Juan José López: “Cuando tenés 10 ovejas donde come una vaca,el negocio cierra”

Se dedica a la cría de Dorper en el sur de la provincia. Asegura que es un buena opción para desarrollar al sector ganadero a bajo costo.

Juan José López ganadero del sur de Mendoza.
Juan José López ganadero del sur de Mendoza.

Cuando dos años consecutivos de heladas le secaron los frutales, después de décadas de dedicarse a la producción de duraznos, ciruelas y vid, Juan José López decidió que había llegado el momento de cambiar el rumbo. Como su finca en San Rafael era pequeña para tener vacas, optó por los rumiantes menores y, debido a que también tiene abejas e incursionó en la genética de éstas, buscó una raza de ovejas con mejoras. Hoy se dedica a la cría de Dorper que, al cruzarlas con las locales, logra mejoras sustanciales en la producción de carne.

-¿Qué características tienen las ovejas Dorper?

-Son de origen sudafricano y es una raza sintética que se hizo en los ’30. Mezclaron una oveja silvestre, de África, la Persia, con la Paul Dorser, que es una oveja muy grande, de Inglaterra. De ahí salió una raza que es todo terreno. Tiene una conversión de alimento a kilos de carne impresionante, no se esquila, es netamente carnicera y muy buena lechera para la cría. Para la zona de Mendoza se adapta perfectamente tanto a condiciones extremas de calor o de frío.

Una oveja común tiene celo dos meses al año y, si no toma servicio en esos dos meses, come todo el año y no te dan ningún cordero. La Dorper o la cruzada con Dorper tiene celo cada 21 días. Uno se asegura de que siempre va a ser productora de corderos.

-¿Cómo incursionó en la cría?

-Hace tres años compré un núcleo genético, con tres hembras y un macho, todos puros de pedigree. Y de ahí empezamos a crecer trabajando con el grupo veterinario de la Facultad de General Pico, que son especialistas en rumiantes menores. Ellos hacen las transferencias de embriones.

Para saber qué raza era la mejor para cruzar con el Dorper, hicimos una experiencia en el campo de José Luis Roveri, que es el veterinario, y pusimos cinco razas distintas para ver cuál se adaptaba más dentro de lo que había en la zona: Hansen, Merino, Pampinta, Texel y una criollita de Malargüe, que no tenía nada de raza. Les dimos servicio con el Dorper. Pasaron cinco meses y tuvieron los corderitos. Una tuvo mellizos y las otras uno cada uno. En ese momento hicimos testigo con una oveja Hansen que había nacido en ese día también.

Fueron todos los animales al campo y pasaron tres meses, sin ningún tipo de avidito, ni alimento balanceado, ni cereales. Fueron con la majada general. A los 90 días se logró un cordero que pesó entre 42 y 47 kilos. Cualquier raza dio el mismo resultado. Y los que pesaron 42 kilos eran los mellizos. Mientras la Hansen, que es la raza característica carnicera en oveja, pesó 10 kilos menos que los mellizos: 32 kilos. Quiere decir que nosotros ganamos 10 kilos de peso vivo, cruzando con Dorper en la primera generación, que serían los F1. Si se va acercando cada vez más a la raza, cada vez se gana más.

-Eso significa que no es necesario que el productor invierta en muchos animales de raza…

-Son caras. Lo que aconsejo a los que se inician es armar un rodeo de ovejas comunes e ir metiendo sangre. Pero que no se vayan a un animal tan caro como uno puro de pedigree, porque al otro año ya no les sirve ese animal para cubrir a las hijas. Ya tiene que comprar otro reproductor para que no haya consanguinidad.

Yo, el año pasado, tenía 72 machos F1 porque tenía una majada general de ovejas y las crucé a todas con Dorper negro y Dorper blanco. Y empezaron a llevarse. Me quedé sin machos y he poblado el sur con animales F1, para hacer un mejoramiento indirecto de ovejas en majada general. El F1 tiene 50% de Dorper. Pero si a todas las hijas F1 les vuelve a dar servicio un macho puro, se pasa a las F2 y así hasta llegar a F5, que se consideran puros por cruza.

