Bovinos: por la sequía, este año caerá un 15% el stock de vientres

El sector ya acumula cuatro años de sequía y esto ha generado problemas con el alimento. El precio del ternero, por ahora, es aceptable.

La falta de alimentos ha afectado la productividad con bajos índices de preñez y destete.
La falta de alimentos ha afectado la productividad con bajos índices de preñez y destete.

La sequía ha afectado a las zonas de secano de la provincia por más de cuatro años consecutivos y con ello ha impactado en la actividad ganadera. Estiman que esta temporada se reducirá en al menos un 15% el stock de vientres y que la caída no será mayor porque varias propiedades sin uso, pero con acceso a riego, se destinaron a albergar hacienda. El precio de los terneros, sin embargo, es considerado aceptable por los productores.

El sector ya acumula cuatro años de sequía y esto ha generado
problemas con el alimento. El precio del ternero, por ahora, es aceptable.
El sector ya acumula cuatro años de sequía y esto ha generado problemas con el alimento. El precio del ternero, por ahora, es aceptable.

“Siempre cuando llueve sopa tenemos un tenedor”, lanza el titular de la Dirección de Ganadería de la provincia, Damián Carbó, en referencia a que, en un momento en que el precio del dólar podría favorecer las inversiones productivas –el valor del novillo va siguiendo la evolución de la divisa norteamericana- no hay alimento en el campo para aumentar la producción por la sequía sostenida.

De hecho, comentó que un cálculo optimista apunta a que, entre la campaña de vacunación pasada –de febrero a mayo- y la próxima, el stock de vientres en la provincia tendrá un descenso del 15%. Se debe recordar que el momento de aplicar las vacunas contra la aftosa permite determinar la cantidad de cabezas y por eso funciona como una declaración jurada. Carbó planteó que esperan que no caiga por debajo de ese porcentaje, porque las hembras en condiciones de tener cría son las que permiten el resurgir del sector.

De hecho, tienen puesta la esperanza en que muchos productores, ante la escasez de alimento en el secano, trasladaron la hacienda a fincas bajo riego, que fueron de cultivos agrícolas pero han quedado abandonadas. Carbó indicó que en abril y mayo habilitaron muchos Renspa (Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios), es decir, propiedades ganaderas, en tierras irrigadas, en San Rafael, General Alvear y Malargüe, y, en menor medida, en La Paz y Santa Rosa. Por otra parte, también hubo quienes movieron los animales a los sistemas de engorde, como los feed lots. Esto, porque la gente hizo lo posible por no perder el “capital vaca”.

Carbó detalló que hay algunos emprendimientos grandes con pivot que se han desarrollado en la provincia en los últimos años, en áreas bajo riego, pero que están basados en otro modelo de ganadería, con rodeo puro controlado, que ellos mismos producen, por lo que no compran invernada. De ahí que no requieren los terneros que se producen en las zonas no irrigadas para su recría y engorde.

El funcionario detalló que este sistema de pivot –para el riego de las pasturas- está funcionando muy bien, pero que se trata de una tecnología nueva, que se trajo de la Pampa Húmeda, donde el clima, el suelo, la profundidad y la calidad del agua son diferentes, por lo que hay que esperar para ver de qué manera responden en Mendoza. También, cuáles son las pasturas que mejor se adaptan y cómo ir mejorando otros aspectos, como el uso de la energía y la implementación de paneles fotovoltaicos, por ejemplo.

En cuanto al futuro del esquema de cría en las tierras no irrigadas –y su recría o engorde en propiedades con derecho a riego, dentro de la provincia o en otras-, Carbó señaló que siempre se han dado ciclos de sequía alternados con otros de mayor disponibilidad de agua, por lo que lo esencial es trabajar con técnicos del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), para entender los ciclos del pastizal natural, cómo recuperarlo y evitar que se degrade en épocas de poca agua. Así, se puede determinar qué carga animal es la adecuada, qué manejo y qué tiempo de descanso.

Por otra parte, considera que la recría es la vía para que la ganadería crezca en Mendoza y que existen líneas de financiamiento en el programa Mendoza Activa y en el Fondo para la Transformación y el Crecimiento, que se pueden destinar a inversiones forrajeras, para incorporar sistemas de riego o para compra de vientres.

Carbó señaló que ha habido varias presentaciones dentro de Mendoza Activa para el sector ganadero, porque la gente, como no puede comprar dólares, ve en la ganadería un resguardo de su dinero, porque, como el precio del novillo sigue la evolución del dólar, los inversores no pierden poder adquisitivo. Como contraparte, esta oportunidad no se ha visto acompañada por el clima, ya que la ausencia de lluvias no ha permitido aumentar el stock, sino que ha obligado a reducirlo.

