Ciruela para industria: la superficie en Mendoza disminuyó 40% en 10 años

El sector perdió más de 7.600 ha desde 2010, con varias cosechas magras en los últimos años. Radiografía de una reducción anunciada.

Algunos departamentos perdieron hasta dos tercios de su superficie destinada a ciruela para industria. Foto Patricio Caneo / Los Andes
Algunos departamentos perdieron hasta dos tercios de su superficie destinada a ciruela para industria. Foto Patricio Caneo / Los Andes

Más de una vez se escuchó decir que la producción agrícola vive tiempos difíciles y productores abandonan la actividad, pero el impacto se siente cuando se dimensiona en números concretos. Eso fue lo que lograron el Clúster de la Ciruela para Industria de Mendoza y el Instituto de Desarrollo Rural (IDR), que elaboraron un censo del sector y arrojaron una caída del 40% de superficie entre 2010 y 2021.

Se trata de cientos de productores que, por múltiples motivos, dejaron la actividad y con ello sus fincas, o directamente probaron suerte con otros cultivos. Lo cierto es que, de 18.276 ha relevadas en el Censo Frutícola Provincial de 2010, sólo habían quedado 10.589 ha con ciruela para industria en el año 2021 (sumando en esa cuenta final nuevas inversiones de secaderos y exportadores).

Este frutal es central en Mendoza, superado sólo por vid y olivos. “Sin embargo, en los últimos años, debido a las condiciones internacionales del mercado y a la competitividad del producto, la superficie ha ido disminuyendo. Para conocer con mayor exactitud la situación actual, desde el Clúster de Ciruela para Industria de Mendoza se encaró la realización de un nuevo censo”, comentó la ingeniera agrónoma Mariana Ríos, técnica del IDR.

“La distribución de la superficie en el territorio mendocino es de 84 % en el oasis Sur, 14 % en el Este y el resto en los oasis Norte y Valle de Uco”, detalló Ríos. El número actual de 10589 ha corresponde a 2.369 propiedades agrícolas en la provincia.

Por su parte, el presidente de dicho clúster, Juan Carlos Morilla, consideró que este análisis le da a actores privados y públicos “un anclaje sobre el cual poder interpretar lo que viene sucediendo en lo relativo a nuestras fincas y nuestra industria”. Contar con información actualizada permitiría tomar decisiones con un elemento más sobre la mesa, ver tendencias, prácticas exitosas y comprender hacia dónde va el sector en su conjunto.

En cuanto al porqué de esta reducción, Morilla opinó a nivel personal que la falta de agua en los últimos años ha sido un factor clave, así como la aparición fuerte de Chile en el mercado (que redujo el precio internacional de la ciruela y por ende el pago al productor). “Muchas veces, las personas que vivían en las fincas eran muy mayores, y luego los herederos las abandonaron o vendieron”, reflexionó el presidente del clúster ciruelero.

Radiografía de la caída

En 1992 había censadas 11.536 ha de ciruela para industria, un número que se mantuvo relativamente estable hasta el año 2005, cuando se registraron 12.090 ha. A partir de ahí, el sector empezó a crecer y se llegó al mencionado pico de 18.276 ha en 2010. Poco a poco, la superficie decreció, y para el Censo Agropecuario Nacional de 2018, había 12.837 ha.

El análisis del IDR también detalla que, si se analizan los últimos 30 años del cultivo, las actuales 10.589 ha son similares a las 11.536 ha de 1992, aunque falta para saber si la producción se establecerá en este rango de superficie o continuará inestable.

Entre 2010 y 2021, el principal departamento, San Rafael, pasó de 10.404,2 ha a 6.475.8 ha (-3928,4) mientras que el segundo, General Alvear, pasó de 3.482 ha a 2409,8 ha (-1072,2). Sin embargo, el porcentaje de participación del oasis Sur aumentó a nivel provincial (de 76 % a 84 %), porque otros departamentos cayeron más en proporción. Un caso llamativo es San Martín: de 1.317 ha pasó a 447 ha, es decir, perdió cerca de dos tercios. Santa Rosa, Rivadavia, Junín y Maipú perdieron alrededor de la mitad de su producción ciruelera.

¿Cuál era el panorama hasta octubre de este año? Según el muestreo del IDR, se darían variaciones mínimas a corto plazo. Por un lado, en 65 propiedades se expresó la intención de realizar nuevas plantaciones de ciruela para industria, sumando en total, potenciales 168 hectáreas nuevas. Por el otro, respecto de las intenciones de erradicación, se expresó una idea firme de erradicar en 2022 un total de 148 ha.

Algunas razones de abandono o erradicación fueron la urbanización de los espacios para convertirlos en barrios, lotes, proyectos urbanísticos o construcciones con fines turísticos. También se dio por la ausencia del productor (ya sea por fallecimiento o por residir fuera de la Provincia), falta de agua, abandono de parcelas debido a daños por incendios, y reemplazo por pasturas, hortalizas, vid y ganado, principalmente.

