Francisco Araujo: “Muchos productores de ciruela decidieron secarla ellos mismos”

El coordinador del Clúster de Ciruela Industria de Mendoza comentó que el sector primario y el industrial no acordaron un precio, pero consideró que pronto acordarán un valor.

Francisco Araujo confió en que llegarán a un acuerdo y resaltó que todo indica que los valores en el mercado internacional serán favorables. / Los Andes
Francisco Araujo confió en que llegarán a un acuerdo y resaltó que todo indica que los valores en el mercado internacional serán favorables. / Los Andes

Tal como se había anticipado, la cosecha de ciruelas para industria fue bastante baja este año, por lo que los productores esperaban que, ante la escasez de materia prima, los precios fueran altos, pero la oferta de la industria no alcanzó sus expectativas. De ahí que muchos decidieran secar ellos mismos, o a través de terceros, la fruta. El productor y coordinador del Clúster de Ciruela Industria de Mendoza, Francisco Araujo, confió en que llegarán a un acuerdo y resaltó que todo indica que los valores en el mercado internacional serán favorables.

¿Están terminando la cosecha de ciruela para industria?

Efectivamente, estamos terminando la cosecha. Al día de hoy (miércoles) debe estar terminada en más de un 90%. Solamente quedan algunas fincas, sobre todo propiedades de mayor superficie, que, por una cuestión lógica, se demoran más tiempo. Las pequeñas fueron casi todas cosechadas la semana pasada y puede quedar alguna para el jueves o viernes, cuando termine este temporal.

¿Qué resultados han observado?

Como puntos salientes de esta cosecha estamos viendo, en términos generales, que la calidad va a ser buena, aceptable, lo que nos va a permitir salir a los mercados y exportar la fruta sin ningún inconveniente y con un buen desempeño en lo que hace a calidad.

Lo que tiene que ver con los rendimientos, a partir de algunos relevamientos y consultas que hemos hecho, hemos identificado que aquellas fincas que tenían algún sistema de riego presurizado y donde pudieron combatir las heladas con sistemas de riego subarbóreo, han tenido rendimientos, en general, más altos que lo que estaban esperando. Eso es una buena noticia para el sector, que valida que el uso de la tecnología redunda en mejores rendimientos.

También hemos comprobado que en aquellas fincas en las que los productores no han podido desarrollar o no implementaron tecnología de riego y de riego subarbóreo, los rendimientos han sido bajos. En esos casos, se cumplió la expectativa de que ésta iba a ser una cosecha baja (el pronóstico del IDR -Instituto de Desarrollo Rural- había anticipado que sería una de las peores en la historia, con 33.865 toneladas, un 44 % menor que la cosecha de la temporada pasada, con 60.571 toneladas). La preocupación del sector está sobre este tipo de propiedades.

¿Esto significa que va a faltar fruta para la industria?

Podemos decir que la escasez de materia prima continúa. Con la fruta, este año, ocurrió algo muy particular, que es que muchos productores decidieron secarla ellos mismos o contratando servicios de terceros, porque el comercio en fresco no tomó ni el volumen ni la pretensión que tenían los productores.

Ellos tenían una alta expectativa sobre los precios y la industria salió a pagar valores que, a mi entender, son buenos, pero el productor eligió, como fenómeno característico de este año, secar su fruta. Desde la coordinación del clúster entendemos que, si el productor y el industrial no se pudieron poner de acuerdo ahora o no se encontraron en el mercado, lo van a hacer seguramente luego, con la ciruela en seco, con la que los tiempos no apremian tanto.

La industria y la exportación necesitan la ciruela, y el productor necesita venderla, así que no nos cabe la menor duda de que, como ha pasado otros años, se van a encontrar y de alguna manera se van a poner de acuerdo. Así que sobre eso no hay ninguna preocupación. Sí, una mirada, muy personal mía, de alerta o de atención sobre aquellos productores que hayan secado la fruta, que tengan todos los cuidados necesarios para que se mantenga en condiciones que permitan que la fruta conserve su calidad.

Cuando la fruta es secada por la industria, ese sector tiene un departamento de calidad, depósitos, envases, todos los elementos para mantener la inocuidad del producto. Cuando esto lo hacen los productores, sabemos que lo saben hacer, pero lo importante es que puedan cuidar esa fruta hasta el momento en que la vendan.

En cuanto a la comercialización, en gran medida la ciruela desecada se exporta. ¿Cómo están los mercados internacionales?

Los mercados están con un nivel de abastecimiento medio a bajo. Los principales países productores del mundo, el caso de Chile y de Francia, vienen con muy malas cosechas, por lo que el inventario total, a nivel mundial, ha bajado en forma considerable. Eso, lógicamente, hace que los precios se tonifiquen.

Argentina tuvo un muy buen desempeño en las ventas en el segundo semestre del año pasado, con precios muy buenos. Ahora, recién está comenzando el año comercial y hay que ver cómo se articula el valor de la temporada 2022, para saber si se validan esos precios o hay algún retroceso.

Pero sería un escenario positivo…

Seguro. De eso no hay duda. Hay que ver si es excelente, como el del segundo semestre del año pasado o bueno o muy bueno, pero en todos los casos estamos hablando de buenas noticias para la ciruela argentina.

¿Cuáles, además de la necesidad de avanzar en la tecnificación en el riego, siguen siendo los desafíos para el sector?

El mayor desafío que tiene el sector ciruela industria de Mendoza tiene que ver con lograr estabilizar y dar consistencia a las fincas. Ésta es una preocupación que cae primero sobre el productor, que es el que sufre de manera directa, pero también sobre la industria y la exportación, porque al momento en que no hay fruta en las fincas, no hay suficiente producto para exportar.

La preocupación, sin lugar a dudas, está sobre el sector primario. Ahí es donde el clúster, en particular, está trabajando. Venimos de, con ésta, cuatro cosechas consecutivas muy bajas y no hay productor que pueda resistir esta situación. Por eso, hay que articular medidas que tienen que ver con la incorporación de tecnología en las fincas, que permitan atenuar el impacto climático.

La gran ventaja que tiene este sector es que el 95% de lo que hacemos es para el mundo. Es decir, producimos alimentos para el mundo y los mercados externos están dispuestos a comprarlos. Tenemos que dedicarnos a producirlos y tenemos industrias muy competitivas. El desafío está en lograr que nuestras fincas rindan lo que tienen que rendir, para que el productor tenga un negocio próspero, con una rentabilidad razonable. A partir de ahí, todo lo demás está bastante ajustado. Hay que aprovechar esta oportunidad.

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