Margen para crecer

Ramiro Labay, presidente de la específica de Ganadería de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de General Alvear, comentó que, por la sequía que viene afectando al sur mendocino desde hace varios años, los campos se están achicando ya que hay muy poco pasto. Esto significa que se están vendiendo vientres. Pero, a diferencia de lo que ha sucedido otros años, éste, por la demanda de China, las vacas tienen un precio razonable, que permite pensar en una reposición más adelante.

La escasez de alimentos ha provocado que la productividad esté en un nivel muy bajo, ya que afecta los índices de preñez y destete, que Labay planteó serán muy pobres en 2020 y “con suerte” alcanzarán el 50% en promedio en toda la provincia.

Labay detalló que hace varios meses que se están sacando vacas del secano para evitar que se terminen muriendo por falta de alimento. Es que este año se esperaban lluvias tempranas, en agosto y setiembre pero, como no ocurrieron, los productores, al ver que no tienen pasto, empiezan a liquidar animales.

Para que el sistema de cría funcione, los ganaderos necesitan que las vacas tengan un ternero todos los años. Pero, por las condiciones climáticas en las zonas no irrigadas, esto es muy difícil de lograr, y más bien se está en el orden del 50%. Quienes logran superar ese porcentaje, aplican tecnología para seleccionar a las madres de acuerdo a su fertilidad, edad, dientes, condición corporal, etc. También se analiza a los toros, para verificar que no tengan enfermedades de transmisión sexual que puedan afectar la preñez o causar abortos o malformaciones.

También se suele recurrir al destete precoz, que implica que se saca el ternero anticipadamente de la madre, para que la hembra tenga menos requerimientos nutricionales –al dejar de generar leche- y recupere su condición corporal más rápido, para llegar en mejor estado al servicio. Al ternero se lo recría en el campo, en Mendoza, en propiedades con riego, o se llevan a otras provincias y vuelven de éstas como media res.

Aunque lo ideal sería sacarlos con 120 o 140 kilos, a veces se los lleva con apenas 70 kilos. “Los campos son casi salas de partos”, plantea Labay y agrega que lo óptimo sería que el ternero gane peso al pie de la madre. Esto, porque al retirarlos de manera prematura se produce un estrés y, cuando llega a la finca, hay que enseñarle a comer y hacer que desarrolle el rumen, varias semanas antes de lo que lo hubiera hecho en forma natural.

Labay comentó que el precio del ternero ha mejorado un poco, ya que hace un año se acomodó y desde entonces se viene sosteniendo. De hecho, se temía que, por la pandemia, cayera la demanda de carne, ya que no hay eventos, ni estuvieron abiertos por un tiempo los restaurantes, pero el consumo se mantuvo. En cambio, los engordaderos, como los feedlots, están más complicados por la suba del maíz. De ahí que estima que pronto habrá un ajuste del valor en mostrador.

El ganadero indicó que el acueducto Bowen-Canalejas está empezando a funcionar y va a significar un gran cambio para la producción, porque ayudará a mejorar la calidad de agua de la hacienda y, con esto, los índices productivos. Esto, porque el animal, al mejorar su estado corporal, puede metabolizar mejor la materia seca que consume. Sin embargo, ese líquido sólo puede destinarse a que beba la hacienda, no a pasturas.

Labay resaltó que queda mucho camino por recorrer, porque en la provincia apenas se produce el 10% de la carne que se consume. Es decir, el margen para crecer es muy amplio y el objetivo al que se apunta es a terminar el ciclo productivo en Mendoza. Para eso, consideró, se necesitan reglas políticas claras, recursos enfocados en la producción y líneas crediticias acordes a la rentabilidad del campo.

También es necesario, añadió, resolver la problemática de la disponibilidad de agua en los oasis para generar alimento, como alfalfa, maíz y sorgo. En este sentido, se mostró preocupado por el fallo del río Atuel, porque podría escasear este recurso para la agricultura y la ganadería en General Alvear.

El presidente de la específica de Ganadería comentó que esta semana comenzaron un ensayo con remolacha forrajera, que desde hace unos tres años se utiliza en otras partes del país y por primera vez se probará en Mendoza. Entre las ventajas, enumeró que tiene una alta carga de materia seca por hectárea: entre 15 y 20 mil kilos, mientras otros forrajes aportan un cuarto de este número. También, que se aprovecha en un 97%, porque las vacas comen la hoja, que tiene mucha proteína, y la remolacha, que puede pesar hasta 7 kilos, aporta energía y permite contar con una oferta de alimento a contra estación de la alfalfa, ya que crece en abril y mayo.