Otro dato a tener en cuenta es que un 23 % de las propiedades tiene a la ciruela como único cultivo o “monocultivo” y otro 23 % como cultivo principal (la ciruela ocupa más de un 50 % del total cultivado en la finca). Mientras tanto, en un 47 % de las propiedades restantes el cultivo de ciruela es secundario (menos del 50 % de la superficie cultivada) y un 7 % de propiedades no tiene datos completos del uso de la superficie de la finca.

Heladas, granizo y riego

Las heladas de noviembre tuvieron un fuerte impacto en el sur provincial y por ende cuando se consulta por el panorama a mediano plazo la respuesta no es alentadora. “Con lo de este año, el quinto consecutivo con daños de heladas, se va a ir actualizando para mal la merma de hectáreas”, reflexionó un productor.

Los daños por contingencias climáticas no son una novedad para el sector, que desde 2018 viene con cosechas magras, menores al promedio. No sólo se trata de heladas, sino de golpes de calor (lo que genera una “mancha roja” en el fruto), escasez de agua y una descapitalización de productores que no terminan de completar las labores culturales ni de nutrición.

Poniendo la lupa sobre las heladas, el censo midió la defensa activa contra esta contingencia, aclarando que como el inicio del ciclo (la floración) se daba más tarde que en otros frutales, se suponía un menor riesgo de ser afectados y por ende se invertía menos que en otros cultivos. Sin embargo, los daños de los últimos años han empujado a varios a adoptar medidas.

“Los resultados de este censo indicaron que en un 19 % de propiedades se realiza lucha activa contra heladas, mientras que en un 79 % de la superficie no se realiza (2 % no tiene datos). Los que no efectúan lucha activa, en muchos casos, declararon realizar lucha pasiva contra heladas, principalmente utilizando el agua para riego, limpieza de malezas, entre otros recursos”, señala el informe del IDR.

De ese 19 % de hectáreas que combaten la helada en forma activa, un 11 % usa calefactor a leña, el 6 % cuenta con sistema de riego por aspersión sub-arbóreo, el 0,8 % usa calefactor a gasoil y 0,2% usa riego de aspersión tipo flipper. Un restante 1% usa otro tipo de lucha no clasificado, como calefactores de gas y prender fuego en los callejones.

Además, desde 2010 a la fecha ha crecido la superficie protegida con tela antigranizo, la cual pasó de 7 % a 15 % (un aumento de 1.487 ha). Es importante recordar que la producción de ciruelas presenta una alta probabilidad de ser afectada debido a lo largo de su ciclo (se cosecha en febrero) y el oasis Sur presenta mayor incidencia de tormentas graniceras, respecto del resto de Mendoza.

Por último, otra mejora es la mayor implementación de sistemas de riego presurizados, que en 2010 implicaba tan sólo un 5 % de la superficie, mientras que en el último censo fue de un 15 %, casi exclusivamente por goteo. Si se lo mide en valores absolutos de superficie, se pasó de 914 has con riego presurizado a 1.511 has, y aún queda mucho por trabajar.

Mejorar el sector de la ciruela

La presentación oficial de los datos del censo se dio a fines de octubre, en el marco de una jornada de actualización de proyectos del clúster de Ciruela Industria de Mendoza. Allí se presentó el trabajo en tres iniciativas: herramientas para la optimización de la producción primaria e industrial; trabajo del observatorio de ciruela para industria (donde se enmarcó el censo) y fortalecimiento institucional del clúster.

Uno de los presentes fue Agustín Anzorena, director de Agricultura y Ganadería de la Municipalidad General Alvear, comuna que ha sido uno de los socios fundadores de este clúster. “En un principio se aportó recurso económico y humano para la conformación de esta entidad. Estamos muy contentos de ser parte activamente en este espacio que reúne a cada uno de los eslabones de la cadena valor”, comentó el funcionario.

Frente a las contingencias climáticas, Anzorena destacó la importancia de contar con una defensa activa: “Nosotros fomentamos el acceso al crédito a través de entidades como el Fondo para la Transformación y el Crecimiento para continuar tecnificando nuestros cultivos. También hicimos lo propio a través de los distintos programas de fomento a la inversión que se impulsaron desde la cartera económica mendocina”.

Otro tema en el encuentro fue la decisión de formar parte, nuevamente, de la Asociación Mundial de la Ciruela, una institución con más de 30 años de experiencia que reúne a los principales productores: Estados Unidos, Francia y Chile. Argentina supo estar entre los primeros lugares en producción y exportación, y quiere volver a primera línea. Para eso, necesitará revertir la caída en hectáreas y sumar producción

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