volverán a unirse homogéneamente a medida que aumente la temperatura ambiente sin perturbar las propiedades ni el sabor del aceite de oliva”, agregan.

Asimismo, detallan que, si se va a usar el aceite de oliva muy frío, no es necesario descongelarlo; en cambio, si se va a usar para cocinar, echarlo muy frío a la sartén no es una buena idea; y si cuesta que salga de la botella, lo mejor es que se descongele poco a poco.

Un dato más que aportan desde la empresa: si bien con temperaturas bajas las propiedades saludables y nutritivas del aceite no se ven alteradas, su aspecto sí puede cambiar y los cambios bruscos pueden dañarlo innecesariamente. Y si bien no recomiendan guardarlo en la heladera, señalan que si coloca en el frío, se solidifica y se puede untar como manteca en un pan o tostada.

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