Sin embargo, resta determinar cómo se adapta al suelo de Mendoza, a la disponibilidad de agua, a las temperaturas y también si los animales la aceptan y tienen una ganancia de peso adecuada. Se trata de una iniciativa que propiciaron desde la cámara, en conjunto con el clúster ganadero, el INTA y un productor ofreció su propiedad.

Índices en picada

Hace más de 60 años que la familia de Agustín Fernández se dedica a la ganadería en el sur de Alvear. Hasta 2015, venían incrementando su stock ganadero –como ocurría en toda la provincia-, pero desde entonces tuvieron que empezar a acotarlo entre un 10 y un 20% por temporada, según la receptividad de los campos. Es que llevan un registro de lluvias desde 1980 y siempre han existido ciclos de sequía, de unos 5 a 10 años, pero en estos últimos tres, ni siquiera ha caído una gota de agua en invierno. A esto se suma que los períodos entre precipitaciones cada vez se hacen más extensos y pueden transcurrir cuatro o cinco meses sin lluvia.

Esto provoca, enumera el ganadero, que haya menor oferta forrajera y que, como consecuencia, caigan los índices de preñez y destete, como también de reposición y de cantidad de cabezas. “Los campos están con muy bajo nivel de carga porque la mayoría ha ido sacando animales. No es nuestro caso, pero hay productores que han vaciado el establecimiento al 100%”, señaló Fernández.

Ellos, sin embargo, se vieron obligados a sacar animales a la venta esta semana, lo que planteó que es una buena alternativa porque el valor actual de la vaca es aceptable. En otras ocasiones en que el clima obligaba a desprenderse de cabezas, se encontraban con que la vaca, que está en estado de bajo peso, no valía nada. “Te tenías que deshacer del capital y, encima, regalarlo. Al menos hoy se defiende un poco”, indicó y lo vinculó a las posibilidades de exportación.

La situación ha generado que, si llegaron a destetar unos mil terneros en un año óptimo, ahora calculan alcanzar los 500 o 600. También cayeron de un porcentaje de preñez del orden del 80 o 90% hace una década, a apenas 65% ahora. Calculan que, si en una temporada normal se pierden entre 10 y 15% de los terneros, cuando hay sequía esto se agrava, porque las vacas no alcanzan a parir o no tienen leche y la cría muere.

Todos los años, comentó, tienen entre un 5 y un 10% de reposición, es decir, de animales que se van liquidando por su edad u otro motivo. Pero estima que este año podrían llegar al 30%, o incluso más, según cómo se presente el verano. El problema con esto es que a una ternera recién se le puede dar servicio a los dos años y hay que esperar otro año más para que tenga un ternero. Necesitan obtener la hembra por reposición propia, para que se adapte a la zona, por lo que se necesitan entre 3 y 4 años para recuperar la cantidad de cabezas. Esto, a partir de que el campo vuelva a tener pasturas.

Aunque la familia tiene un campo en zona bajo riego, Fernández señaló que no es sencillo movilizar la hacienda en este momento, con terneros recién nacidos. Sí se ven obligados a implementar, para intentar asegurar la supervivencia de la vaca, el destete precoz. Si bien en ocasiones, sobre todo antes del traslado, se los alimenta con rollos de pasto y con balanceados, esto no es una opción para suplementar de modo permanente, ya que cada animal consume entre 15 y 20 kilos diarios de pasturas, que cuestan unos $ 10 por kilo (a lo que hay que sumar el transporte). “Si uno le agrega ese costo a la actividad, deja de ser rentable. Es un paliativo para hacer un manejo, pero no para un par de meses”, resaltó.

Fiesta de la ganadería

Este fin de semana se realiza la 39° Fiesta de la Ganadería de Zonas Áridas. Las actividades, que comenzaron ayer y se extenderán hasta mañana, tienen en 2020 la particularidad de que combinan propuestas online y presenciales. Como todos los años, habrá espectáculos en vivo, charlas técnicas y remates ganaderos, sólo que en esta ocasión se podrán seguir desde la página web https://fiestadelaganaderialvear.com/. Tampoco faltarán los tradicionales costillares a la llama, aunque con la modalidad “take away” (para llevar).

Hoy, a las 13, brindarán su discurso el presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de General Alvear, Andrés Vavrik, y el gobernador de la provincia, Rodolfo Suárez. A las 15, se realizará el remate de hacienda. Mañana, de 12.30 a 14, se realizará la entrega de costillares y a las 13 se otorgará la distinción al puestero del año. Para conocer el cronograma completo, se puede ingresar a la página de la Fiesta de la Ganadería.

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