El Banco de Vinos no intervendrá hasta fines de julio

Después de los contrapuntos en mayo y junio, el directorio del organismo esperará hasta después del 22 de julio para analizar si interviene en el mercado vitivinícola.

Imagen ilustrativa. / Foto: Ignacio Blanco
Imagen ilustrativa. / Foto: Ignacio Blanco

Una novedosa herramienta con las que cuenta la vitivinicultura local es el llamado Banco de Vinos, que busca resguardar volúmenes para nivelar los stocks. Si bien algunos sugieren que intervenga para evitar una posible caída de precios, desde la entidad quieren esperar a la última semana de julio, ya con el cierre de los contratos de elaboración, para analizar mejor los números.

En la presentación del informe de Acovi sobre Ingresos y costos de producción primaria 2021, la entidad cooperativa destacó la recuperación del precio del vino en el último año. Al respecto, uno de los comentarios de Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi fue: “Entendemos que el Banco de Vinos es la herramienta que garantizaría que los precios de mercado se mantengan en esta senda de crecimiento”.

El Banco de Vinos tiene como objetivo equilibrar el mercado, reteniendo vino cuando hay sobrestock y liberándolo cuando hay faltante. No es que guarde en un lugar el líquido, sino que (cuando hay más vino de lo que se puede vender en cinco meses) propone a bodegas y elaboradores por cuenta de terceros, que inmovilicen sus vinos. A cambio, les paga una renta financiera por el autobloqueo, como si fuera un plazo fijo.

Alfredo Aciar, director ejecutivo del Banco de Vinos, comenta que el organismo nació para sostener los precios, pero está dando sus primeros pasos (la ley se terminó de reglamentar a fines de 2020). Para operar, debe esperar a que hayan más de 5 meses de stock en bodega.

“Es una relación inversa entre dos variables: el stock vínico y el precio. La teoría te dice que si se controla el stock vínico, por transitividad controlas el precio”, explica el director ejecutivo. Se trata de una vieja y conocida ley económica: mientras mayor oferta hay de un producto (en este caso, vino) menor es el precio que se paga por él, y viceversa.

Una vez que con los miembros del directorio del Banco se determine el volumen y el tipo de vino excedentario, se sale con un operativo para captarlo. La idea es tentar a los tenedores de vino para que lo “depositen”, es decir, que dejan de estar disponibles para su venta a cambio de una renta financiera. “El proceso es voluntario: es el tenedor del vino quien elige depositar”, aclara Aciar.

¿Es ahora el momento?

Después de que la cosecha de este año se reveló mucho mayor a la pronosticada (más la caída del consumo nacional y la baja en exportaciones de granel), en mayo se despertó el temor por un posible sobrestock. Fue entonces que corrió la voz llamando al Banco de Vinos a entrar en acción.

Sin embargo, desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) salieron a frenar estas voces y el titular del organismo, Martín Hinojosa, pidió al gobierno ser cauteloso.

Aclaró que no estaba en contra del Banco de Vinos y le parecía “una buena herramienta”, pero prefería ver las ventas y las exportaciones para hacer un cálculo más objetivo.

Al ser consultado de vuelta esta semana, con los datos de un mes de mayo cuando el consumo cayó, Hinojosa cree que “si en junio se mantiene la misma tendencia que en mayo, el Banco de Vinos debería empezar a analizar la intervención en el mercado”. En otras palabras, si se mantiene la caída en el mes de junio, debería evaluarse dentro de la nueva entidad si es necesaria o no la intervención.

Aciar agrega que los contratos de elaboración por cuenta de terceros se pueden inscribir hasta el 22 de julio, por lo que conviene esperar. “El Consejo esperará a que esté más claro el panorama y ahí decidiremos. En la reunión de la última semana de julio vamos a definir si intervenimos o no. Todo dependerá de lo que ocurra hasta ese momento”, comenta el director ejecutivo del Banco de Vinos.

Además, hay dudas de cómo avance el valor del vino por factores internos, como el consumo, y factores externos, como las heladas europeas. “Lo que importa es que el precio no pierda valor. Ha ganado mucho valor respeto de otro productos, ahora se ha ralentizado y está perdiendo frente a la inflación que hay en el país”, afirma Aciar.

Un análisis por delante

Para Eduardo Sancho, presidente de Acovi y de Fecovita, el Banco de Vinos puede ser en principio “una herramienta importante” para mantener el equilibrio del precio en un nivel razonable, aunque dependerá de cómo se implemente su intervención.

Sancho recuerda que en principio se hace una “sintonía gruesa” con el acuerdo Mendoza San Juan, porque si se ve que la cosecha es abundante, se destina parte a mosto para evitar después un sobrestock de vinos. El nuevo Banco ayudaría a hacer una sintonía fina para terminar de equilibrar los precios.

“Éste es un año en que no hay muchos excedentes de vino. Hay que ver qué pasa con el tipo de cambio por las exportaciones y también perjudica el bajo nivel adquisitivo de la gente. Hay que ver cómo funcionan estos factores. Es importante que el Banco actúe en el momento justo”, analiza Sancho.

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