Un señor de Agua Escondida, que tenía 1.100 ovejas, cuando vino a mi casa se le fueron los ojos a los puros de pedigree. Pero le dije que es un animal caro, que si lo lleva al campo se lo puede comer un puma, extraviar, o incluso robar, y le sugerí que arrancara con un animal más barato, que le va a dar una buena característica en oveja y de ahí en más va eligiendo. Me dice ahora que ha sido brutal el cambio que ha tenido con los nacimientos. Que nada que ver el corderito criollo que nace en el sur, al que viene ya con mezcla de Dorper.

-¿Por qué empezó a criar ovejas?

-Es muy simple. Tenía 75 hectáreas de tierra con durazno industria, ciruela D’Agen y viña. Acá, en el Sur, estamos muy complicados con el tema agua y granizo. Empecé a cambiar un poco el rumbo con pasturas de alfalfa. Había que buscar algo para empezar a surgir con otra cosa. Para vacas era muy chica la superficie y me incliné por rumiantes menores.

Primero me contacté con los especialistas de General Pico e hicimos un laboratorio de transferencia de embriones. También nos visitó un genetista de San Pablo, Sergio Nadal, que nos dio información para mejorar la técnica, no solamente en base a hormonas sino también bienestar animal, alimentación, manejo, para lograr una súper ovulación.

-¿Su idea fue siempre tener machos reproductores o criar para faena?

-En realidad, cuando empecé con éste pensé hacer una parte de animales para faena pero, viendo lo que nace en F1, entendí el potencial que tiene ese corderito comparado con una oveja común y que lo tenía que dejar para padre, para dar la posibilidad, a aquellas personas que están en el campo, que no tienen medios para tener esto, de que por lo menos mejoren sus animales.

-¿En qué casos conviene tener vacas y en cuáles ovejas?

-Una vaca come lo que comen 10 ovejas, pero la tenés que tener dos años para poder empezar a pensar en que va a criar un ternero. Esa vaca va a demorar nueve meses en tener cría que, a los seis meses, los vas a poder vender como ternero de destete, a 120 a 130 pesos el kilo. Es decir, pasaron tres años para sacar un ternero para la venta y manteniendo una vaca.

Si uno hace un buen manejo, cada oveja da entre 1,5 y 1,8 corderos nacidos. Si lográs tres partos al año, promedio de 1,5 por oveja, te da 4,5 corderos en dos años. Lo vas a mandar a faena en 90 días con 20 kilos de peso (40 kilos de peso vivo) y lo vas a poder vender a un frigorífico entre 250 y 280 pesos el kilo. O sea, vas a lograr 5 mil pesos por cordero, unos 20 mil por oveja. Cuando tenés 10 ovejas donde come una vaca, el negocio te cierra perfectamente.

Nunca vas a tener los mismos corrales ni las mismas instalaciones. Una oveja no salta y es un animal manso. Lo podés tener debajo de una quinta de ciruelas o de duraznos, que no va a comer ningún brote. El problema más grave de la oveja es que hay que esquilarla y, salvo la lana de Merino, la de todas las demás razas no se usa para tejido. Entonces, hay un gasto extra de la esquila. Pero las cruzas con Dorper se empiezan a deslanar a medida que ganan pureza. En la F1 hay casi un 50% menos de lana. Además, como es un animal totalmente rústico, no cría parásitos. Todas estas características le vi como un Fórmula 1 en ovejas.

Perfil

Juan José López tiene su establecimiento, Dorper de los Andes y la cabaña Las Aguaditas, en la ruta 143, en San Rafael. Fue productor frutícola durante más de 30 años, pero hace tres conservó sólo los viñedos, con los que elabora vino, e incursionó en la cría de ovejas. Se autodefine como “un productor mendocino que quiere innovar en otra cosa que no sean frutales ni viña”. También se dedica a las abejas para producir miel y vender núcleos. Ahora está pensando en armar un núcleo genético de cabras lecheras.

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